𝗗𝗘𝗧𝗥𝗔𝗦 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗠𝗔𝗦𝗖𝗔𝗥𝗔 |

31. » Detrás de la máscara «

Capítulo final

Sentir a Adrien dentro de mi era una sensación tan mágica e indescriptible que ni yo misma podía comprender, su forma de moverse, de tocarme, de besarme, las palabras tan dulces y a la vez candentes que dice cuando me penetra... Todo en él hace de mi una explosión de sensaciones y sentimientos cuando me encuentro desnuda, a su merced.

- M-marinette... Joder...

Me avergonzaba reconocerlo, pero estar sobre Adrien y tomar un poco las riendas de la situación, sin duda me gustaba. A él parecía encantarle, me sujetaba con tanta fuerza de las caderas que podría apostar que sus dedos quedaban marcados en mi piel.

- Así nena... Muevete, m-más...

Susurró a la vez que empujaba su pelvis hacia arriba, embistiéndome, hundiéndose de esta manera cada vez más profundo dentro de mi, la punta de su pene tocaba un lugar muy recóndito y sensible dentro de mi vagina y ante cada estocada me estremecía por completo.

- Oh, joder... Adrien... - Susurré y cerré los ojos mientras levantaba el rostro, apoyé mis manos sobre sus piernas y arqueando un poco la espalda comencé a saltar y menear mis caderas en círculos sobre él. Adrien gruñó, al parecer disfrutaba de aquello tanto como yo, mis pechos rebotaban un poco y el sonido de mis glúteos al golpear su pelvis era tan obsceno y excitante a la vez... Me desconocía por completo.

Me estoy volviendo adicta a esto...

- Te quiero así todos los días... - Murmuró Adrien quien soltó un sonoro jadeo, sentía como su miembro vibraba en mi interior, sin embargo él se resistía y cambiaba el ritmo de las penetraciones, definitivamente quería prolongarlo un poco más.

- Adrien... ¡Ah!

- Mierda... No hay nada más perfecto que tu expresión cuando estás a punto de correrte... Pero aún no es momento Princesa.

Se incorporó un poco y detuvo el baile de mis caderas sobre él, me tomó del mentón y acercó sus labios a los mios, rosándolos.

- Bésame... - Susurré contra éstos.

- ¿Cómo se dice?... - Atrapó mi labio inferior con los suyos, chupándolo y succionándolo de una forma suave pero atrevida.

- Por favor... - Supliqué, él sonrió y de un momento a otro comenzó a besarme intensamente, el calor de su boca, el sabor de su saliva, la textura de su lengua al acariciar la mía, todo en sus besos, en él, me volvía completamente loca.

Llevó sus manos a mis pechos y sujetando mis pezones entre sus dedos tiró un poco de estos haciendo que un fuerte gemido escapara de mis labios.

- Me perteneces Marinette... Nunca lo olvides.

Asentí, estaba tan excitada que mis labios no podían emitir algo que no fueran suaves jadeos o gemidos en ese momento... Adrien Agreste era sin duda el dueño de mi cuerpo, de mi mente, de mi corazón.

Con un rápido movimiento me tumbó sobre la cama y sin salirse de mi, se mantuvo recostado sobre mi cuerpo mientras me observaba fijamente, no pude evitar sonrojarme ante su intensa y seductora mirada.

- Eres tan hermosa... - Deslizó el dorso de su mano por mi mejilla y bajó lentamente hacia mi cuello, para después, apoyar ambas manos sobre el colchón y comenzar a penetrarme suavemente, de forma lenta, no apartó en ningún momento la mirada de mi y eso sólo me hacia ruborizarme cada vez más... Poco a poco fue subiendo la intensidad de sus embestidas, yo me aferré a su cuerpo y rodée su cintura con mis piernas, quería sentirlo eyacular dentro de mi, a pesar del preservativo.