Capítulo 5

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Narrado por Evan:

    ¿Alguna vez han sentido que lo tienen todo, pero a la vez no tienen nada? Me refiero a las cosas más importantes, amor, felicidad, apoyo de tus padres. Vale, vale, yo sé perfectamente que el dinero es necesario, pero uno puede tener todo el dinero del mundo y así sentirse vacío por dentro.

Es raro como la vida muchas veces te da todo lo que quieres, pero no todo lo que necesitas.

Cuando Hannah nació pensé que era un nuevo comienzo, que papá y mamá empezarían de cero. Luego de algunos años me di cuenta de lo equivocado que estaba. Discutían —y discuten—, más de lo normal. Más de lo que un adolescente y una niña de 9 años pudieran soportar.

Papá es un hombre importante, maneja una de las editoriales más grandes de la ciudad, la editorial Pegasso. La heredó del abuelo y luego la heredaré yo. Sé que es el negocio familiar y que sería muy egoísta de mi parte decirle que no quiero estar metido todo el día en una oficina. Pero ya está decidido. Él lo decidió sin siquiera preguntarme o por lo menos intentar convencerme.

A mí me gusta la música, tomé clases de guitarra hace unos años, pero las dejé porque papá dijo que era una pérdida de tiempo y que eso no me llevaría a ningún lado. Mamá me apoyaba y me dijo que no dejara las clases, pero yo me sentía frustrado y las dejé. Así que entré al equipo de fútbol de la escuela, porque a papá le gusta el fútbol, aunque al principio fue todo un desastre ya que me quedaba en la banca y pasaba agua a los demás jugadores, luego fui mejorando hasta que logré entrar como titular, de mediocampista. Papá asistió solo a un partido en el que yo jugué, el que resultó el peor de la temporada, nos golearon 5 a 0. ¿Por qué tuvo que ir a ese y no a los otros a los cuales lo invité? ¿Por qué tuvo que ir a ese al que mamá lo obligó a ir?

Luego de eso jamás volvió a aparecerse en un partido.

Aumentaron las discusiones en casa. Papá le fue infiel a mamá. No me lo contaron, pero los escuché discutiendo.

Mamá lloraba todo el tiempo. Yo la abrazaba y ella me decía que estaba bien. Sabía que no era cierto, creí que se iban a divorciar, pero mamá lo perdonó. Aunque nada mejoró, el ambiente en casa a la hora de cenar era tenso, más bien era tenso a cualquier hora en la que mamá y papá estuvieran.

***

Azoto la puerta de mi habitación con fuerza. Acabo de llegar y encontré a mis padres discutiendo de nuevo. Ni siquiera se dieron cuenta de que llegué todo cubierto de pintura. Cierro los ojos mientras escucho gritos y más gritos abajo. Golpeo mi cabeza en la puerta. Esto es insoportable.

Decido ducharme.

Cuando salgo del baño me pongo algo cómodo para dormir, escucho que mis padres siguen gritándose y me dispongo a tomar mis audífonos para huir de éste mundo por un momento, pero escucho un débil golpeteo en la puerta de mi habitación. Es Hannah. Al abrir la puerta la veo ahí, tan pequeña, tan frágil, sosteniendo un osito de felpa y con los ojos llorosos. Diablos, tiene 9 años y pasa por lo mismo que yo pasé a su edad. Es injusto.

— ¿Me dejas quedarme? No puedo dormir —dice en un tono apenas audible.

— ¿Quieres entrar a mi pantano? —pregunto y ella apenas sonríe, pero asiente. Y la dejo pasar.

Ella se sienta en el borde de mi cama y sus ojos se ven hinchados.

—Llevan discutiendo horas —dice mirando al suelo—, Creí que llegarías luego de terminar la tarea en casa de Alice.

—Me quedé a cenar, y luego de eso me quedé sentado un rato en el parque y se me hizo tarde. Estaba pensando—. Le respondí mientras también me sentaba en la cama.

— ¿Sirvió lo de la broma? Alice vino aquí en la tarde y me contó, por eso te quedaste a cenar en casa de Alice ¿Verdad? —Ahora mostraba una débil sonrisa.

—Pues, se vengó, me disparó balas de pintura por todo mi cuerpo.

—¿Y qué harás?

— ¿Aún no lo sé? Pero no quiero hablar de eso ahora, tienes que dormir, mañana debes levantarte temprano.

—Tú también, y aún estás despierto —Me reclamó.

—Pero yo siempre me duermo tarde —Le dije y ella me miró enojada— ¿Quieres que te cuente un cuento para dormir?

— ¿Acaso crees que tengo 5 años? —bufó y yo me eché a reír—. Mejor cantemos una canción que me sirve para dormir, la escucho cuando mamá y papá pelean y tú estás haciendo tarea o te quedas a dormir en casa de Josh.

—Bueno pues empieza y si me la sé te sigo —dije y ella asintió mientras empezaba a cantar.

"I remember tears streaming down your face when I said: I'll never let you go. When all those shadows almost killed your light. I remember you said: Don't leave me here alone, but all that's dead and gone and passed tonight".

"Just close your eyes, the sun is going down. You'll be alright, no one can hurt you now. Come morning light, you and I'll be safe and sound".

"Don't you dare look out your window, darling, everything's on fire. The war outside our door keeps raging on. Hold on to this lullaby, even when the music's gone, gone".

Ella tomó mi mano y la apretó muy fuerte, mientras lágrimas cubrían sus mejillas. Esta situación la estaba dañando. Y yo no sabía cómo protegerla.

—"Just close your eyes" —Me miró para que intententara continuar la canción con ella y eso hice.

"The sun is going down. You'll be alright, no one can hurt you now. Come morning light, you and I'll be safe and sound".

"Just close your eyes. You'll be alright. Come morning light. You and I'll be safe and sound".

Terminó de cantar y se acomodó en mi cama para quedarse dormida. Los gritos de mamá y papá habían cesado. Yo la llevaría a su habitación cuando me cerciorara de que estuviera dormida.

De pronto la imagen de un rostro se vino a mi mente. Era Lilian. Sonreí. Antes de conocerla no recuerdo haber sonreído luego de escuchar a mis padres discutir. Ni si quiera por mis ex novias. Yo no era el típico chico malo y popular de la escuela, pero de lo que si estaba seguro es de que era un cretino y mi actitud muchas veces no era la mejor, aunque poca gente sabía que todo eso era un escudo para que nadie me lastimara de nuevo. No quería alejarla con mi comportamiento, ella causaba una extraña sensación en mí y por algún motivo no quería que parara. Me divertía ver su expresión enojada cuando yo le decía algo sarcástico. La única forma de hacer que Lily no se apartara de mí era vengándome de su broma.

Ya me las arreglaría para pensar en algo.

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