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NICHOLAS





Todo el trayecto hasta mi mesa la gente me queda mirando más de lo normal, uno era por la bebé que llevaba en mis brazos y otra por la mujer que va a mi lado. No me acordaba de mis padres y ahí fue mi primer error de la noche, la mirada de mi padre era de sorpresa mientras la de mi madre era de emoción.

—Fami...
— ¿De quién esta niña?—pregunto rápido mi padre antes de sentarnos.

Las risas de mis hermanos no se hicieron esperar. Mi mente trabajo a la velocidad de la luz para probar que me había salido el tiro por la culata

—Buenas noches señores Marriott— mi sexi secretaria se puso a un lado mío y le estiro la mano a mi padre

—Muchos gusto señorita Woods, ¿Dígame qué hace usted aquí?

—He sido invitada señor por un amigo

—Pues vaya amigo...

—Basta James— mi madre se levantó y saludo con un abrazo a África

—Mucho gusto querida

—El gusto es todo mío señora Marriott

—Nada de señora, llámame Wendy, tomen asiento por favor— Nadie le puede negar nada a mi madre y eso incluye a mi padre.

[...]

Antes de ser servida la cena trajeron un silla para bebe, pero no fue aceptado por Sofí, la niña estuvo todo el rato en mis piernas o en las de Ares. La historia de África estaba algo rara, ¿Quién era África Woods? Ella se levantó para ir al servicio y fue e momento de las preguntas pero no por mi padre, mi santa madre fue la encargada

—Ahora nos dirás ¿De quién es esta niña Nicholas?

—Su madre se acaba de levantar por si no la han visto

—Eso lo sabemos quiero saber ¿Quién es el padre?

—Si ella no lo sabe menos yo madre

—Podría jurar que es tuya— esas palabras cayeron como agua fría, ¿Mia? ¡Imposible! ¿O no?

—Madre me matas de risa— mi risa contagió a la niña, todos en la mesa estaban observándonos y de la nada pare de ir, esto no es posible, ¿Ella mi hija? ¿Pero qué diablos? ¿Cómo paso esto?

— ¿Que me perdí?—pregunto África tomando asiento

—Nada quería, aun no traen el postre

—Qué bueno, mi amor ven con mami— ahora si la niña quiso ir con ella,

Yo me quede pensando en esa posibilidad, viendo bien la niña tenía mis ojos, esa mirada tan mía y su risa ¡¡Dios bendito es mi hija!!
Pero sacando cuentas según la historia de áfrica yo me encontraba en... maldita sea la fiesta de Eham!!! No Creo que ella estuviera en esa fiesta ¿o sí? Recuerdo que llegamos con Ares pasada las 12 y empezamos a tomar sin conciencia, tenía varias mujeres a mi alrededor pero no a ella, ¿o si? Termine desnudo en el cuarto de invitados sin nadie más a mi lado, no recuerdo más y si era verdad Sofía era mi hija las fechas coincidían y las similitudes eran obvias MADRE SANTA TENGO UNA HIJA

— ¿Nicholas?

— ¡Nicholas!— Mire a todos y ellos solo me observaban, inclusive la pequeña no me quitaba la mirada de encima.

—Dime Eham?

— ¿Estas bien

—Por supuesto

—Pues no lo parece

—A ti nada te parece hermano, si me disculpan voy al servicio

Me levanté rápido y de igual manera fui al servicio, la idea, más bien posibilidad de que Sofía fuera mi hija me estaba volviendo loco. Por más que forzaba mi mente para recordar nada más no sucedía, la ve mi rostro para relajarme pero ni eso me calmo, problema grande medias grandes ese siempre será mi lema.
Regrese a la mesa pero antes pase por la barra para tomarme un whisky doble y otro para llevar.

En la mesa todo era risas, hasta mi padre se estaba riendo y eso ya era mucho, el motivo de la risa era la pequeña con la cara llena de glaseado o algo por el estilo, tome asiento y rápido pidió que la tomara, ahora sí dude mucho hacerlo, las cosas habían cambiado, tome una servilleta y le retire un poco de glaseado, su mamá me dio una toallita húmeda para que la limpiara porque no quería que nadie más lo hiciera.

La tome con pocas ganas pero ella logró que todo este relajo en mi cabeza se esfumara a tal grado que me dio miedo de que se verdad. Tendría que tomar medidas al respecto pero la manera de hacerlo era el problema, tengo que saber más de ellas dos. Poco apoco la pequeña Sofía fue cediendo al sueño, la acomode en mis brazos y el calor que manaba me relajaba mucho, la solo idea de que sea mi hija me lleno de miedo y felicidad a la vez la contemplaba con gran atención, su mama me la pidió para quedársela, no quería dársela pero tuve que hacerlo. No tardó mucho con nosotros y se retiró hasta donde estaba el imbécil de Dumas. Ese imbécil no me quitara a mi hija, ahora ya la llamo hija ¡me voy a volver loco! mi familia me irritaron con sus preguntas.

Pasada una hora más decide irme todo esta locura me estaba comiendo la cabeza, justo antes de salir mi sexi secretaria y supuesta madre de mi hija apareció

—¿Ya se va? - pregunté cuando ella llegó hasta la entrada

—Aún no, lo noche apenas comienza ¿y tú?

—No, salí a tomar aire fresco

—Que se divierta entonces— antes de que se fuera la tome del brazo y le pregunte por la niña lo que ella respondió que se la llevaron a casa con sus abuelos ¿Acaso su familia estuvo aquí?

— ¿Sus abuelos?

— Si los señores Dumas— tan solo mencionar ese apellido provocó que mi sangre hirviera de coraje, ella y el estúpido de Alexander mantenían alguna relación entonces y si Sofía era mi hija el cabron ese está usurpando mi lugar

—Permítame— la tome del brazo y empecé a caminar a su lado, llegamos a lugar y ella quería ir a donde esta ese imbécil pero no la deje la lleve hasta la pista de baile, la tome de la cintura y la hice bailar conmigo, por un momento se negó y su resistencia hacia crecer mi enojo más, la segunda canción llego y aun la tenía pegada a mí pero ahora sin hacer tanto uso de la fuerza. La tercera canción llegó y los dos estábamos disfrutando de nuestro baile, mis manos apretaron más su cintura y ella llevó sus manos a mi cuello. Lleve mis labios a los suyos pero ella puso la mejilla, me reí por la ironía de la situación, me separe de ella le agradecí por el baile y fui directo a la barra donde estaban mis hermanos. Llegue y Sahara no dejaba de joder a Ares esta mujer no entiende

—Sahara lárgate de aquí y dejamos en paz, no te das cuenta que este imbécil solo se va a casar contigo por despecho, ten un poco de dignidad, ahora lárgate de mi presencia que no te soporto.

Lo siento pero ella pagó los platos rotos, como si no le hubiese dicho nada ella se quedó jodiendo de igual manera, mi hermano pasaba de ella, los 4 empezamos a tomar sin conciencia ya mañana será otro jodido día.








Sedúceme despacio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora