Mi huésped (Nick Jonas y tú) TERMINADA

Capítulo 42

Nicholas se acercó a mis labios sin antes esperar una respuesta mía. Junto nuestros labios y al principio parecía un beso inocente luego de varias minutos se hizo apasionado. Rodee sus hombros con mis brazos atrayéndome más hacia él y sus manos se posicionaron en mi espalda baja acercándome a su cuerpo. Sentí su ereccion en mi vientre y se alejó de mí.

—Paremos —susurró, aún tenía sus ojos cerrados. Estaba segura que intentaba contenerse. Él no podía ser gay, yo lo sabía bien.

—Váyamos a dormir juntos, como antes.

—No creo que sea buena opción —aún no me miraba.

—¿Por qué? —le pregunté aunque sabía la respuesta— ¿Hay algo que quieras decirme...?

—No —dijo rápido—. Vayamos a dormir.

Ambos caminamos a su habitación, mordí mis labios sintiendo ese calor apoderándose de mi en frente de su cama. Nicholas solo parecía nervioso, yo iba a dormir con mi vestido y vi que él buscó algo como para ir a cambiarse mientras yo lo esperaba dentro de la cama. Ya me estaba por quedar dormida cuando sentí que las sábanas se abrían. Estaba de espadas hacia él.

Me giré para mirarlo. Aún seguía tenso, nervioso. No sabía que significaba eso. Pero yo quería más que besos suyos y sentía que él también.

—¿Puedo besarte? —susurré porque estábamos en silencio absoluto.

—___... acabamos de besarnos —hice puchero y por fin vi una sonrisa en sus labios—. No es correcto besarnos sobre una cama... tú sabes... lo siento.

—Pero eres gay ¿Que mas podría pasar? ¿O acaso volviste a mentirme con eso? —pregunté recordándole que había dicho que si volvía a mentirme no lo perdonaría.

Nicholas se acostó boca arriba y fui tan rápida en ponerme encima suyo que se asustó de tal manera que sus manos lastimaban mi cintura alejándome.

—Sal —me ordenó mientras estaba sentada en su entrepierna con mis piernas a sus costados y mis brazos en su pecho—. Hablo en serio ahora.

—¿Antes era mentira? —pregunté acercando mi pecho al suyo mientras él hacía mucha fuerza en alejarme y yo no cedía. Lo único que separaban nuestras pieles eran mis bragas porque aún seguía con el vestido y sus finos pantalones.

—Tu no eres así. Vamos, sal. Esto está jodidamente mal —lado su cara a la derecha y soltó mi cintura. Sentía como quería hacer que no le afectaba que estuviese arriba suyo pero bajo mío sentía su miembro decir otra cosa. No iba a parar hasta que él lo aceptase.

Apretó la mandíbula cuando moví mis caderas haciendo que se endureciera ahí abajo. Podía sentirlo tan claro que dudaba en si tenía ropa interior abajo de esos delgados pantalones pijamas.

Planté un beso en sus labios al acercarme y él pareció temblar. No, él definitivamente había temblado.

—Lo siento —murmuré, supuse que era mejor irme así que solo me levanté.

Él no dijo nada mientras me iba y yo no me detuve. Nicholas no quería nada conmigo y lo entendía, yo no tenía nada que mejor a todas aquellas personas que a él le atrajeron alguna vez.

Me quedé dormida de casualidad porque en mi mente solo se reproducía lo que había sucedido ese día. El saber que estaba mi ex ahí se sentía extraño pero él recordar a Nicholas y sus labios era inimaginable. Ya no había excusa de que estábamos practicando para una obra. No había explicación o por lo menos no de su parte. No podía creer que algo así acababa de pasar.

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Desperté muy avergonzada. Recordando mis pensamientos y mis acciones con Nicholas, me negaba a bajar pero finalmente lo hice. Luego de un largo tiempo para la ducha. Ahí estaba él, como siempre. Me sonrió levemente a pesar de todo y eso me alegró.