14

112 9 0
                                    

NICHOLAS



Las mujeres y los hombres son como los helados, por más fríos que parezcan, si les pasas bien la legua se deshacen...

Jhonwil






Durante todo el maldito día sentía el dolor en mis bolas, esta mujer si sabe golpear, después de pasar medio día en juntas por fin ha llegado el de comer, y muero de hambre, y me siento algo mareado, no sé si sea por no comer o por la media botella de whiskey. —Señor Marriott puede darme un minuto— levantó la vista la invitó a sentarse, dios que mujer —Dime ¿Que necesitas? Y dime Nicholas ya lo habíamos hablado— ella se cruza de piernas y estoy empalmado nuevamente, pero el dolor aun ahí sigue —Necesito, no, más bien le exijo que arregle todo lo que se está diciendo de nosotros, no hay un nosotros, no es el padre de mi hija y sobre todo quiero privacidad, no sabe por lo que pase ayer, lo molería a golpes pero es mi jefe...— la escuche pero me perdí en ese hermoso cuerpo, ¡vaya! Que mujer la que tengo enfrente.

La tomaría ahora mismo, rompería esa linda blusa, subiría su falta hasta su cintura, besaría cada parte de ese lindo cuerpecito, tomaría ese par de tetas y las probaría hasta cansarme. ¡Dios! La haría mía en el escritorio, en el sofá en todos lados... Un sonido fuerte me saco de mis pensamientos, la cara de mi secretaria me decía que estaba algo molesta. — ¿Ha escuchado algo de lo que acabo de decirle?— la verdad no pero no se lo diré— Si, ¿algo más que decir?, tengo trabajo— se levantó y me ve a los ojos, no aguanto esa mirada y llevo mi vista a ese par de tetas —Arréglalo y deje de ver a mis lolas, degenerado— se da la vuelta y con ese vaivén en su cadera sale de mi oficina.

Me dejo con una sonrisa y una erección, ¡dios parezco puberto hormonado!, corro al baño y le pongo seguro, basta con mi imaginación para llegar al clímax, me limpio bien la mano y regresó a trabajar, cual quiera diría que tengo un problema con mi control sexual. Término lo que tengo pendiente, antes de salir de la empresa para ir a comer paso a la jungla de bebés y veo a la princesa del lugar, me emociono de solo verla y eso es muy extraño y poco inusual en mí. Me contengo de ir y tomarla al girar choco con el cuerpo de mis noches húmedas y sabanas mojadas, África Woods, la tomo antes de que caiga, tiene los ojos cerrados y me aprovecho de la situación. Sus labios saben a gloria, muevo mis labios lentamente para saborear los suyos pero la necesidad me supera así que el beso, o más bien mi beso, se vuelve un beso desesperado. Me separo de ella no porque quisiera, más bien porque ella no respondió el beso, nada, ni siquiera un piquito, creo que mi fama se va air por los suelos después de esto. Ella abre sus ojos y lo primero que ve es mi sonrisa, ella también sonríe.

Mi cara cambio a una de dolor, por segunda vez en el día, mis bolas sufren a causa de su rodilla. La suelto para poder llevar mis manos y tirarme al suelo a llorar de dolor, no se crean, no lo hice pero ganas no me faltará. Recordé el lugar donde estaba así que deje mi sufrimiento para después. Ella pasa y toma la pequeña Sofía mientras yo lloro internamente. Las 4 chicas que cuidan a los niños me están mirando con cara de asombro —ninguna palabra a nadie de lo que vieron— ellas asiente y voy detrás de mi sexi secretaria y mi supuesta hija.

Debo hablar con Tobías para ver que tanto ha avanzado pero creo que lo are de la forma más rápida, una prueba de ADN, pero primero tengo que hablar con la mama, esa idea me gusta. Ella se encuentra con mi hermano en medio de la recepción y antes de que salieran me les uní, dijeron que no pero no me importo así que fuimos caminando al restaurante mi otro hermano.

Queriendo o no me metía en su conversación de vez en cuando, mientras tanto tenía a Sofí en mis piernas, la comida llegó y nuevamente le di de comer, ya me estoy haciendo de experiencia por si acaso. — ¿Nic?— un escalofrió recorrió mi cuerpo alcé la mirada y ahí estaba, dios porque la vida me trata así, debe matar a alguien en mi vida pasada, Ceci, una loca que no me dejaba en paz hasta que me desaparecí por mucho para que dejara de acosarme. —¿Tu eres?— que se valla por favor —Al parecer ya se ha olvido quien soy— nunca lo haría y no es en la buen sentido —Así parece— ella sonríe y espero que no haga un drama, suficiente tuve con el que hizo Diana —Soy Ceci— arregla su vestido mientras me ve directamente —Sigo sin recordarte, ¿necesitas algo?— ella está por hablar pero mi hija llega al rescate — ¡papa!— esa palabra me alegra tanto, la acerco a mí y le doy un beso tronado —¿Tienes una hija?— solo rodé los ojos, acaso no quedo claro cuando mi pequeña me llamo papá —Aun no entiendo que se te ofrece, estamos reunido en familia como puedes ver— ella solo se encoje de hombros y se da media vuelta. Regreso a la pequeña y terminamos de comer si más interrupciones, fue mala idea levantar la vista hacia dónde está mi sexi secretaria, podía jurar que si las miradas mataran yo estaría 3 metros bajo suelo y ella estuviera bailando sobre mi tumba. —Usted y yo hablaremos seriamente— todos los bellos de mi cuerpo se erizaron y no fue por placer, esas palabras fueron muy directas, hasta mi bolas se encogieron al escucharla. No podría con un golpe más.

En medio camino el olor a algo podrido llego mi nariz, mire en la calle y nada, el olor nuevamente se hizo presente, volvía buscar y nada, la risa de la bebe me hizo mirarla, la acerque a mí para olerla y puff he ahí el problema, sin más se la di a su madre para que hiciera cargo. No basto con todo lo que había pasado hoy en la comida, la susodicha psicópata acosadora sexual, está en recepción esperando por mí.







Muchas gracias por leer mi novela, espero y les esté gustando hasta ahora, si no ha pasado por  mi otra novela JHONWIL es hora de pasarse por ella, estoy muy seguro que les gustara mucho.


Sedúceme despacio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora