14. » ¿Pareja? «

18.7K 1K 696
                                    

Llevaba aproximadamente 10 minutos de pie frente a la edificación que indicaba "Farmacia" con un enorme letrero en la parte superior.

"No te preocupes, yo te compraré la píldora"

Decirlo era fácil pero hacerlo ya era un asunto muy diferente.

—¿Vas a quedarte allí parado todo el día?

Preguntó mi pequeño amigo gatuno mientras se asomaba desde el bolsillo de mi camisa.

— ¿Cómo se hacen estas cosas? ¿Solo llego, la pido y ya?

Plagg me miró entrecerrando los ojos, parecía no entender el motivo de nuestra repentina visita a la farmacia. Después de que el gorila me dejó en la escuela, tuve que regresar corriendo un par de cuadras para hacer "La compra"

— ¿Estás enfermo?

—Lo que necesito no es para mí.

—¿Entonces? —Se encogió de hombros, era inútil explicarle.

— Olvidalo, aquí voy.

Caminé con total seguridad y abrí la puerta para entrar al establecimiento, había un par de personas comprando algunas cosas, me sentí un tanto intimidado.

—Buenos días ¿En que puedo ayudarte? — Preguntó con voz cantarina una joven mujer de cabello castaño con uniforme blanco detrás del mostrador.

— Ah... N-no... Sólo ando viendo —Respondí avergonzado.

La mujer se quedó mirándome por una fracción de minuto disimulando una sonrisa.

— ¿Okay...? Eh... Si se te ofrece algo no dudes en decírmelo — Se giró enfocando su atención en los medicamentos que estaban sobre el gran estante a sus espaldas. Suspiré y me acerqué un poco más mientras con la mirada buscaba mi objetivo en el nombre de las cajas "Píldora del día siguiente" Después de unos cuantos minutos sin obtener resultados me vi en la bochornosa necesidad de acudir a la castaña.

—Disculpe... Yo...

La mujer se giró y me miró con una leve sonrisa en los labios.

— ¿Si? ¿En que puedo ayudarte?

— Bueno... Quisiera una... Emm...

¡Dilo carajo! ¡Comprarás una píldora! ¡No drogas!

— Píldora de emergencia, por favor —Solté de golpe.

Los labios de la castaña se torcieron en una sonrisa acusadora que no pudo disimular y se giró para desaparecer entre los pasillos que los estantes detrás de ella formaban, mientras tanto, yo intentaba parecer lo más sereno posible aunque por dentro me sentía como si me hubieran descubierto cometiendo algún crimen.

— ¿Eso para qué es? — Preguntó Plagg dentro de mi bolsillo.

—Shhh.

La encargada regresó con mi pedido y lo puso sobre el mostrador, yo tomé una caja de condones que estaban en un pequeño estante cercano y lo añadí a mi botín.

—Es bueno ver que los jóvenes de ahora se preocupan por su protección — ¿Que carajos? Giré hacia donde provenía esa voz, una mujer de edad avanzada hacía fila justo detrás de mi, puse los ojos en blanco, me evite la penosa tarea de responder.

—¿Sería todo?

Asentí y extendí un gran billete el cual de un manotazo dejé sobre el mostrador, metí las cosas a mi mochila y sin esperar el cambio, salí casi corriendo de allí como si el edificio hubiera ardido en llamas y mi vida dependiera de ello.

𝗗𝗘𝗧𝗥𝗔𝗦 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗠𝗔𝗦𝗖𝗔𝗥𝗔 | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora