Como faltaban pocos días para la próxima salida a Hogsmeade, y como había planeado el partido de quidditch entre Durmstrang y Hogwarts para ese día, me reuní con las dos escuelas pocos días después de que la fiebre del Torneo pasó. Un alumno había sugerido que pidiéramos el campus prestado para realizarlo durante una tarde, mas muchos argumentaron que las clases no lo permitían, que los profesores no querían ver ni una escoba volando y otra clase de cosas que causaron que ubicáramos el partido para la medianoche.
Por otro lado, Beauxbatons no había querido unirse oficialmente, pero cuatro estudiantes se acercaron a nuestra última reunión para pedir que los dejáramos ingresar, es decir, justo ahora, ya con ambas selecciones presentes.
— ¿Qué opinas? —me preguntó Ivanova, la capitana y golpeadora del equipo nórdico.
— Son muy pocos para tener su propio equipo —dije, meditando.
— Tal vez puedan jugar junto a ustedes —comentó Theodore, apuntando a los jugadores de Durmstrang, quienes eran exactamente seis personas. Éstos contrajeron sus rostros en una expresión de desagrado.
— Les hace falta una persona —recordé.
— «Perro» el jugador llega «ahorra». Está en clase —explicó Poliakov, quien jugaría como guardián.
— ¿Clase? —repetí incrédula— . Todos nosotros estamos saltando clase —apunté hacia los que serían los jugadores de Hogwarts: los gemelos como golpeadores, Harry como buscador, Terence Higgs como guardián y Zacharias Smith, Randolph Burrow y Jeremy Stretton como cazadores.
— Bien, bien —bufó Ivanova— . «Harrán» las «prruebas» «parra» «nosotrros» cuando se «terrmine» esta reunión y «eligirremos» al o la mejor —se dirigió a los alumnos de Beauxbatons, quienes asintieron frenéticamente.
— «Nosotrros» ya comenzamos la «prropaganda» «parra» que los estudiantes vayan a ver el «parrtido» —informó un cazador de Durmstrang.
— Nosotros también —contesté— . Háganlo con cautela y, si alguien busca decir algo a un profesor, háganse cargo como puedan. El árbitro será Blaise Zabini —apunté a mi amigo morocho, quien hizo un baile con sus cejas— . Habrán dos comentaristas. El nuestro es Lee Jordan —el chico dio un paso adelante— , ¿cuál es el de ustedes? —entre todos se observaron inseguros.
— Yo «crreo» que Aage —opinó Krum por lo bajo. Todos se volvieron a un chico rubio, quien asintió con una sonrisa entusiasta.
— ¡WOOOOOOOOOOOOOOOOO! —exclamaron de súbito los gemelos, sobresaltándonos a todos. Se levantaron de las bancas en las cuales nos encontrábamos y comenzaron a bailar frente a todos; no hizo falta ni un segundo para que Lee Jordan se les uniera— . ¡HOGWARTS Y DURMSTRANG TENDRÁN UN DUELO! ¡HARRY Y KRUM TENDRÁN UN DUELO!
Muchos reímos ante sus reacciones, mientras que Ron tuvo que posar una mano sobre el hombro de Harry, quien mordía su labio inferior con evidente nerviosismo.
Finalmente, estreché la mano con la capitana de Durmstrang y cada presente se dispuso a abandonar el lugar. Ella, Ron, Theodore y yo somos los planeadores, lo que quería decir que nos encargaríamos de ocultar el campo de quidditch en la noche, aprender hechizos curativos por si algún jugador se hería, entre otras cosas. La primera tarea sería un trabajo arduo, ya que el campo era inmenso y, aparte de esconderlo visualmente, también tendríamos que apagar el sonido externamente.
Suspiré, no sería sencillo, pero valdría totalmente la pena.
*
Era el mediodía del sábado. Caminé hasta las afueras de Hogwarts casi escupiendo maldiciones al sentir el calor del sol sobre mí. No lo soporté por más de cinco minutos, así que me removí mi capa y la amarré a mi cintura, casi corriendo para recostar mi espalda en la estatua de un cerdo alado, disfrutando de su sombra.
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Sirrah Black & el Torneo de los Tres Magos | SBLAH #4
FanfictionLa vida de Sirrah Black ha dado un giro por completo y, a pesar de que las razones para romper con el Lado Tenebroso de su familia se hacen más evidentes que nunca, una misión que se lo impide le ha sido encomendada. Al mismo tiempo, tiene que ver c...