Más que una Pesadilla [MQUS #2]

~ 13

Narra Alex

No podía creer que esto nos estaba pasando. Odiaba estar así con ella. Y mucho más cuando era todo un maldito mal entendido. Miré a Mateo por el espejo retrovisor.

-Papi, no pelees con la tía Liz. Me dijo. -Ella dice que se quieren mucho con tío To. Agregó, y mi corazón se estrujó. Mis ojos se llenaban de lágrimas. La estaba perdiendo para siempre. -¡No llores, papi! Continuó. -¡La tía Liz me dijo que a ti te ama! Me regaló una tierna sonrisa y giró su rostro hacia la ventanilla.

Bueno, tal vez no todo estaba perdido. Tal vez podría remendar esto

Me dirigí a mi casa y Mike estaba en la cocina.

-¡Tío Mike! Mateo corrió a sus brazos.
-¡Hey, pequeño sabandija! Lo alzó en brazos. -¿Cómo estás?
-¡Bien! Rascó su nuca nervioso. -¿Puedo jugar con tu Play Station? Le preguntó. Y yo comencé a reír por lo bajo.

Mike odiaba prestar sus consolas de videojuegos. Pero Mateo lograba ablandar el corazón más duro. Dudó por un momento mientras lo observaba.

-¡Ok! Dijo por fin. -Pero tu padre se hará cargo si la rompes. Me miró y le guiñe un ojo.
-¡SÍ! Festejó feliz y corrió al cuarto de Mike.
-¿Cómo te encuentras, hermano? Me preguntó mientras me inspeccionaba. Torcí la boca.
-Bueno, que se yo... Respondí.
-¿Pelearon con Liz? Inquirió.
-Algo así. Levanté la vista y lo mire. -Creo que la estoy perdiendo, Mike. Mi corazón no podrá soportarlo. Mis ojos se llenaban de lágrimas.
-¡Creo que deberías hacer algo al respecto! Dijo, ladeando la cabeza. -¡Por Dios, Alex! Esa mujer te ama. Recorrió países y provincias sólo para encontrarte. Deberías haberla visto entrenar con Jack, hasta Tobías se dió cuenta de que pensaba en ti mientras lo hacia. Fue la mejor del grupo en lo que estábamos haciendo. Me confesó sonriendo.

De repente, algo se me ocurrió.

-¿Podrías quedarte con Mateo un momento? Le pregunté.
-Y... ¡Si no me queda de otra! Puso sus ojos en blanco y comenzó a reír. -¡Va! ¡Vete ya! Dijo empujándome. Le sonreí ampliamente y me fui.

Subí a mi coche y fui al centro comercial. Debía comprar unas cuantas cosas.

Primero me dirigí a la tienda de Giorgio Armani. Quería comprarme un traje a medida.

Encontré uno de color gris plata. Me quedaba pintado. Luego compré una camisa blanca y una corbata negra.

Vestimenta lista.

Ahora lo más importante.

Narra Liz

Cuando Alex se fue de casa un nudo se me formó en la boca del estómago. Realmente lo amaba, y esto apestaba. Ingresé a la casa y los chicos ya se habían acomodado en los sillones para ver una película.

Me paré y miré a Sam.

-¿Recuerdas la última tarde de películas que tuvimos? Le pregunté. Sam comenzó a reír por lo bajo mientras negaba con la cabeza.
-¿Cómo podría olvidarlo? Su sonrisa se ensanchó. -¡Te agarró terrible ataque de pánico!
-¿Por qué? Preguntó Jane curiosa.
-¡Porque este idiota llegó a Argentina y le envío un ramo de rosas a Liz! Le dijo señalando con la cabeza a Tobías.

Todos comenzamos a reír al recordar ese momento.

-¡Ay! ¿No ven que mi hermano es de lo más tierno? Agregó Jane, mirando a Tobías con ternura. Él sonrió de lado y sus ojos brillaron.
-¡No le veo lo tierno! Repliqué. -¡Creí que iba a morir aquí mismo! Golpeé su hombro al sentarme a su lado. -Bueno, ya. ¿Qué película eligieron?
-¡Oh! Yo la elegí. Respondió Jane. -Veremos Love, Rosie. Respondió abanicando su rostro mientras suspiraba.
-¿Realmente quieren hacerme llorar? Pregunté.
-¡No seas aguafiestas, Smith! Me arrojó un almohadón y reí.

La película comenzó. Tobías posó, disimuladamente (si es que se le puede decir disimuladamente), su brazo por el respaldo del sillón. Reí ante su gesto. Desde el principio mis ojos se llenaron de lágrimas. Amaba ésta película. Las idas y vueltas de ellos, el destino que siempre estaba en su contra, y el amor que ellos sentían se me hizo muy familiar. Giré mi rostro y me encontré con la mirada de Tobías penetrándome.

-¿Por qué lloras? Preguntó en un susurro, a centímetros de mis labios.
-Éstas películas me ponen sentimental. Confesé apenada.

Apoyé mi cara sobre su hombro, y deslizó su brazo para abrazarme por la cintura.

Jane estaba en la misma situación que yo, no podía dejar de llorar. El final se acercaba. Las lágrimas ya no eran controlables. Aunque ambas sabíamos que ellos dos terminaban juntos.

En el momento que Alex (el protagonista de la película) aparece en el hotel de Rosie, ambas nos paramos sobre la mesa ratona que había frente a los sillones. Comenzamos a gritar y a saltar, hasta que caímos de culo al piso por resbalarnos. Sam y Tobías estallaron en una fuerte carcajada.

De repente, mi teléfono celular comenzó a sonar. Tobías lo tomó del sillón para dármelo y sus ojos se posaron pobre la pantalla. Torció la boca y me lo tendió.

Levanté mis ojos hacia él en una mirada de disculpas, cogí el celular de su mano y me dirigí al patio trasero.

-Hola... Suspiré.
-Hola... Repitió al otro lado de la línea. Nos quedamos unos segundos en silencio. -¿Crees que podríamos vernos esta noche? Para conversar, y si aceptas... Tener una cita conmigo. Pude darme cuenta que estaba nervioso.

Caminé hacia la hamaca para dos personas que había en mi patio, donde más una vez nos besamos apasionadamente, y me senté. Sonreí ante los recuerdos.

-¡Sí, Alex! ¡Me encantaría! Respondí ruborizada. Expulsó el aire que aguantaba en sus pulmones y rió por lo bajo.
-¡Eso es genial! ¿A qué hora quieres que pase por ti? Preguntó.
-¿A las ocho te parece bien?
-¡Perfecto! Estaré puntual. Respondió.
-¡Cómo siempre! Rematé. Rió y luego se despidió de mi.
-¡Hasta las ocho, cariño! Suspiró.
-Hasta las ocho... Suspiré.

Respiré profundamente y miré hacia el cielo, buscando alguna respuesta. Y antes de siquiera darme cuenta, la respuesta llegó a mi.

En forma humana.

Hola hermosas, perdón por no haber escrito ayer. Estaba seca de inspiración. Acá les dejo el capítulo de hoy, espero que les guste y más tarde serán recompensadas jajaja

En multimedia les dejo a Liz, hermosa como siempre.

Besotes 😘