O5. » ¿Que me has hecho? «

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— Marinette, tranquilizate...

Tikki intentaba consolarme pero era inútil, las lágrimas brotaban de mis ojos sin poder hacer algo para que pararan, un profundo dolor en el pecho me consumía. Me sentía culpable del sufrimiento de Chat...  Recordar su rostro después de que rechacé su beso, sus dulces y deliciosos besos... Los recuerdos de la noche en la que Chat me había visitado en busca de un consejo bombardearon mi mente, provocando que el dolor me sofocara.

¡Yo era esa chica de la que me habló!  ¡A mi me dedico esas increíbles palabras!  ¡Pero no puedo corresponderle! ¡Yo amo a Adrien!

¿Si te has puesto a analizar las cosas? Chat Noir ama a LadyBug, él no sabe que eres tú.

Mi subconsciente me abofeteó indirectamente, dolió, pero era verdad. Chat Noir esta enamorado de LadyBug, no de Marinette y hasta donde sabía él no tenía idea de la identidad de mi alter ego.

Me giré sobre mi cama abandonando la humedecida almohada en la que había estado desahogandome y me quedé tumbada sobre mi espalda mientras miraba fijamente el techo. Tikki voló hacia mi y limpió las últimas lágrimas de mis ojos con sus pequeñas manos.

— ¿Que puedo hacer para ayudarte Marinette? No me gusta verte así...

Negué con la cabeza, no había nada que pudiera hacerme sentir mejor, aunque agradecía inmensamente el dulce gesto de mi pequeña kwami, sin lugar a duda se preocupaba por mi.

— Rechacé a Chat, yo amo a Adrien,  hice lo correcto ¿Verdad?

Mis palabras no tenían mucho sentido,  sin embargo Tikki parecía comprenderlas.

— Chat Noir fue muy valiente al revelarte sus sentimientos, tal vez no con las palabras adecuadas pero... — De no ser porque la tonalidad de Tikki es rojiza, habría jurado que sus mejillas se sonrojaron. — Sus actos hablaron por él — Concluyó.

Me senté sobre mis pantorrillas y abracé una almohada contra mi regazo.

¿Porqué disfruté tanto sus besos? Honestamente no quería que se detuviera... Chat Noir ¿Que has hecho conmigo?

Sentía que mi cabeza explotaría si permanecía un minuto más encerrada en mi habitación. Me levanté y tomé mi celular.

— Tikki, saldré un rato, necesito caminar un poco, estar un tiempo sola...

La pequeña asintió y voló hacia mi para frotarse contra mi mejilla.

— Entiendo, sólo ten cuidado ¿Si? Prometo no hacer ruido en tu ausencia.

Confiando plenamente en el comportamiento de Tikki, me escabullí por la pequeña puerta de mi habitación y bajé por las escaleras procurando no hacer ruido, mis padres dormían,  no quería un interrogatorio del porqué tenía los ojos hinchados o de porqué saldría a la calle en horas impropias para una señorita. Abrí la puerta principal de la panadería poco a poco,  evitando que la campanilla que avisaba de un nuevo cliente sonara.

Una vez en el exterior comencé a caminar sin un rumbo preciso, cada palpitar de mi corazón me lastimaba, yo no quería que las cosas fueran así...

¿Como te sentirías si Adrien te rechazara?

El dolor se volvió más punzante al imaginarme en esa situación.

Pobre Chat...

Sacudí mentalmente la cabeza y me decidí por ir a mi lugar de inspiración, el trocadero, necesitaba pensar tantas cosas y que mejor que el lugar en el que cientos de veces había encontrado las respuestas necesarias a mis inquietudes.

𝗗𝗘𝗧𝗥𝗔𝗦 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗠𝗔𝗦𝗖𝗔𝗥𝗔 | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora