One shots/Harry styles

No me dejes ir/Parte II Final

Parte II

Me devolvió el abrazo, soltándo su maleta y dejando que chocara contra el suelo. Sentí mi piel calentarse.

   Dios mío, Harry   murmuró con voz baja, apretándo su agarre.   ¿Qué haces aquí?

   Lo siento, lo siento mucho. Perdoname.

Me separé de ella, sintiendo como mis lágrimas se acomulaban en mis ojos. Sus ojos buscaron los mios, confundidos y con el ceño fruncido y los labios apretados. Aún así, estaba bellíssima.

   ¿Qué te tengo que perdonar?

   Todo. Se que he sido un idiota, pero lo he echo por ti. De verdad, perdóname   hablaba acelerado, intentando ordenar las palabras en mi cabeza. Ella apretó mi brazo.

La mujer que descansaba al lado de la puerta, nos hablo.

   Señorita, ¿va a entrar? Si no, por lo menos, deje paso a los demás pasajeros   murmuró, mirandonos.

   Harry, tengo que subir. Lo que quieras decirme...   la interrumpí.

   Un segundo.   Agarré su mochila y la aparte hacia un lado.

Me miró sin entender nada.

   Harry, explicamelo. Debo subir a ese avión o si no lo perderé.

   No quiero que subas.

   ¿Qué? Harry hemos roto, más bien, tu cortaste conmigo. Lo dejamos y ahora ya puedo irme. ¿Qué es lo que quieres ahora? Creía que te daba igual lo que hiciera.

   No. Nunca me has dejado de importar. Creeme.

   No logro entenderte. ¿Qué es lo que exactamente me intentas decir?

Suspiré, agarré aire y hablé, directamente.

   Intento hacerte entender que te amo. Que me importas, y que no quiero que te alejes de mi. No quiero que me dejes ir.

   ¿Me amas? ¿Entonces porque me dejaste? Harry, por favor...   contestó, ladeando la cabeza hacia la derecha. Pasé la mano por las suyas y las sostuvé con delicadeza.

   Tienes un sueño, y se lo importante que es para ti, pero también se lo importante que eres tu para mi. Te deje, porque si lo hacia, no tendrías nada que te atará aquí y podriás mudarte y cumplir tu sueño, pero me he dado cuenta de que no quiero dejarte ir. Suena egoísta lo se, pero te quiero, te quiero conmigo.

Pestañeó y me miro, sin decir una palabra. Su pecho subía y bajaba, con más rápidez que antes.

   Di algo, si quieres irte, lo entenderé, pero..

Presionó sus labios con los mios y me abrazó con fuerza por el cuello, acerándome a ella. Mi pecho se hincho y le devolví el beso, con la misma intensidad que ella me lo había dado. La apreté contra mi, con la esperanza de que decidiera quedarse.

Nos separamos y ella miró mis labios, subiendo la vista hasta mis ojos. Dejé mostrar una pequeña sonrisa.

   Perdoname a mí, Harry. Siento todo lo que te dije, no lo decía enserio...

Pusé mi dedo en su labio, callándola.

   Me da igual lo que me llamarás, tampoco estabas muy equivocada   soltó una risita y me volvió a besar, tomándome desprevenido. Acarició el cabello de mi nuca y enredó uno de sus dedos en el rizo a un lado de mi oreja. Mordió su labio.   Eché de menos tus besos.

Sonreí. Dejó caer su mano por mi mejilla y me miró a los ojos, con sus brazos aun alrededor de mi cuello.

   Te quiero, y lo siento mucho, Harry. Te quiero, de verdad.

   Te amo.

Me mostró una sonrisa.

La mujer nos habló de nuevo, obligándonos a girar. Nos mostró con su mano la puerta y se acercó un poco al mostrador.

   Señorita, ¿va a subir? Tenemos despegar ahora, o sube o se queda.

Miró a la mujer y después a mi, bajándo la mirada y acariciando mi cuello con sus dedos. Sostuvo sus ojos en los míos por un momento, sonrió y después la miró de nuevo.

   Ciérrela. Me quedó.

La mujer asintió y con un movimiento de cabeza, cruzó la puerta, cerrándola tras de si. Quedámos solos y solo pudé mirarla, sin entender.

   Creí que te iriás. Serías feliz en los Angeles, cumpliendo tu sueño.

Negó con la cabeza, poniendose de puntillas y besándome la punta de la nariz.

   Soy feliz contigo y fuera donde fuera, si tu no estas, no conseguiría serlo. Te amo, Harry.

Me agaché, y la alcé por la cintura, levántandola del suelo y haciéndola girar. Soltó carcajadas y se aferró a mi cuello. Le dejé de nuevo y la besé, con ansias y con desesperación.

   Te amo y juro nunca a dejarte ir.

   Mejor, porque no voy a dejar que lo hagas.

Reí y la volví a besar, dejándo que su sabor, hinundará mi boca.

                                            

fin.