*40*/Final Part

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Semanas después.



Sahori POV'S

Me levanté de la cama con suma delicadeza, tratando de no despertar a Harry, pero su brazo enrollado a mi cintura no me dejaba, estuve casi diez minutos tratando de zafarme hasta que lo conseguí, entre al baño a tomarme una ducha rápida, comprobando la hora.

6.45

Perfecto.

Los niños tenían que estar listos y ya desayunados a las ocho y media, estas últimas semanas habían sido difíciles.

No, no difíciles.

Agotadoras.

Mi cerebro a veces parecía que explotaría y colapsaría cualquier segundo. Pero ellos eran su motor, eran su razón. No recordaba muchísimas cosas, todavía.

El doctor había asegurado que, con el paso del tiempo, iba ir recuperando los recuerdos. Solamente que había momentos donde recordaba y le daba un dolor de cabeza insoportable. Incluso había ocasiones donde se tiraba al piso a llorar del insoportable dolor.

Estaba exhausta.

Y todavía ni regresaba a su trabajo, por su bien era mejor no regresar por el momento.

Seco rápidamente su cabello con la toalla y se puso una ropa cómoda para bajar y preparar el desayuno. Puse la cafetera en cuanto entre a la cocina, mientras cocinaba unos huevos revueltos con tocino, esos eran los favoritos de sus hijos. Harry se lo había dicho.

Y ese era el maldito problema, muchas cosas las hacia porque su esposo se las había dicho y no porque ella en si lo recordara.

Del congelador saco unos waffles, para después ponerlos en la tostadora. Eso sí recordaba, que a su esposo le encantaban los desayunes híper dulces. Hice una mueca de asco. Yo odiaba los desayunos dulces, mil veces prefería lo salado.

Termine de cocinar los huevos y tape el sartén para que no se enfriaran. Todavía me quedaba media hora, la tostadora indicaba que tardaría quince minutos los waffles ya que estos estaban completamente congelados, pondría una lavadora. Dentro de la cocina conectaba una puerta al pequeño cuarto de lavado, tomo las cestas de los niños y hecho un poco de jabón. La puta lavadora tenia tantos botones. Carcajeo al recordar cómo se había quedado en blanco la primera vez que la vio. Los primeros tres días después de salir del hospital, su casete se había borrado por lo menos 12 años. Todo era demasiada tecnología, pero con los días iba recordando y adaptándose. Escuché el chirrido de una silla y salí a la cocina, era temprano que los niños estuvieran listos, así que lo más probable era ver a su esposo ahí. Salí del cuarto de lavado y me detuve en seco una vez que vi a Emily en un taburete frente a la isla.

Achine mis ojos un poco, ella estaba bañada y cambiada. Prácticamente lista para la escuela, pero faltaba bastante para salir a tomar el autobús. Tenía en sus manos un cepillo y una liga.

Sonreí en cuanto vi a mi niña y me acerqué a ella para darle un beso, ella sonrió con sus brazos abiertos. Ellos se habían portado tan bien conmigo después del accidente, apoyaban en todo y de verdad que habían sido de grandísima ayuda para mejorar su memoria.

Tomé el cepillo entre mis manos para empezar hacerle una trenza en su cabello.

-Mami-.

Hay dios, significaba que Emily quería algo.

- ¿Si? -.

-Hay un chico...-.

Sonreí feliz, su pequeña niña al parecer estaba sintiéndose atraída por un jovencillo, sabía que jamás de los jamases ella se lo contaría a su padre.

- ¿Hay un chico? ¿Y qué tal es guapo? -. Sonreí a mi hija mientras terminaba con el peinado y me colocaba del otro lado de la isla para apreciar mejor a mi hija.

-Tiene unos ojos... wow mamá. el si es muy lindo-. Emily suspiro y a mí se me encogió el corazón, era el primer enamoramiento de su hija, estaba feliz. Feliz de poder compartir ese momento con ella.

- ¿Quién es lindo? -. Harry apareció rápidamente en la cocina mientras se dirigía hacia la cafetera que estaba llena.

-Un cachorro que vimos ayer en el mall-. Conteste rápidamente, ya que Emily estaba roja hasta la punta de los pies. Harry saco miel y mantequilla del refrigerador y lo puso en la isla. El sonido de la tostadora retumbo en la cocina indicando que los waffles estaban listos. Mientras el preparaba su desayuno, volteé para servirle jugo y el desayuno a Emily. Yo llene mi taza de café y checaba mi móvil, mientras ellos dos estaban en silencio tomando el desayuno.

- ¿Ninguna de las dos me dirá el nombre de ese rufián?-. Emily se atoro con el desayuno porque empezó a toser y yo casi le escupía el café a mi esposo. -¿Qué tan lindo es Emily? Nos hemos quedado con la duda tu madre y yo-. Harry volvió hablar al no haber escuchado respuesta a su primera pregunta, volteaba a ver a su hija y a ella repetidamente.

-Harry..-. Mi voz salió con tono de advertencia, no quiero que haga de su primer amor una experiencia traumática. El levanto sus manos en modo de inocencia.

-Cuéntanos, anda Emily, muero por saber-. El insistió viendo a su hija.

-Se llama Leonardo, es muy agradable-. Su hija hablo sonrojada a mas no poder mientras esperaba la reacción de su padre.

Harry tomaba con fuerza la taza de café, le quite la taza de sus manos o le caería encima el líquido caliente y quería evitar una maldita quemadura.

Él ahora estaba sonrojado también, pero del coraje.

En ese momento entro Robert con cara de pocos amigos, al principio había pensado que el niño estaba enojado conmigo, pero en realidad, a ese pequeño simplemente no le gustaban las mañanas.

-Buenos días-. Dijo Robert y se sentó a lado de su hermana, serví su desayuno y los siguientes diez minutos pasaron lentísimos, todos estaban callados.

Se podría cortar con un maldito cuchillo la tensión que irradiaba la cocina, Emily estaba jodidamente nerviosa, Harry comía duraznos en almíbar aunque ella había regañado su estilo de comer a él no le importaba y claramente se le veía enfadado, así que era caso perdido, y su hijo permanecía callado sin importarle nada, pero ese ere el habitual comportamiento del niño todas las mañanas.

-Bueno niños, les daré cinco dólares para que compren algo en la escuela, hoy no he alcanzado a preparar algo para llevar-. Dije rompiendo el silencio, en realidad no fue el tiempo, sino que lo había olvidado por completo. Ser mamá era difícil y ella parecía haber aprendido en 3 semanas.

-No digas niños, ella ya no es una niña-. Harry apunto a su hija con recelo.

-Harold Edward Styles-. Mi voz salió furiosa, inconsciente de mis palabras. Todos voltearon a verme con sorpresa y de verdad que me quede pasmada.

- ¡Wow! Papá sí que estas en problemas-. Robert rio al escucharme y mi cara fue de interrogante.

Harry sonrió y me abrazo rápidamente. –Es así como me decías cuando estabas furiosa-. Él dijo sonriéndome y yo lo empuje poniendo mis manos en su pecho.

-Estoy enojada, retráctate con tu hija-. Dije y Emily se hizo más pequeña en su silla, mientras observaba a su padre.

-¿Cómo puedes estar enamorada Emily? ¿Y de un maldito que tiene nombre de marica? -. El reprocho como niño pequeño a su hija.

-Esa boca Styles-.

Los siguientes minutos fueron de Harry reprochando a su hija y su hermano molestándola con el tal chico.

Su esposo.

Su renagado esposo.

Esa jodida boca que no tenía filtros con sus hijos, me pasaba regañándolo por todo.

Pero así era esta familia, y no tenía ningún arrepentimiento.

Estaba donde tenía que estar.

Talvez mi cerebro no recordaba algunas cosas.

Pero mi corazón sabía que eran ellos y que aquí pertenecía.

Este era mi hogar.

One shots/Harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora