Sedúceme despacio.

11

NICHOLAS

Un vaso tras otro y botella tras botella fueron pasando por nuestras manos. Así son los momentos Marriott mis hermanos y yo nos queríamos acabar el alcohol del lugar pero mis padres nos hicieron retirar antes de armar un escándalo como solo nosotros sabemos armar.

Nos montamos en el auto de Joel, si, era el que menos ha bebido o eso creo, llegamos a uno de mis bares favoritos Lukian solo al llegar, el guardia nos dio paso haciendo esperar a los que estaban en la fila. Fuimos hasta mi lugar de siempre y el alcohol empezó a fluir.

—¿Entonces tomarás el vuelo en la noche?
—Si bro tengo que regresar
—Solo a ti se te ocurre viajar tomar y viajar nuevamente Nicholas
—Celebraremos a Eham, es obvio que vendría Ares, además ya lo necesitaba.

Llegamos al piso de mi hermano y la fiesta ya estaba muy ambientada, fuimos al cuarto de mi hermano para dejar nuestras cosas y disfrutar.
Esto era una fiesta universitaria en todo el sentido de la palabra. Como extrañaba este tipo de fiesta. Ares y yo fuimos directo a donde estaba el encargado de las bebidas y tomamos sin reparo alguno.

Ya pasadas las horas el ambiente era más caliente, más gente había llegado, Ares bailaba con dos rubias que no tienen vergüenza alguna, podría decir que mi hermano estaba siendo manoseado sin pudor alguno. Eham hace mucho que había desaparecido con una chica y un amigo suyo era más que obvio que ella tendría doble placer esta noche, por lo tanto no me podía quedar atrás.

Ya entrado tenía a una rubia con muchas curvas y una morena candela, bailando muy pegado a mi sexo, una más se acercó, morena clara, castaña y con un cuerpo muy bien proporcionado no lo dude más y nos fuimos a una de las habitaciones de invitados al cual tenía la llave.

Al cerrar la puerta arrincone a la rubia y le empecé a devorar la boca mientras las dos morenas nos veían entusiasmadas las traje a nosotros y era un beso de cuatro bocas, las chicas empezaron a desvestirme y yo que me dejaba, en un momento los 4 nos encontrábamos en la cama la morena castaña está encima mío mientras las otras se daban placer entre ellas...

El frío me despertó de golpe y un poco de agua entró en mi nariz, la risa de Eham hacia reventarme la cabeza
— ¡Dúchate te estamos esperando!— mi cabeza casi explota, me tiró nuevamente en la cama pero esta mojada y se me quitaron las ganas. Me levanté e hice lo que me dijeron, por lo menos el cuerpo lo sentía más relajado y menos oloroso.
Salí tal como vine al mundo y fui al cuarto de James por algo de ropa.

En la cocina mis hermanos estaban degustando algo, me acerque rápido para probar lo que Eham había preparado. Estaba delicioso eso no hay duda pero el remedio que tengo en casa es más rápido para quitar la cruda.

Tenía pocos recuerdos al igual que mis hermanos y entre los 3 por más que intentamos recordar nada más no logramos hacerlo. Como si el peso del mundo cayera sobre mí, James comentó acerca de lo había dicho mi madre en la cena de ayer.

Fui a mi casa pero primero pase a casa de mis padres por mi auto, al revisar el móvil hoy en la mañana vi el mensaje de mi padre nuestros autos están en su casa que pasáramos por ellos. Solo al entrar bruno me recibió lanzándose hacia mí, me lleno de baba pero aun así me hace feliz. Por más que quise acordarme de ella en la fiesta de Eham no podía eso me estaba comiendo la cabeza, llame a un amigo que es investigador para que me hiciera ese favor y salir de dudas.

Saque a pasear a bruno a Central Park, bueno el que necesita salir era yo, correr un poco me distraería, como siempre mi fiel compañero aguanto mi ritmo al trotar, después de un poquito más de una hora trotando me deje caer en el césped, las piernas me dolía pero por lo menos todo el alcohol había desaparecido de mi cuerpo. No sé cuánto tiempo dure tirado en el césped pero sentí muy tranquilo al levantarme. Empecé a caminar de regreso y para ello tenía un buen tramo que recorrer.

Llego el lunes y con ello un centenar de preguntas y estado de ánimos que ni yo mismo me aguanto. Entre a mi oficina sin ver si mi sexi secretaria estaba en su área de trabajo. No entro después de mí y ni pasado los 5, 10, 20 minutos, salí a ver qué pasa y no la encontré en su área, el computador está apagado y no había rastro de ella.
Llamar a su móvil para saber el por qué no ha llegado pero no contesta su móvil. Intento una vez más y responde a al segundo tono, las puertas del elevador se abren y ella sale de la caja de metal, su semblante está decaído se ve que no ha dormido nada
—Disculpe señor, tuve un problema con...
—Descuida solo has tu trabajo

Regreso a la oficina y ella me sigue con la agenda, se ve muy bien pero creo que su mente está en otro lado. Por lo menos el día no es tan estresante.
—Adelante— las puertas se abren y África aparece con el semblante más decaído
—Señor, disculpe necesito retirarme...
— ¿Todo bien?
—No...
— Ve hacer lo que necesitas
—Gracias

De un momento a otro los teléfonos empezaron asonar, por más que dejaba que sonaran me estaban sacando de quicio, conteste enojado y me enoje más al escuchar lo que me estaban pidiendo. Una maldita entrevista para presentar a mi hija en público. Entre aun de los periódicos en línea y ahí estaba, en primera plana, yo con Sofía en mis brazos, había varias fotos más y estaban haciendo un escándalo con lo pasado el viernes en la cena.