~ 4

14 4 0
                                    

Narra Alex

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Alex

Todo estaba oscuro, apenas podía ver mi reflejo en el charco de agua sucia que tenía junto a mi. Había una pequeña lámpara con una luz muy tenue en el rincón de la habitación. Este tormento parece no tener fin.

Hace ocho meses que me encuentro en esta maldita pocilga. Todo ocurrió tan rápido que apenas tuve tiempo de procesarlo. Lo recuerdo como si hubiese sido ayer.

Flashback

Llovía torrencialmente, casi media ciudad de Buenos Aires se encontraba sin luz. Mi madre y Mike habían ido a visitar a nuestro tío Lionel a la provincia de Mendoza, por lo que me encontraba solo en la casa. Liz partió esa misma tarde a la ciudad de Olavarría para un recital de Rock, yo no me sentía a gusto, por lo que decidí quedarme en casa y dejar que ella disfrutara con sus amigos.

Un fuerte golpe en la puerta me sobresaltó. Corrí a abrir y retrocedí a ver quien estaba allí.

Jazmín se encontraba arrodillada en el piso, completamente empapada por la lluvia y muy golpeada, a su lado un niño de unos dos años y medio, con unos ojitos verde agua parecidos a los míos y el cabello dorado como el oro. Observé el rostro de Jazmín por un momento, sus ojos tenían grandes moretones y cortes por todos lados.

Ella pudo haberme lastimado hasta el cansancio, pero yo no podía permitir dejarla afuera esa noche de tormenta.

Rápidamente corrí y la levanté, hice que ambos ingresarán a mi casa y luego fui en busca del botiquín de primeros auxilios. Comencé a curar todas sus heridas lentamente sin decir una palabra. Sus ojos mostraban temor. Se posaron sobre los míos por un momento y una potente electricidad me recorrió desde la nuca hasta la punta de mis pies.

-¿Qué sucedió Jaz? Pregunté asustado. Sus ojos lentamente se llenaron de lágrimas.
-Erik, Alex.. Respondió mientras negaba con la cabeza. -Me rehúse a seguir trabajando con él, quise darle una mejor vida a Mateo. Miró en dirección al niño. -Y Erik se volvió loco cuando se lo dije, me golpeó hasta que creyó que había muerto. Cuando se fue, escapé. No sabía a quién acudir, cariño.
-¿Él es tu hijo? Pregunté observando a Mateo.
-Nuestro. Respondió y mi corazón empezó a latir con fuerza.
-¡No juegues conmigo, Jazmín! Retrocedí.
-¡Es tu hijo, Alex! ¿Por qué te lo diría si no fuera así? Levantó su rostro y su mirada me penetró hasta lo más profundo del alma.

Desvié mis ojos hacia Mateo, realmente se parecía a mí. Él me regaló una tierna sonrisa asustada y sentí mis piernas aflojarse.

-¡Vengan! Deben bañarse. Tomé la mano de Jazmín y los conduje hasta el baño principal. -¿Tienes ropa para Mateo? Le pregunté.
-¡Por supuesto! ¿Qué clase de madre sería si no cogiera aunque sea una muda antes de escapar? Sonrió de lado, y por un momento pude ver en ella la mujer de la que tanto me enamoré un día. Le sonreí de vuelta y dejé que ingresarán al baño sin decir una palabra.

Más que una Pesadilla [MQUS #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora