Capítulo 21

13 2 0
                                    

Hoy mi despertador a sido mi madre rozandome tranquilamente el hombro para que bajara a desayunar, olía magníficamente, así que no puse ninguna oposición en hacerle caso. Cuando llegamos a la cocina me situó delante del taburete con el plato en la mesa, poco a poco me acerco pegando la nariz justo encima de la comida y logro averiguar que es un gofre produciendo que la boca se me haga agua, espere a que mi madre me trajera el tenedor y me lo troceara para poder tantear y encontrar cada trozo disfrutándolo sin prisas. Hace ya dos semanas desde que salí del hospital, mi madre me ha dicho que no paran de llamar del instituto para que asista que si no aparezco por allí en esta semana que me expulsaran del centro, lo que no saben es que he perdido la vista, le hice prometer a mi madre que no diría nada al respecto.

Así que hoy me he armado de valor, le he dicho a mi madre que ya estoy preparada para dar este gran paso y me enfrentaré a lo que tenga que suceder en ese edificio, sea para mal o para bien ha llegado la hora de seguir adelante y continuar con mi rutina. Lo que no se es como voy a estudiar sin la ayuda de Iris, de esa maldita traidora que me dio la espalda cuando más la necesitaba y tengo muy claro que si llega a cruzarse conmigo no pienso contestarle a ninguna de sus preguntas sean cuales sean.

Al acabar de desayunar subo despacio las escaleras las cuales domino a la perfección y consigo llegar sin problemas a mi habitación para elegir lo que me pondré hoy, aunque claro está que por mucho que me arregle e intente hacer como si nada hubiera cambiado intentando arreglarme y causar sensación, lo que más llamara la atención en mi son mis gafas de sol y mi madre agarrada de mi brazo indicándome que paso dar a cada instante. Decido ponerme un pantalón corto negro con una camiseta de tirantes color salmón con detalles en blanco conjuntándolo con unas sandalias blancas, me voy a lavarme la cara abriendo el grifo como puedo y agarro mi cepillo de dientes para acabar de asearme dejando para lo último el pelo que lo colocaré bien con unas horquillas. Opto por no maquillarme ya que no servirá de nada, mis ojos ya no lucen como lo hacían meses atrás, ya no soy la misma Elena y día tras día lo notarán pero lo que si no conseguirán ridiculizarme, eso sí que no lo aceptaré, estoy luchando demasiado como para que vengan unos idiotas a criticarme aunque es a lo que me dedicaba antes pero como he dicho, todo a cambiado.

Una vez son las ocho salimos de casa para ir ya al instituto, nada más subir al coche noto que mi madre comenzará su tanda de preguntas como lo hace siempre, pero como ya estoy acostumbrada lo dejo estar, no me sirve de nada refunfuñar.

- Hija, de verdad que si no quieres ir podemos dejarlo para mañana, si ves que aún no estas preparada lo entenderé. No quiero forzarte a nada, aún es demasiado pronto para todo esto.- me intenta convencer dulcemente sin conseguirlo, porque yo realmente quiero acabar ya con esto.

- Mamá estoy bien quiero ir, tarde o temprano llegaría el momento y no tengo por que alargarlo más. ¿No será que la que no está preparada eres tú?- le insinuó para que me cuente que le ocurre ya que no puedo observar los matices de su cara que siempre la han delatado.

- Pues la verdad estoy un poco preocupada, después de todo esto no quiero que vayas por ahí sola, se que en el instituto no te pasará nada, pero hay cosas aun de tu nueva situación que tienes que controlar. Y si dedices no volver a ir contrataré a alguien que venga a casa a ayudarte.- confesó Lara sin hacer falta que le insistiera más.

- ¿Te crees que no lo se? Sé que me falta mucho por aprender y sobre todo de asimilar pero esto hay que hacerlo hoy y mañana ya seguiremos haciendo cosas. Lo primero que quiero que hagas hoy es conseguir a alguien que me ayude a aprender braille. Y se acabó el tema por hoy.- Termino para que podamos ponernos en marcha ya que si la dejo que siga hablando llegaré tarde al nuevo comienzo de mi vida.

Nada más llegar y bajarme del coche ya oía murmullos que podía notar que eran de mí, uno de los sentidos que más se me están desarrollando es el oído y no se me escapa nada pero como estoy demasiado nerviosa no logro saber que dicen. Y aunque no los vea hablar de mi duele que digan cosas que no son ciertas o que se inventen sin saber que es lo que he pasado para haber llegado a este punto.

La primera parada será a dirección para que supieran que ya estoy haciendo acto de presencia y empezaré a ir a clases. Lo que no se es como estudiar si no puedo leer, tendré que quedarme con todos los detalles de lo que comenten en clase y que en casa Lara me lea las paginas que vayamos dando para poder hacer los exámenes, los que preveo que serán orales.

Después de una eterna charla con el director mi madre me acompaña hasta mi clase en la que todo fue silencio cuando hice mi entrada y claro está que mi madre se enfadó bastante.

- ¡Se puede saber que demonios miráis todos! ¡Id a lo vuestro y dejadla en paz!- Advirtió a voces que seguro que lo oiría hasta la cocinera de la cafetería. Y antes de irse me dio un beso con mucho cariño y acercándose a mi oído me dijo que si necesitaba lo que sea que la llamara y me sacaba de aquí inmediatamente.

Lo que no sabe es que no hará falta en absoluto. Al menos hoy.

Enfrentando la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora