2O. » Fotografía «

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La última marca de mi anillo desapareció y antes de que pudiera salir huyendo de allí la transformación se perdió y yo quedé completamente expuesto ante la atónita mirada de nuestra compañera.

— ¡Oh por Dios!

Gritó Alya mientras salía rápidamente al balcón, Marinette corrió hacia ella posando sus manos sobre sus labios intentando de cierta forma controlar su euforia. Yo me limité a tomar a Plagg y a Tikki quienes realmente lucían muy cansados.

—Esto era de lo que quería hablarte Alya, bueno... No de que Adrien es Chat, si no de... Pues...

Alya parpadeó un par de veces, sin embargo sus ojos aún mostraban el asombro ante lo que acababa de precensiar.

—Alya, por favor, tienes que mantener...

— El secreto, lo sé - Terminó mi frase mientras apartaba las manos de Marinette de su boca, caminó hacia ella y hacia mí y tomándonos a cada uno de las manos nos condujo dentro de la habitación de mi novia.

Diablos, aquí viene el sermón.

—Había olvidado que ella estaba aquí... Lo siento.

Dijo Marinette en un suave susurro, yo sonreí y negué intentando tranquilizarla, confiaba en Alya y sabía que todo estaría bien.

Una vez dentro de la habitación nos sentó a ambos en la cama de mi chica.

Si esta cama hablara...

Callé a mi subconsciente inmediatamente.

—Entonces, los héroes de París son dos de mis mejores amigos ¿Hay algo más que deba saber?

No parecía molesta, sin embargo la seriedad con la que hablaba me hacía sentir como un niño siendo regañado.

—Sabes muy bien porqué no podían decírtelo Alya.

Dijo Tikki mientras mordía una manzana que se encontraba sobre el buró de mi chica a la vez que cortaba un pequeño trozo y se lo ofrecía a Plagg, este intentó rechazarlo pero antes de que pudiera hablar Tikki le metió el trozo de manzana a la boca obligándolo a tragar, internamente me partí de risa.

—Bueno, eso lo entiendo pero... Esperen un momento... ¡Ustedes se estaban besando!

Marinette y yo nos miramos y sonreímos a la vez, Alya se llevó las manos a la boca intentando contener un grito de emoción.

— La amo Alya — Dije mientras tomaba la mano de Marinette y la llevaba a mis labios para besarla, mi princesa se sonrojó al instante.

— Y ella esta loca de amor por ti desde que tengo memoria.

—¡Alya! — Sentenció Marinette a la vez que el rubor en sus mejillas se incrementaba.

Yo no pude contener más la risa, me parecía encantadora la forma en que Marinette había estado amándome en secreto por tanto tiempo aunque por otra parte quería darme de golpes contra la pared por haber sido tan ciego.

— Abajo hay una pizza caliente esperándonos —Dijo Alya quien caminaba hacia nuestros kwamis y salvaba a Plagg de una juguetona Tikki, quien quería forzarlo a cambiar su dieta de queso, ese gato internamente era todo un ratón.

— Y tu debes de ser Plagg ¿Verdad?

Plagg hizo su pose de héroe mientras simulaba mostrar sus músculos.

— El único e inigualable.

Alya, Marinette y yo nos soltamos a reír ante su ocurrente respuesta, Tikki solo rodó los ojos. Finalmente todos bajamos a la cocina, yo me senté en un banco junto a la barra de desayuno y Alya hizo lo mismo justo frente a mi, Marinette por su parte se encargó de poner algunos platos y vasos sobre la superficie de la barra.

𝗗𝗘𝗧𝗥𝗔𝗦 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗠𝗔𝗦𝗖𝗔𝗥𝗔 | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora