CAPITULO 32

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Unas horas después, ya de madrugada, oigo el crujir de la madera con cada paso que él da, hasta que dejan de oírse. Estoy acostada llorando sin poder parar. Sujeto fuertemente su camisa, con la que ayer me habia tapado, temiendo caer en la soledad. Percibo su aroma y eso solo profundiza mi dolor. No puedo creerlo. Empiezo a gimotear con impotencia ¿Por qué volvía a suceder esto?¿Qué error cometi?
Mientras lloró recordando lo que paso hace unas horas, abrazando mis piernas, me preguntó que debería hacer.

Flashblack.

Discutimos sin encontrar una solución a nuestro dilema. Ambos estábamos asustados y lo sabíamos. Teníamos diferentes puntos de vista y eso nos estaba dificultando las cosas. Nos amamos como nada en el mundo y de igual forma a la familia que habíamos creado. No queríamos perder nada de lo que amábamos. Yo no estaba dispuesta a sacrificar nada de ello. Él, si. Nos prefirió a nosotras antes que a Konoha y sus amigos. Yo también estuve a punto de hacerlo pero se que, de hacerlo, nunca me lo perdonaría. Aun no hemos doblegado al otro y esto se llevará toda la noche, eso es seguro.
Tomó su nuca y lo beso de manera profunda, Itachi corresponde y ambos tratamos de transmitir todo lo que estábamos sintiendo. Me toma de la cintura con fuerza. Sus manos empiezan a recorrer todo mi cuerpo con fiereza. Nuestras respiraciones se agitan. Su pecho sube y baja contra el mio. El calor recorre todo mi cuerpo. Lo beso con una pasión devoradora, como si mi vida dependiera de ello. Él corresponde de igual manera. Con sus labios y manos, me posee. Me marca como suya.
De repente, me carga como princesa y me besa ocasionalmente, hasta llegar a una casita con el emblema Uchiha enfrenté. A penas entrando, me acorrala contra la puerta. Mete su mano por debajo de mi blusa y acaricia mi abdomen con ternura. Sus caricias me derriten.
Ya a estas alturas, no acuerdo por lo que discutíamos hace unos instantes y no me interesa. No con él besando mi cuello.
Mis manos no se están quietas y acarician su abdomen, marcando cada cuadro que encuentro.
Sin permiso, toma cada extremo de mi blusa y tira de ella, rompiendola. Mi pecho queda cubierto sólo por vendas y eso no le agrada, así que repite la misma acción que antes. Pero ,esta vez, si estoy completamente desnuda ante él. No contenta con el resultado, tiro de su camisa para arriba, dejandole en el mismo estado que yo.
Lo detalló, desde sus caderas(que, Kami, son extrañamente excitantes, por que se encuentran muy cerca de su miembro.), su abdomen ( que me hacen recordar al dios que tengo de amante), hasta llegar a sus labios y ver su mirada devoradora, que me recorre de arriba abajo, deseando tocarme. Sus labios me incitan y sin pensarlo dos veces, me lanzo a saborearlos. Itachi, me corresponde. Pero esta vez, me atrapa más contra la pared, con una mano me sujeta las manos con una de las suyas y las pone sobre mi cabeza.

-No te muevas. - Me ordena. Yo asiento totalmente sumida y el sonríe.

Saca un kunai de su pantalón y pasa el frío metal por todo mi cuerpo. Me arqueo y lo maldigo. Llega hasta mi short y de un una cortada, rompe mi ropa faltan te.
En cuestión de segundos ahora estamos uno contra el otro, jadeantes y llenos de deseo. No quiero a nadie que no sea él, estoy impaciente por que tome posesión sobre mi, que me colme completamente.
Me hace rodear mis muslos alrededor de él, y cuando al final me posee, me dejó llevar por la intensidad del momento. Pierdo la noción del tiempo y del espacio.
Cuando caigo de nuevo en la realidad, estamos acostados en un viejo futon que encontró Itachi. Estoy sobre su pecho pensando en que seria lo mejor. El me mantiene abrazada a él, sin darme la posibilidad de alejarme o de tener frío.

-Itachi, yo creo que...seria mejor luchar.

-No, no volvamos al mismo tema. Ya veremos que haremos mañana. Pero ten en cuenta que las amo más que a mi vida y sin importar lo que escojamos eso nunca cambiará. Nunca dejarán de ser lo más precioso que me a sucedido en la vida. Sin ti, Sakura, es posible que ahorita estuviera más que muerto. Te debo mi vida, porque me diste motivos para disfrutarla. Nunca seré capaz de pagarte todo.

¿QUE PASARIA SI...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora