Baelish había vuelto con algunos refrescos a pesar de la respuesta de Ned. Le entregó un vaso con bebida de cereza a Sansa y ella decidió no rechistar. Arya y sus hermanos solo sostuvieron su vaso mientras su padre se hacía el sordo.
La banda escolar ya estaba retirándose con su última canción. Al fondo Renly Baratheon estaba presentando a los jugadores de futbol americano quienes ataviados con sus protectores y cascos comenzaban a aparecer en la cancha.
-Y aquí viene Loras Tyrell, el galán de nuestro instituto. ¡Chicas por favor escuchemos esos gritos!
Una horda de jovencitas comenzaron a vitorear al apuesto chico de cabello castaño y ojos azules que corría hacia las gradas saludando al público femenino. Sansa se dio cuenta de que él venía corriendo hacia ella y por un segundo no supo si debía de levantarse, quedarse sentada o esconder su rostro.
-Loras como antes de cada partido va a darle un beso de la suerte a una afortunada alumna pero ¿a quién?- se hizo algo de silencio mientras el muchacho Tyrell se acercaba a la hija mayor de Ned.- ¡Sansa Stark! ¡Ponte de pie para desearle suerte a nuestro capitán!
Sansa sintió como el rubor le llegaba hasta las orejas, las manos le temblaron un poco pensando que por un segundo tal vez terminaría tirándole la bebida a Baelish o su hermana menor. Finalmente, frente a ella, estaba el chico más guapo del instituto y a pesar de que Sansa en realidad amaba a Joffrey, no podía negar que aquel joven de último año le atraía demasiado.
-No temas, si quieres puedes besarme aquí- le dijo Loras señalando su mejilla- con eso me darás suerte para toda la vida.
La chica asintió y comenzó a acercarse para darle un inocente beso procurando no borrarle las líneas negras que Loras se había colocado en el rostro antes del partido.
-¡Muy bien! ¡Ahora a la cancha jugadores!- dijo Renly y los presentes comenzaron a rugir de emoción.
El equipo de la preparatoria se había dividido al azar, de un lado los jugadores tenían camisetas verdes mientras sus oponentes usaban el mismo diseño en amarillo. Algunos de ellos aún no tenían puestos los cascos, siendo uno de ellos el Perro. Sansa lo miró, él no se había colocado líneas negras en las mejillas como los demás estudiantes, por un momento creyó que él la había visto.
Los hermanos Clegane estaban divididos, por un lado la Montaña ocupaba playera esmeralda mientras del otro lado estaba el chico de la cicatriz con un jersey dorado.
-¿Ya te lo ha contado?- dijo a su izquierda Baelish casi en un susurro. Sansa negó con la cabeza.- Sandor y Gregor no tienen una buena relación, es un secreto a voces en la escuela y con toda razón. Gregor fue quien le dio esa enorme marca a su hermano menor.
Mientras el mejor amigo de su madre narraba, Sansa seguía con la mirada a Sandor quien se colocó su casco y se preparó para tomar su lugar de noseguard.
-Cuando iban en la secundaria, Sandor tomó la bicicleta nueva de Gregor y este en represalia lo llevó al laboratorio y le quemó la mitad de la cara con ácido.- Petyr Baelish tomó un trago de su refresco y prosiguió- El encargado del laboratorio intentó neutralizar la reacción, llamó a emergencias y lograron rescatarle un ojo pero el rostro de Sandor nunca volverá a ser igual.
Sonó el silbato y comenzó el partido. Los jugadores corrieron unos contra otros, Loras llevaba el balón. Las porristas y las jovencitas que presenciaban el partido una vez más gritaron para apoyarlo como si se tratase del mismo Joe Namath jugando. Los gritos de entusiasmo pasaron a ser de auténtico terror.
-¡Alguien sepárelos!.- exclamó Renly por el altavoz.
Gregor Clegane se había abalanzado a golpear a Loras quien había dejado caer el balón. A pesar de las reglas, la Montaña seguía intentando moler a puñetazos al chico Tyrell quien comenzaba a escupir sangre a pesar de tener el protector bucal. Sin dudarlo, el Perro corrió hasta donde se encontraba su hermano, tomó impulso y lanzó su cuerpo hacia su hermano quitándole el casco.
Encima de la Montaña se encontraba Sandor atacando. Por alguna razón Sansa temió que el Perro terminase en el piso justo como Tyrell, malherido y casi inconsciente.
-¡DETENGAN TODO!- gritó Ned Stark. Cada suceso había ocurrido tan rápido que incluso la reacción del padre de Sansa parecía ir en cámara lenta. Baelish ya se había levantado para acercarse junto con los paramédicos a revisar el estado de Loras. Ned lo siguió con la corbata volando en el cuello como una bandera mientras corría a revisar los daños.
Lo había prometido ser una tarde alegre se convirtió en un evento sangriento. Sansa y Arya se quedaron con sus hermanos en las gradas, Bran y Rickon parecían perturbados mientras que Jon se acercó a ellos para sacarlos a rastras de ahí entre los chillidos de las chicas y el alboroto de los profesores.
Sansa miró una vez más hacia donde habían estado los Clegane pero su visión fue bloqueada por su padre, los médicos y el mismo Renly Baratheon quien en un instante había bajado a unirse al grupo. Otros alumnos más comenzaban a evacuar la cancha guiados por los profesores Pycelle y Forel.
---
Esperaron en la dirección a su padre. Sansa se limitó escuchar a sus hermanos hablar sobre lo ocurrido quienes recontaban el suceso como si se tratase de una escena de película.
-¿Viste al Perro? ¡Es muy fuerte!- dijo Rickon a Bran.
-Te da en qué pensar sobre lo que ocurre en casa de ellos.- dijo Jon mientras se asomaba por la puerta esperando a Ned.
Sansa recordó el dibujo de la mañana, lo había guardado en su bolsillo pero tenía miedo de sacarlo frente a sus hermanos. Miró por la ventana la cual tenía un buen ángulo hacia las canchas pero ya no había nadie. Aguzó la mirada para ver el pasto y notó algunas manchas marrones, posiblemente sangre seca de los tres.
Recordó a Joffrey y por un momento se preguntó dónde estaba él para consolarla de haberle dado a dos estudiantes mala suerte. Primero a Sandor Clegane y después a Loras Tyrell. Era claro que si no hubiese estado cerca tal vez el juego hubiese seguido.
Alguien entró a la oficina, Sansa creyó que era su amado Joffrey pero solo era Robb quien llegaba corriendo a ellos.
-Disculpen, me había quedado en la biblioteca a terminar la tarea ¿y papá?
Antes de que Jon pudiera explicarle, Petyr Baelish llegó, los saludó y se sentó en la silla de Ned. Tenía manchas en rojas en la que había sido una impecable camisa.
-Chicos disculpen la demora. Su padre tuvo que ir al hospital a acompañar a Loras Tyrell pero me pidió que llame a su Casa y Catelyn los recoja a las 3.- sin dudarlo, Baelish tomó el teléfono de la oficina y como si se lo supiera de memoria, marcó el número del hogar temporal de la familia Stark.
YOU ARE READING
Preparatoria Westeros (+16)
Hayran KurguCon la promesa de un nuevo empleo como director en la Preparatoria Westeros, Ned Stark y su familia se mudan de Pennsylvania a California. Robb, Jon, Sansa, Arya, Bran y Rickon tendrán que aprender adaptarse al caótico estilo de vida de Los Ángeles...