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Narra Liz

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Narra Liz

Me paralice al ver quien bajaba de un Audi A3 que acababa de estacionar frente a mi casa. Lo único que atiné a hacer fue protegerme con el cuerpo de Tobías.

No me había dado cuenta que Alex estaba parado en el umbral de la puerta. Cuando vio a James caminar hacia mi casa, rápidamente corrió a mi lado y me tomó por la cintura. Todo mi cuerpo se tensó ante su cercanía.

-¡Feliz cumpleaños, Princesa! Hizo una leve reverencia de forma irónica.
-¿Qué mierda quieres James? Intervino Tobías.
-Sólo vine a saludar a mi niña, no te olvides que fue mía cuando tú la abandonaste. Tobías apretó la mandíbula ante sus palabras.
-¡No volveré a preguntar! Advirtió.
-¡Oh, sí! También venía a hablar contigo. Enarcó una ceja. -Aún hay asuntos pendientes entre nosotros. Y ya conoces el precio de tus insolencias. James elevó la voz.
-¿Y cómo piensas arreglar nuestros "asuntos pendientes"? Creo que he dejado claro que no trabajaré para ti. Tampoco te acercarás a ella. Habló refiriéndose a mi.
-¿Qué te parece una carrera? Me han dicho que eres muy buen piloto. Propuso.
-¿Y qué ganas con ello? El cuerpo de Tobías comenzó a temblar.
-Si ganas... Los dejo en paz. Asintió. -Si yo gano... Me llevo a Liz conmigo.
-¡Antes deberás pasar sobre mi cadáver! Intervino Alex. Tobías se giró hacia él.
-¡Este no es tu asunto! Gritó. Miró a James sobre su hombro antes de ingresar a la casa. -Es un trato. James sonrió malicioso.
-El viernes a las siete de la tarde, ya te haré saber el lugar. Guiñó un ojo y se fue.
-¿Estás loco? Alex lo frenó antes de ingresar. -¿Ese es el amor que sientes por ella? ¡Que la apuestas como si no valiera nada! Exclamó exasperado.
-¡Se perfectamente lo que hago! Se paró frente a él, desafiante.
-¡Te conviene ganar esa maldita carrera! De lo contrario, será tu fin. Agregó.
-¡Soy el mejor en lo que hago, querido Alex! Recuerda quien te rescató. lo miró de arriba hacia abajo, se soltó de su agarre e ingresó a la casa para recoger su abrigo e irse.

Fulmine a Alex con la mirada y corrí tras Tobías. Lo encontré en el armario principal. Ingresé y cerré la puerta tras de mi.

-Hey. Me paré frente a él.
-Siento mucho lo sucedido. Habló cabizbajo. -Pero créeme cuando te digo que no permitiré que te lleve con él. Me aseguró, levantando su rostro para encontrarse con mi mirada.
-Confío plenamente en ti. Sonreí. -¡Patea su puto trasero, cariño! Guiñe un ojo y Tobías comenzó a reír. -¿Qué? Pregunté con el ceño fruncido.
-¡Eres tan hermosa! Dijo aproximándose a mi, posando la palma de su mano sobre mi mejilla y acariciándola lentamente. Todo mi cuerpo vibró y mi piel se erizó al sentirlo tan cerca. -¡Te extraño tanto! Suspiró. Inhale y exhale profundamente.
-¡Por favor, no me hagas esto! Rogué y levanté mi rostro para mirarlo directamente a los ojos. Pero no me aparté de él.
-Me pides que me aleje, pero tu no lo haces. Me acusó. -¿Por qué no te alejas, si no me quieres junto a ti? Cuestionó. Y yo ya no supe que responder.

Más que una Pesadilla [MQUS #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora