17. » Debilidad «

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La forma en como Adrien olfateaba y besaba mi intimidad me avergonzaba sobre manera, ese lado atrevido que estaba descubriendo de él me encantaba, pero aún así me intimidaba por completo... Podía sentir su cálido aliento chocar contra mi entrepierna, su lengua se deslizaba de arriba hacia abajo remarcando así la línea que separaba mis labios íntimos, estaba perdiendo la poca cordura que me quedaba y mi cuerpo se entregaba al placer sin siquiera consultarmelo, estaba completamente excitada.

— E-espe... Ahh...

Ya no había nada que yo pudiera hacer para detener aquella deliciosa situación, relajé mi cuerpo y cerré los ojos mientras disfrutaba de sus besos y lamidas, llevé mis manos a mis pechos y dejé que cada terminación nerviosa de mi anatomía despertara. Estaba descubriendo el placer junto al chico con el que descubrí el amor... Nada podía ser más perfecto.

— Podría hacer esto toda la noche ¿Sabías?

Dijo Adrien a la vez que sujetaba los costados de mi pantaleta y la deslizaba hacia abajo para quitármela, mis mejillas ardieron aún más de lo que ya lo hacían, pero no intenté detenerlo, quería que continuara, aprender cosas nuevas junto a él y justo como pensaba, una vez que me quitó la ropa interior, volvió a acercar su rostro sobre mi húmeda y expuesta intimidad.

— Joder... Eres tan deliciosa...

Susurró muy cerca de mis labios íntimos, una intensa corriente eléctrica me recorrió cada músculo del cuerpo y apreté mis pechos en un reflejo.

— Basta... Haces que me avergüence...

Adrien separó los labios de mi intimidad con sus dedos y sentí perfectamente como su lengua hizo contacto con mi clítoris, jamás en la vida había sentido algo como aquello, las piernas comenzaron a temblarme pero intenté separarlas lo más que pude mientras abría los ojos nuevamente y bajaba la mirada hacia mi novio... Estaba tan excitado como yo, lamía y succionaba cada rincón de mi sexo con tanto lívido que me hizo sentir completamente vulnerable ante él. Estaba hambriento, deseoso, verlo así entre mis piernas era una imagen que indudablemente me estaba encantando...  Adrien Agreste era muy atrevido y apasionado ¿Que más descubriría en él?

En cuanto su lengua se concentró en mi clítoris un fuerte y delicioso espasmo se produjo en mi vientre haciéndome gemir aún más fuerte, cubrí mi boca con una de mis manos, estaba fuera de mi, era tanto placer que no me reconocía a mi misma al gemir de esa manera... Entonces sentí como Adrien bajaba un poco más y con un rápido movimiento levantó mis caderas entre sus manos mientras metía su lengua dentro de mi vagina.

— ¡Adrien! N-no... Ahh... ¡Dios!

Él sonrió con sus labios apegados a mi intimidad mientras bajaba sus manos hacia mis glúteos los cuales apretó con fuerza, no supe como mis caderas comenzaron a mecerce hacia arriba, buscando de esa forma que él llegara más hondo dentro de mi, ya ni era consciente de lo que hacía, el placer que sentía me estaba haciendo actuar inconscientemente.

Después de un rato Adrien se detuvo, vi como se relamió los labios y me sonrió de esa forma tan perversa que últimamente lo caracterizaba, se quitó la playera y rápidamente el pantalón junto con el bóxer, se acercó a mi y desabrochó mi sostén para tenerme completamente desnuda ante él.

— Esta tarde te dije que le daría un buen uso a tu boca ¿Recuerdas?

Recorrió mi labio inferior con su pulgar el cual después introdujo en mi boca, entendía perfectamente a lo que se refería y aunque me avergonzara reconocerlo... Deseaba hacerlo. Chupé y lamí su pulgar mientras me mantenía recostada sobre la cama, Adrien frotaba su erección contra una de mis manos mientras movía su pulgar dentro de mi boca.

𝗗𝗘𝗧𝗥𝗔𝗦 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗠𝗔𝗦𝗖𝗔𝗥𝗔 | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora