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Narra Liz

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Narra Liz

El día de hoy quería llegar temprano a la visita de Tobías. Había muchas cosas importantes que quería contarle.

Han pasado dos meses desde que cayó en coma. Y no hubo un sólo día que no estuviera a su lado contándole todo.

Alex ha sido paciente y comprensivo conmigo. Realmente amo eso de él. No me ha presionado sobre el casamiento, pero sé que en algún momento debemos casarnos. Ya que fue una decisión mía el aceptar.

Mis amigos me acompañaban en todo momento. Jane y Sam no se separaban de mi lado. Milena se quedaba a dormir conmigo cada noche, ya que al terminar la escuela comenzó a trabajar y casi no nos veíamos durante el día. Markus por su parte estaba con muchos proyectos en su vida, pero aún así me acompañaba cuando lo necesitaba. Isabella y Camilo estaban locos con su boda. Sería a principios del año entrante. No podía culparlos por no estar constantemente conmigo, pero sabía que con complicaciones y todo, ellos eran mis amigos. Derek, sin embargo, parecía una persona completamente distinta. Casi no lo veía, no llamaba, no sentía su apoyo. Eso realmente me dolía muchísimo. No sé que fue lo que ocurrió para distanciarse de esa manera de mi. Esperaba no haberlo lastimado.

Luego de una larga caminata, ingresé al hospital con una sonrisa en mi rostro. Realmente estoy muy feliz hoy, y deseo compartirlo con Tobías.

Las enfermeras me saludaron con la mano al verme pasar. Ya me conocían.

Abrí la puerta lentamente e ingresé a la habitación. Me acerqué a su cama y besé suavemente su frente.

-Hola, cariño. Lo saludé mientras tomaba asiento a su lado. -Como me gustaría que despertaras. Acaricié su barba de varios días con las yemas de mis dedos. -Aquí estaré cuando desees hacerlo, amor. Nunca podía evitar que mis ojos se cristalizaran. -¿Sabes? Hay mucho que tengo para contarte hoy. Sonreí al recordar. -Me enviaron una respuesta de Stanford. Levanté mis ojos para mirarlo. Se veía realmente hermoso, aún dormido. -¡Me aceptaron, Tobías! Sonreí ampliamente. -Iré el año entrante, para estudiar literatura inglesa. Tú sabes que siempre me ha apasionado. Confesé avergonzada, pero aún así, sabiendo que sólo él podía oírme. Besé los dedos de su mano.

Lo solté y suspiré. Me levanté de la silla y comencé a ordenar un poco el lugar. Tiré las flores que estaban viejas y marchitas, y coloqué las nuevas que le había llevado. Abrí las ventanas para dejar entrar la luz del sol.

Era un hermoso día de diciembre. El calor ya empezaba a sentirse. Llevaba puesta una falta tubo de color negra, al cuerpo. Unos zapatos negros. Una camisa de mangas largas color blanca. Mi cabello rojizo recogido en una coleta alta.

Realmente deseaba con todas mis fuerzas que Tobías despertara de su profundo sueño. La situación me desbordaba.

Había días en los que sentía que no podía seguir. Otros eran un poco más llevaderos, como hoy. Pero la mayoría de ellos, eran Más que una Pesadilla. Un tormento que parecía no tener fin. Sólo quería despertar, y que todo haya sido un horrible sueño.

Más que una Pesadilla [MQUS #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora