One shots/Harry styles

Blinding Lights/Final Part

Quiero dedicar este final a una lectora que quiero muchísimo! Hace años tenemos comunicación y me encanta la idea que algunas lectoras sigan conmigo. Eso me inspira a seguir escribiendo aun cuando no tengo nada de ideas jeje :) Eres una persona increíble Gloria y gracias por toooodos tus buenos comentarios y apoyarme en ideas. Te mando un beso y abrazo

glorimar1D

¿De que quisieran que se tratara el próximo shot? Las leo! Dejen sus comentarios.

Si gustan dedicación envíen un mensaje privado o dejen su comentario. Gracias por leer! Gracias por enviar sus mensajes y espero que lo disfruten :) Siganme en mi perfil para que tengan noticias cuando actualice .

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Harry's POV

Un bebé no estaba en mis planes definitivamente no lo estaba. Me dolía la jodida mano, Alexia sí que tenía fuerza, se retorcía como el exorcista y estaba roja a mas no poder.

Mi madre la tomaba de la otra mano mientras susurraba pequeñas palabras alentadoras, pero ni trayendo al mismo papa del vaticano Alexia dejaría de retorcerse. Maldita sea ¿En qué mierda me había metido? Mi madre no me habló por cuatro meses y Des era hora que me veía y quería sacar mis ojos con cuchara. Habían dejado los rencores fuera al ver como Alexia le crecía su vientre, mi mamá no se pudo contener el no estar al lado de ella como lo haría cualquier madre y Des, pues era su hija al final de todo y era lo más importante para él. 

La quería muchísimo, había sido difícil al principio, pero joder en estos momentos estaba saliendo un bebe de su mujer.

No podía pensar con claridad, había sangre y yo no soportaba la sangre. Alexia gritaba mi nombre una y otra vez de una manera diabólica.

-Te odio, te odio tanto Harry Styles-. Mi madre rio y yo estaba pálido entre la sangre y el odio de Alexia.

-Mamá-. Dije en un susurro lleno de miedo, Alexia se veía mal estaba sudando y temblaba.

-Está bien cariño, es parte de todo-.

¿Parte de todo?

Dios.

-Vamos Alexia, solo uno más-. El doctor dijo entre las piernas de Alexia sonriendo. ¿Quién sonreía en estos momentos de exorcismo? -¿Quieres acercarte Harry?-.

Yo dude, pero era mi hijo o hija, Alexia quería mantener en secreto el sexo del bebé hasta que naciera, lo que el doctor no nos pudo ocultar era que venía con Síndrome de Down, estaba jodidamente nervioso, mi mundo era ella y ese bebé.

Cuando nos enteramos de ello, Alexia lloró tantas noches que no podría ni contarlas, incluso nos habían dado la opción de parar el embarazo, pero ni ella ni yo queríamos eso. Si ese bebé estaba ahí era para un propósito. Me acerque dando pequeños pasos hasta estar al lado del doctor, casi me desmayo al ver por donde saldría mi hijo.

Mi mano estaba roja y probablemente en unas horas tendría marcas, moví mi muñeca de lado a lado dejando salir el dolor.

Un grito salió de los labios de Alexia, y todo fue tan rápido que mi corazón se detuvo. En mis brazos se encontraba el segundo amor de mi vida.

-Es una nena-. Informo el doctor y se me llenaron los ojos de lágrimas, era perfecta. Su piel blanca estaba enrojecida y sus ojos cerrados mientras lloraba a todo pulmón.

Escuche como Alexia estaba sollozando y acerque la bebé a ella mientras depositaba un beso en su viscosa piel, la tomo en brazos y jamás pensé tener un panorama perfecto en la vida.

Mi mujer y mi niña rojas llorando a mares mientras mi madre me abrazaba a un costado diciendo que todo estaba perfecto.

Claro que todo estaba perfecto.

Más de lo que alguna vez me pude imaginar.

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Un año después.

-Vamos amor, tu puedes-. Sostenía de sus pequeñas manos a Gloria, mi pequeña Gloria.

Ella rió y se tumbó de nuevo al césped, sus rizos rubios saltaban por todas partes y sus ojos azules como el mar me miraban alegremente, rodé mis ojos, esta niña era imposible.

Alexia me sorprendió envolviendo sus brazos en mi cuello y dándome un beso en la mejilla.

-Hey-. Ella sonrió contenta mientras miraba a nuestra pequeña. –No debes presionarla Harry, solo hay que seguir realizando sus ejercicios-.

Yo asentí comprendiendo, a veces olvidaba que mi pequeña tenía una condición, la veía tan perfecta que no quería que ella tuviera límites.

Y no tendría jamás límites, lo sé.

Había sido difícil pasar por sesiones de terapia para comprender como funcionaba el cerebro de ese pequeño ángel risueño. Para Gloria todo era risas y bromas.

Alexia se sentó a lado mío sosteniendo mi mano, me lleve su muñeca a mi boca para depositar un beso en ella.

-Te amo y ella-. Señale a Gloria. –Es el mejor regalo que alguien pudiera darme en cualquier vida-. Dije viendo como mi pequeña reía con el cachorro chihuahua que habíamos adoptado hace dos meses.

-Es un ángel-. Mi mujer suspiro diciendo eso.

Si.

Maldita sea sí.

Era un ángel, en el momento que Des vio a esta hermosura pareciera que se había formateado su cerebro y esas ganas de quitarme los ojos con cuchara y demás cosas diabólicas habían desaparecido. Mi hija era un ser divino para poder quitar cualquier rencor del abuelo.

Sus abuelos eran increíblemente diferentes cuando la pequeña se postraba a sus ojos. Mi madre no paraba de decirle lo hermosa que era a cada segundo y Des no la soltaba por ningún momento.

-Claro, es el ángel más precioso que han visto mis ojos, bueno claro sin contarte a ti eh-. Sonreí subiendo mis cejas un poco, mi mujer se sonrojo y rió mientras negaba.

-Jamás hubiera pensado que esto ocurriría-. Soltó un suspiro y sus ojos oscuros me miraron.

-Créelo, porque yo no veo alguna otra forma para poder remplazar esto-. Dije besándola en los labios.

Gloria se acercó gateando hacia nosotros y tocando con sus pequeñas manos los pechos de Alexia. Todavía no decía ninguna palabra, pero no nos preocupaba, la psicóloga nos había dicho que el habla y el caminar era un poco más tardado que los demás niños.

Pero Alexia había sido tan dedicada en cada terapia, quería asegurarse de darle lo mejor y yo también quería lo mismo.

-Ya no más pecho para ti señorita-. Alexia dijo mientras tocaba la nariz de Gloria y la bebé hizo un puchero mientras veía a su mama y a mi repetidamente. Hasta yo hubiera hecho ese puchero si me quitaran ese par de pechos. Comprendía a mi bebé.

-Pa..pá..pá-. La voz más dulce del planeta había dicho Papá. Me desconcerté por un segundo, pero Alexia estaba sonriendo con los ojos abiertos de más y la niña seguía tocando sus pechos en busca de leche.

- ¡DIJO PAPÁ! -. Grite y ambas rieron.

-Si escuchamos Harry-. Dijo Alexia tratando de engañar a la pequeña con un biberón, pero ella hacia muecas mientras tomaba su leche.

-No seas celosa amor -. Dije sonriendo y sacando mi lengua como pequeño a mi mujer.

Ella rodó los ojos riendo, en sus ojos veía amor, paz y tranquilidad.

Alexia siempre había estado en mi camino, solo hacía falta algo que nos uniera todavía más.

Nunca te des por vencido en el amor, todo se puede. Mientras exista el amor, hay esperanza y vida. Aprovéchenla al máximo.

Porque yo lo estoy haciendo.

Vaya que lo estoy haciendo.