5 años después.
Hay muchas cosas que cambian con el tiempo, pudo cambiar mi cabello, mi sentido del humor, hasta mis gustos en la literatura, pero mis sentimientos hacia Evan jamás cambiaron.
En todos estos años no hubo un día en el que no pensara en él, en qué hacía, en como estaba, si pensaba en mí tanto como yo en él. No voy a negar que salí con otras personas, tuve una relación de tres años, pero con ninguno me sentí como con Evan, porque lo que tuve con él no fue solo una cosa de niños, fue amor y puedo asegurar eso.
Fue difícil los primeros meses, solo pensaba en regresar a casa para festividades y poder verlo, pero se fue de la ciudad, por negocios de su padre, según me contó mamá. Yo esperaba a que me llamara pero creo que al final eso haría las cosas más difíciles entre los dos.
Olivia se transfirió a Hills, luego de que abrieran la facultad de derecho y nos vemos casi todos los días. Ahora está comprometida con Josh, se casarán en unos meses. Se casarán aquí en Rose, yo vine porque me ofrecieron un trabajo en la galería de artes y básicamente porque tengo recuerdos bonitos de esta ciudad.
—Sí, mueve eso un poco a la derecha —pido a Alice, que me está ayudando a acomodar las cosas para la exposición de esta noche.
—¿Así? —pregunta ella y acomoda su cabello haciéndolo a un lado.
Yo asiento para afirmarle que así está bien.
—Me preguntaba por qué me pediste ayuda para mover estos cuadros, acabo de darme cuenta de que a tu edad ya comienza a doler la espalda —ríe.
—Ay pues perdón, bebé recién nacido.
—Hannah dijo que vendría esta noche —me dice.
Trago saliva. ¿Hanna? Eso significa que...
—Pero no te vayas a hacer ilusiones ¿eh?
Mi estómago se revuelve. Niego, y continúo acomodando los cuadros.
***
Acomodo mi cabello en una coleta alta, peino mi cerquillo despacio y luego retoco mi lápiz labial. Hace unas horas empezó la exposición de mis cuadros aquí en la galería. Llegó Olivia, Josh, Hannah hasta Lindsay anduvo por aquí pero tuvo que irse pronto. Regresó a Rose hace dos años, me atrevo a decir que es una mujer totalmente cambiada, de la Lindsay egocéntrica y superficial no queda rastro. No digo que nos hayamos hecho super amigas por siempre, solo que las diferencias ya quedaron en el pasado. Y su hijo, el pequeño Derek es muy lindo.
Salgo por el pasillo y veo a mi madre conversando alegremente con Louis, el organizador de mi exposición de hoy. Olivia está con Josh, y Hannah está conversando con Alice, decido acercarme a ellas.
—¿Qué tal la pasan? —les pregunto acercándome a ellas.
—Me encanta tu estilo, compré algunas para colocarlas en mi habitación —dice Hannah sonriéndome.
—Gracias —respondo.
—¿Te vas a quedar mucho tiempo en Rose?
—Claro que se va a quedar, sino a quien voy a fastidiar a diario —responde Alice antes de que yo pueda decir nada.
Me río.
—No lo sé... Me gusta Rose, pero quisiera volver a Gold City, creo que puedo pedirle a Louis que me deje trabajar en la galería de allá —le contesto alzando mis hombros.
Y no le miento. Creo que al final no tengo por qué mentirme a mí misma, vine a Rose por los recuerdos sí, y con la esperanza de encontrarme con alguien que probablemente ya me olvidó.
—Nos gustaría que te quedes aquí.
Asiento, suponiendo que habla de ella y Alice. Pero Hannah me observa sonriendo por unos minutos. Yo alzo una ceja en señal de pregunta.
—Nos —repite.
—Sí, a ti y a Alice.
—A mí, a Alice... —me vuelve a sonreír—. Al ser humano que viene entrando por esa puerta.
Me giro, para ver de que habla con mis propios ojos y siento que el corazón se me paraliza por un momento, las manos me empiezan a sudar cuando veo ese cabello castaño que ha sido presionado para quedarse quieto pero aún así se resiste a ser domado, y esos ojos grises que al mirarme me hacen pensar que en ese momento no existe nadie más que nosotros dos, y su sonrisa ladeada que aún me enloquece, que siempre lo hará.
Está a pasos de mí y yo no puedo moverme, simplemente no puedo. Estira su mano en señal de saludo. ¿La mano? ¿Es en serio Evan? ¿Por qué demonios no te acercas y me besas?
—Mucho gusto, mi nombre es Evan White. Estuve en una banda cuando tenía quince, por si se está preguntando qué es lo que me hace tan atractivo.
Estrecho su mano.
—Lilian Spencer, son mis pinturas las que se exponen aquí si se está preguntando qué es lo que me hace tan sofisticada. Oí hablar de Evan y los Evancitos alguna vez.
Alice y Hannah nos miran con curiosidad. Me imagino que se han de preguntar por qué estamos haciendo esta estúpida autopresentación absurda en lugar de lanzarnos el uno encima del otro. Yo también me lo cuestiono.
—Me gusta tu flequillo —dice Evan metiendo sus manos en los bolsillos de sus Jeans.
—Me gusta tu barba —le digo.
Él hace un gesto y asiente rascando su nuca.
—Me gusta el café negro por las mañanas, me gusta esta camisa que llevo puesta, me gusta esa pintura de allá, pero me he dado cuenta de que eso puede cambiar de la noche a la mañana. Estoy enamorado de ti aún y eso no va a cambiar nunca, los años me han remarcado eso cada día.
Me quedo sin aire al escuchar eso. Dios, por años quise volver a escuchar eso de su boca y ahora lo tengo aquí en frente de mí.
—No dejé de pensar en ti ni un solo día —le confieso.
Se acerca a mí y me abraza. Yo le correspondo el abrazo y comienzo a llorar. Se separa y comienza a recorrer mi rostro con sus dedos pulgares, acaricia mis mejillas, luego toca mi nariz para luego llegar a mis labios. Sus dedos se manchan con mi labial.
—Maldición, no tienes idea de como te extrañé Lily. Ahora solo me queda comprobar que seas real porque no voy a soportar que esto sea un sueño.
Suelto una risita mientras las lágrimas siguen cayendo.
Se acerca a mis labios para plantar un beso en ellos. Lo tomo del cuello y con mi otra mano acaricio su mejilla.
—Es real, es real y te amo —le susurro separándome un poco y él sonríe y vuelve a besarme. Se siente tan bien. Estos besos tienen sabor a nostalgia.
Me separo y mamá comienza a aplaudir, luego todos la siguen y Evan y yo sonreímos.
—Lo prometimos y aquí estamos —me dice al oído.
—Aquí estamos —respondo.
Se que no podemos prometer que estaremos juntos toda la vida o que seremos felices para siempre como en los cuentos de hadas, pero lo que si sé es que haremos lo posible para ser felices juntos, mientras haya amor todo lo demás se hace más simple.
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La promesa
Novela JuvenilLily acaba de mudarse, una vez más en su corta vida, está consciente de que no le es tan fácil hacer amigos y sabe que le resultará aún más difícil cuando Evan White se cruce en su camino, especialmente si es un chico que aparenta ser engreído, egoc...