EPÍLOGO.

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Un mensaje llegó al reino tres días después de que Isaías desapareciera. El mismo estaba dirigido hacia Zayn, escrito con letra pulcra y elegante, firmado exclusivamente por la que consideró durante muchos años su madre.

El pedazo de papel todavía permanecía en manos del rey. Leído aproximadamente durante unas diez veces desde que le fue entregado. No comprendía en su totalidad las cortas frases que la antigua gobernante relató, seguramente bajo la luz de unas cuantas velas, con el ceño fruncido y una pérfida sonrisa en los labios.

"¿Crees que tienes el poder suficiente para gobernar los cuatro territorios tú solo?" Decía al inicio. "Quiero ver cómo tu pueblo cae pieza por pieza cuando todos se den cuenta de que los otros tres grandes no están de excursión. ¿Quién crees que tendrá la culpa de todo? Te daré una oportunidad, pequeña paloma; di la verdad sobre tu linaje y olvídate de gobernar... O la guerra realmente iniciará."

Pasó una mano por sus negros cabellos mientras repasaba letra por letra una vez más. Sabía la carta de memoria. El papel se encontraba tan arrugado por la forma en la que él la manejaba que dudará alguien más pudiera entender, pero Zayn conocía cada palabra, oración y amenaza que su madre adoptiva escribió con tanto ímpetu.

Nunca había necesitado tanto de los consejos de su padre como en ese momento, quien le debía demasiadas explicaciones. Soltó un cansado suspiro. El viejo monarca llevó sus secretos a la tumba, sin importarle que posiblemente los mismos fueran la destrucción de tan poderoso legado.

— ¿Zayn?

Los ojos cansados de Malik se alzaron hasta hallar con la puerta del salón, donde la cabeza de un tímido Liam se asomaba.

Comenzaba a familiarizarse con ese nuevo comportamiento del castaño, en donde siempre preguntaba antes de entrar a la misma habitación que él, o se aseguraba de que estuviera de ánimos para acercarse a su persona. Lo trataba como si fuera un animal herido, a punto de atacar si lo perturbaban demasiado. De alguna forma, Zayn se sentía así.

— ¿Ocurre algo? — Cuestionó, acomodándose mejor en el trono. Después de todo, debía parecer imponente aun cuando experimentaba todo lo contrario.

Liam no dijo nada. En cambio, entró en el salón, y Zayn pensó que cerraría la puerta tras de sí inmediatamente. Sin embargo, esperó un momento para hacerlo, y eso capturó toda su atención.

No imaginó que Harry acompañaría al mayor, agazapado contra su espalda. Por un segundo se sorprendió ante la facilidad del rizado por esconderse, lo que hizo que pensara nuevamente en cómo aprendió todas esas cosas siendo un príncipe Middleton.

Recordar el origen de quien era su más fiel sirviente le provocó una mueca.

— Él no puede... — Liam alzó las manos, callando a su majestad. Zayn enarcó una ceja, ¿ahora volvería a pensar que podía dominarlo? No obstante, calló, decidiendo que escucharía lo que ambos chicos tenían para contarle.

Liam empujó al menor para que se adelantara, posicionándose detrás de él. Zayn pudo percibir los temblores en el cuerpo de Harry, quien pareció respirar profundamente antes de bajar la mirada a sus pies.

— Harry quiere decirte algo — comenzó Liam. Sus ojos miel conectaron con los propios, y Zayn trató de cuestionar qué demonios intentaba conseguir con eso. Éste solamente sacudió la cabeza, pidiendo paciencia con ese gesto.

Una vez más, Harry cogió una enorme bocanada de aire, pero, cuando exhaló, palabra tras palabra salió de su boca como vómito verbal.

— Sé que no confía en mí, sé que jamás volverán a hacerlo. No puedo explicar qué sucedió en Tierras rojas, o tal vez sí, pero estoy muy seguro de que no creerían ni media palabra de lo que me gustaría decirles. Liam insiste en que debo hablar para el bien de todos, pero yo le he dicho que no servirá de nada si ninguno de ustedes confía en mí y yo... — Tantas palabras seguidas sin pausa alguna le produjeron dolor de cabeza a Zayn, quien solamente gruñó para indicar que fuera directo al punto principal.

THE KINGDOM ♛ Z. M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora