Me baje de mi coche con una sonrisa impecable pero a la vez sorprendida de tenerlo delante de mi, por que según me había informado mi profesora estaba expulsado, sin embargo aquí estaba como si nada hubiera pasado.
- ¿Que haces aquí? Se supone que no puedes acercarte al recinto en cinco días por la expulsión. ¿Que te has vuelto un chico malo?- insinúe con voz picarona.
- ¿Y tu te has vuelto una chica desagradecida? Se supone que deberías estar contenta de verme después de haberte salvado el pellejo.- dijo con algo de ironía acercándose más a mi.
- Es verdad, te abalanzaste encima de ese estúpido sin que nadie te lo dijera, las consecuencias son tu problema, yo no te pedí nada. Pero aún así gracias por darle el merecido que yo deseaba.- recriminé sin mucha dureza ya que no me conviene alejarlo ahora que lo tengo en la palma de mi mano.
- De nada, pero de todas formas las maneras de dar las gracias no es la correcta. Me gustaría que vinieras conmigo para así darmelas mejor- me propuso guiñandome un ojo de forma muy picarona. Por parte es algo que estoy deseando, pero no se si esto esta del todo bien, no estoy llevando las riendas como me gustaría,pero aun así no voy a dejarlo pasar.
- Esta bien pero dentro de una hora debo estar en casa para preparar la comida para no preocupar a mi madre.- accedí inmediatamente advirtiéndolo.
- Sin problema, pero esta vez, conduzco yo.- dijo montándose directamente en el asiento del conductor poniendo el coche en marcha a la vez que yo me acomodaba.
Debo admitir que estoy algo extraña, me ha pillado de imprevisto pero me mola la iniciativa que lleva, es distinto a los demás y por lo que veo tiene los mismos propósitos que yo ahorrandome actuar más de la cuenta.
Antes de salir del aparcamiento sus ojos conectaron con los mios de una manera que me impactaron por tanto fuego que veía en ellos y sin imaginarmelo ni darme que pensar se abalanzó sobre mi dándome un fugaz e intenso beso que fue corto pero abrasador.
- No podía reprimirme más Elena.- dijo mirando aun mis labios.
Y yo no sé porque demonios has parado, si no quieres tener problemas vuelve a pegar esos malditos labios a mi.- le amenazé volviendo a unirnos pero esta vez al menos unos diez minutos.
Estaba tan necesitada que no sabía como parar, parece una droga, una vez que empiezo es difícil terminar pero mi intención ahora no era parar, quería guerra pues la iba a tener.
En uno de los besos decidí aumentar la temperatura subiendome a su regazo sin darle tiempo a arrepentirse. Agarré su pelo con fuerza haciéndole gemir en mi boca, cosa que me excitó aun mas, su respuesta fue rápida subiendome la camiseta sacándola por la cabeza dejando ver mi sujetador negro de encaje, justamente después hice lo mismo con la suya, pero después de haberme mordido el labio inferior no me pude detener ahí.
Acto seguido me dirigí a su pantalón desabrochando hábilmente la cremallera dejando libre su erección que ya era bastante notable, pero por desgracia él se dio cuenta hasta donde estaba llegando el asunto y de donde nos encontrábamos y decidió parar.
- Oye, de verdad que no me gusta nada dejar esto así, pero creeme que este no es buen sitio, así que por que no vamos a donde estaba pensado y acabamos allí.- se impacientó subiéndose la cremallera y vistiéndose de nuevo para después ayudarme a bajar de encima de él y poner rumbo a donde el quisiera. Ahora si que no pondré oposición sabiendo lo efusivo que es y lo bien que me lo puedo pasar.
- Tienes razón Pablo, acabaremos con tranquilidad en un lugar mas cómodo- admití colocándome ya del todo la ropa.
- Pero para darle mas emoción al asunto, preferiría que te taparas los ojos con algo y así te pillará por sorpresa el lugar.- propuso de manera picarona.- Pero solo si confías en mi Elena.- terminó diciendo ofreciéndome un pañuelo que tenía colgado del espejo, el cual acepté sin ninguna pega.
El camino pareció algo largo, pero como iba tan ansiosa no me importaba en absoluto lo largo que estuviera, solo quería acabar lo empezado y no me iría de allí hasta conseguirlo. Cuando menos lo esperaba el coche se detuvo y Pablo bajó del coche para seguidamente abrir mi puerta dándome la mano para ayudarme a bajar. Andamos cerca de diez minutos hasta que nos detuvimos y escuché una puerta de metal abrirse dejando salir aire fresco de dentro, lo que supuse que era una zona bastante aislada del exterior y eso nos convenía a ambos para que nadie nos interrumpiera una vez empezado de nuevo.
Me hizo sentarme en una silla y dijo que enseguida llegaba, y estaba en lo cierto por que en unos dos minutos aproximadamente de nuevo estaba a mi lado esta vez quitándome el pañuelo para dejarme ver que estábamos en una panadería abandonada. Solo ver aquello mi sonrisa aumentó y pasó a pervertida, porque allí era un buen lugar para hacer lo que nos plazca.
Me acerqué despacio, sin prisa, poco a poco a él, notaba su nerviosismo y eso me animaba a seguir insinúandome. Esta vez empezaré la guerra yo, no tendré piedad. Por el camino fui bajando la cremallera de mi falda, dejándola caer a mis pies y así dejar al descubierto mis bragas a conjunto con mi sujetador, acercándome mas aún me deshice de mi camiseta también tirándola por ahí quedándome en ropa interior y darle mas emoción a esto.
Puede ver que sus ojos se salían de sus orbitas con forme nos separaban menos centímetros, pero ya no había marcha atrás, ha despertado a la fiera, y de nuevo plasme mis labios en los suyos agarrándolo por el cuello para sellar más nuestros cuerpos mientras el me agarraba los muslos tan fuerte que ya no sabía la diferencia entre el placer y el dolor. Paré unos segundos para respirar y él aprovecho para seguir jugando.
- Podríamos experimentar Elena. No te arrepentirás de estar hoy aquí te lo aseguro, dame una mano.- me sugirió agachándose a una cuerda que había en el suelo, al principio no sabía de que iba el tema, pero después me deje llevar. Cogió mis manos atándolas a la cuerda y a su vez a la silla con una sonrisa de diversión, lo que no sabía él es que después le tocaría estar en mi lugar.
ESTÁS LEYENDO
Enfrentando la oscuridad
RomanceElena es la chica popular de su instituto la cual no nos gustaría cruzarnos en su camino. ¿Nunca os habéis encontrado con la típica persona que os humilla y os hace la vida imposible? Pues así es ella. Vive con su madre desde que era pequeña al divo...