Mi madre pidió vacaciones en su trabajo y le dijo a la familia que haríamos un viaje por España. Mis abuelos intentaron impedirlo, al parecer querían que volviéramos durante el verano a la Casa Lestrange, pero mi madre se excusó diciendo que yo necesitaba un descanso. Por otro lado, tía Andrómeda, que ya estaba al tanto de todo, preparó su casa en Gales para nuestra estadía secreta durante las próximas semanas.
— ¿Crees que nos busquen o algo? —le pregunté a mi madre cuando nos metimos en la Casa Black para usar la Red Flu. Ella sirvió polvo en mi mano y negó lentamente, despreocupada.
Estaba tan feliz últimamente que Cissy incluso se contagió de aquello y suavizó sus tratos con su nuevo elfo doméstico, Barrabás.
— ¿Mis padres? No lo dudo, pero ya he tomado las precauciones necesarias para que nos pierdan la pista —explicó con calma— . De todas maneras, hechizaremos la casa para poner totalmente a salvo a Canuto —se metió a mi lado en la chimenea y me invitó con sus ojos a que me apurara.
— ¡Residencia Tonks! —exclamamos al unísono, lanzando los polvos al piso. En segundos, pude verme sumergida en el mar de imágenes canalizadas que se vaciaban por todos lados. Entonces, entre llamas verdes esmeraldas, aparecimos en nuestro lugar deseado.
Ni bien pusimos un pie de la chimenea cuando nos recibieron con abrazos muy fuertes. La casa de los Tonks era bastante cálida. Tantos las paredes como el suelo eran una combinación de maple y fresno, y su salón, si bien no era muy grande, era precioso. Tenía alfombras coloridas y plantas colgando desde cada esquina.
— ¡Bienvenidas, bienvenidas! —nos dijo tía Andrómeda. Se veía un poco menor que tía Cissy; tenía menos arrugas alrededor de la boca y el cabello castaño ondulado, pero en general eran como gemelas—. ¡Oh, Sirrah! ¡Pero qué grande estás! —me abrazó de nuevo— ¡DORA!
— ¡Ya bajé, ya bajé! —escuché a mi prima, se acercaba corriendo por unas escaleras de caracol.
— Ten cuidado, cari...
Las palabras de su madre se vieron interrumpidas por un estruendo.
— Es mi culpa, corrí el jarrón —se disculpó un hombre delgado de cabello dorado. Era bastante bien parecido—. Hola, Naranja —me saludó.
— ¿Naranja? —pregunté confundida, recibiendo su abrazo.
Detrás de nosotros estallaron unas carcajadas muy sonoras. Sirius salió de la cocina y chocó el puño con Ted.
— Es la nueva Black —sonrió inocente antes nuestras miradas de desconcierto.
— ... Naranja es el nuevo negro —concluyó mi madre, rodando los ojos—. Muy gracioso.
Canuto se acercó a ella con una sonrisa que mostraba todos sus dientes. Estaba muy cambiado. Tenía la piel mejor cuidada, el cabello negro peinado hasta los hombros y ya no estaba raquítico. Sin decir más, la acercó a él con una mano en la cintura y la besó de lleno.
— ¡Vaya! —dije, volviéndome incómoda a mi prima—. Esto de ver cero contacto entre mis padres a ver esto...
Dora rió. Había llegado a mi lado. Era mucho más alta que yo y tenía un precioso cabello lila que le llegaba hasta la cintura.
— Acostúmbrate —me dijo Remus, apareciendo por una puerta que conectaba con un patio—. Son dos chicles. Nos llenaban de asco años atrás.
— ¡No es verdad! —protestó mi madre.
— Sí lo es —afirmaron Andrómeda y Ted al unísono.
Divertida, me acerqué para saludar a mi padre y a Remus. Hace poco fue luna llena, por lo que no me sorprendí de verle el semblante cansado al profesor. Aún así, parecía lleno de energía, incluso más que cuando nos daba clases de DCAO.
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Sirrah Black & el Torneo de los Tres Magos | SBLAH #4
Hayran KurguLa vida de Sirrah Black ha dado un giro por completo y, a pesar de que las razones para romper con el Lado Tenebroso de su familia se hacen más evidentes que nunca, una misión que se lo impide le ha sido encomendada. Al mismo tiempo, tiene que ver c...