Capítulo 30

643 36 3
                                    

—Sé quién eres, Nicholas. Creo que siempre lo supe, pero nunca quise aceptarlo hasta que mi amiga me hizo hacerlo. Y no me molesta quien eres...

—Eso era lo que quería decirte ahora...—

—No— lo corto —No mientas, no me digas mintiendo— niego con la cabeza y se acerca más a mí pero me alejo.

—Te lo iba a decir muchas veces como anoche... Te lo estaba por decir pero siempre pasaba algo. ___, créeme— parece frustrado.

—Solo di que no te importo y ya. Que siempre que decías confiar en mi estaba mintiendo. Me da igual, Nicholas.— sonrío amargamente.

—No, ___, no digas eso. Iba a ir a decírtelo ahora mismo...—

—Uh, que coincidencia que me adelanté— lo corto. Me mira con tristeza. —No sigas mintiéndome—

—Estoy no puede estar pasando... ___, tienes que creerme— murmura raspadamente.

— ¿Alguna vez contaste las veces que me mentiste para ocultar quién eres? ¿Las veces que me hiciste quedar como tonta? — pregunto frunciendo el ceño.

—___, escúchame, por favor— suplica y vuelve a sonar su celular.

—Recuerdo cuando inventaste un apellido cualquiera, cuando te compraste el auto, cuando te lo robaron y no te importó, cuando venían a pedirte una foto o un autógrafo y decías que no sabías porque lo hacías— casi estoy por llorar. —... Gracias por hacerme recordar que sigo siendo una tonta que cree en los demás con los ojos cerrados, gracias—

—Perdóname, ___. Lo siento, pero antes escucha por qué— suplica otra vez. E intenta tocarme.

—No— me alejo —Por favor, no me toques— miro el suelo —Siento haber pensado que yo te importaba—

— ¡Dios, ___! ¡Claro que me importas! — casi gritas — ¡Escúchame! —

—Y sobre todo siento haber pensado y esperado todo este tiempo a que me dijeras la verdad tú mismo... Pero nunca lo hiciste— niego mientras susurro con dolor. Los ojos de Nicholas brillas como si fueran lágrimas...

—Tienes que escucharme... ___, no puedes no escucharme— se acerca y me alejo de nuevo.

—Solo una cosa... Cuando te vayas de acá no hace falta que me avises— agrego y me doy vuelta.

— ¿Quieres que me vaya? — pregunta de tal forma que una lágrima brota de mis ojos.

—No— respondo —Solo quiero que no me hables... No quiero nada tuyo y trataré lo más antes posible que mi primo te pague— susurro con un nudo en la garganta.

—Si piensas que me estoy quedando acá por la plata... Estás equivocada— dice tratando que su voz sea firme, mientras toco la manija de mi puerta.

—Deberías, porque es lo único que vale la pena— afirmo y abro mi puerta.

—Estoy acá solo por ti, por tu atención, para cuidarte, para verte, para hablarte. Por tu amistad, ___— dice rápido antes de que entre —Y sé que no lo merezco por lo que hice... Pero no voy a irme, voy a recuperar tu amistad, haré hasta lo imposible para recuperarte, ___. No me rendiré contigo, porque tú me devolviste mi identidad y sé que yo te devolví la tuya— dice y me giro al verlo a pesar que sé que tengo lágrimas en la cara. Niego con la cabeza.

—Dudo que dures más de tres días intentándolo— murmuro y decido que es momento de encerrarme y llorar hasta que se vaya.

—No merezco tu perdón en tan poco tiempo como tres días— dice cuando estoy entrando. Cierro la puerta de mi cuarto y corro a mi baño para llorar por haberlo hecho. Por, prácticamente, despedirme de él. Despedirme de la persona que tanto bien y feliz me ha hecho.

Mi huésped (Nick Jonas y tú) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora