𝗗𝗘𝗧𝗥𝗔𝗦 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗠𝗔𝗦𝗖𝗔𝗥𝗔 |

26. » Un maldito beso «

Ver a ese tipo tan cerca de mi chica hizo que la sangre dentro de mis venas comenzara a hervir, caminé firmemente hacia él y sin ser consistente de mis actos lo tomé del cuello de su camiseta para levantarlo, él inmediatamente me empujó para liberarse y antes de que pudiera reaccionar, me dio un fuerte puñetazo en el rostro, yo al instante respondí dándole uno justo sobre su mentón, cerca de su boca partiéndole así el labio.

— ¡Basta! ¡Deténganse! — Gritó Marinette interponiéndose entre nosotros, yo estaba tan furioso, ella era mía ¡Solo mía!

— ¡Alejate de mi novia! ¡Y deja de mirarle las piernas! — Sentencié.

— ¡Estas imbécil! — Gritó el sujeto con un tenue rubor en las mejillas.

— Luka, por favor... — Suplicó mi chica mientras se paraba frente a él y apoyaba sus manos sobre los hombros del tipo, él asintió para después dirigir su maldita mirada hacia mi.

— Y tú... — Continuó hablando Marinette a la vez que se giraba y caminaba con firmes pasos en mi dirección, me tomó del brazo y me jaló hacia ella mientras me hacía seguirla, evidentemente para evitar que el rockero de quinta escuchara nuestra conversación.

— Dámelo — Dijo una vez que se detuvo frente a mi extendiendo la palma de su mano.

— ¿Que cosa? — Pregunté, no sabía a que se refería, yo solo quería regresar a donde el tipo y partirle la cara.

— ¡Tu me hiciste esto! —Gritó Marinette con tanta furia que las personas que caminaban a nuestro alrededor voltearon a mirarnos, ella extendió su brazo hacia mi y pude notar como en la parte interna de su ante brazo un largo rasguño resaltaba sobre su blanca y tersa piel.

— ¿Que fue lo que te pasó?... — Intenté tomar su brazo para observar de cerca su herida pero ella lo safó de mi mano con un brusco movimiento.

— Deja de hacerte el desentendido...

Susurró, su mirada era de rencor en su más puro estado.

— ¡No se de que mierda me hablas!

Grité en respuesta, estaba tan confundido, tan molesto, tan celoso que no medí mis palabras ni mi tono de voz, ella se quedó callada y me miró sorprendida, era la primera vez que le gritaba , carajo, no era justo desquitarme con ella por toda la mierda que estaba pasando, después de todo, Marinette no tenía culpa de absolutamente nada.

— Lo siento Marinette... No quería...

— Si tu intención desde un principio era robarme mi miraculous, me lo hubieras dicho... — Me interrumpió mientras bajaba la mirada y llevaba sus manos a su oreja izquierda, se quitó el pendiente de este y tomando mi mano lo colocó sobre mi palma.

— ¡No tenías porque fingir algo que no sentías!

Gritó para después girarse y salir corriendo.

— ¡Espera! ¡Marinette!

Sin pensarlo más corrí detrás de ella, sin embargo el pelinegro se interpuso en mi camino y me empujó con tanta fuerza que casi me hace caer de espaldas.

— ¿No crees que ya le has hecho suficiente daño?

Mierda ¿Porqué todo el mundo me estaba juzgando? No tenía tiempo para lidiar con ese imbécil, necesitaba alcanzar a Marinette, explicarle como estaban sucediendo las cosas, sin duda no hiba hacia su casa, yo venía de allí y su madre me comentó que había avisado que se quedaría en casa de Alya, pero a juzgar por la ropa que tenía, sus pantuflas, su hermoso cabello suelto... ¿Porqué había salido así? ¿Sería esa otra de sus caminatas nocturnas? ¡¿Porqué estaba con Luka y porqué llevaba esa chaqueta encima?!