Ya no hablaba ni con mi madre, solo me limitaba a escuchar música que me ayudaba bastante a despejarme y a que pasaran las horas. Estaba cansada ya de estar tirada en esta asquerosa cama y necesitaba estirar mi cuerpo de una vez en cinco días. Esperé a que llegara el próximo turno de la enfermera para pedirle si pudiera dar un paseo por el pasillo, me dijo que estaba débil pero que si lo hacía despacio y que poco tiempo me dejarían.
Tras una discusión con mi madre de si debería o no salir de la habitación conseguí que aceptara acompañarme, al principio me costó mucho moverme y poder levantarme de la cama por estar totalmente entumida, pero poco a poco cogía ritmo en mis pasos. Anduvimos al menos cinco minutos hasta que volvimos a la habitación y alguien se dispuso a hablarme.
- Hola, soy hija de la paciente que van a trasladar en la cama de al lado. ¿Que tal estas?- se presentó con entusiasmo.
- Pues a decir verdad no estoy bien, si supieras por todo lo que he pasado no preguntarías, pero igualmente gracias por preguntar.- respondí con pocas ganas, no me apetecía contarle a nadie mi estado y que se compadezcan de mi.
- Si necesitas algo dímelo, pasaré mucho tiempo en tu habitación con mi padre. Hasta pronto.- se despidió dándome un beso en la mejilla quedándome en la habitación con mi madre a solas para volver a la cama.
Después de la comida tocaba que me revisara el medico para que me informara como avanzaba, ya que pronto tocaría quitar el vendaje y si me encontraba bien podría irme a mi casa. Me estuvieron examinando al menos un cuarto de hora y me dijeron que todo iba de momento bastante bien, que estaba respondiendo al trasplante adecuadamente.
Eso me tranquilizó mucho ya que parecían buenos profesionales y me hablaban con un tono de esperanzas el cual notaba con facilidad por estar desarrollando el oído aun más.
Estuve prácticamente toda la tarde durmiendo, hasta que de repente noté que la garganta se me estaba secando, tenía mucha sed. Empezé a sudar mucho y me temblaban las manos, los ojos empezaron a escocerme y a dolerme como el mismo momento del incidente. Algo iba mal, intenté avisar a mi madre pero cada vez que pronunciaba una palabra me faltaba el aire notaba como mi garganta se cerraba. Rápidamente entró una enfermera en la habitación para ver lo que ocurría, de porque las maquinas conectadas a mí empezaron a emitir pitidos constantes, a partir de ahí todo se volvió turbio sin saber que ocurría.
Desperté aturdida y con un tubo en la boca que no me dejaba respirar bien, lo que no había cambiado era que todo estaba negro, aun no podía ver. No se que pasó, todo iba bien y de repente se formó un caos en mi habitación.
Hice ruidos para que alguien se percatara de que ya estaba consciente, en unos minutos un doctor vino a verme y me dijo que inspirara profundamente para poderme retirar el tubo que antes respiraba por mi.
Me explicaron que estaba en cuidados intensivos, que si notaba mareos era producto de que estaba sedada, que no hablara aún. Estaba en cuidados intensivos, ni si quiera dejan estar a mi madre conmigo, me tenían aislada y a cada media hora pasaban a ver mis contantes y a inyectarme antibióticos según decía mi enfermera.
Cuando me empecé a recuperar y mis constantes se normalizaron habían pasado seis días desde el susto y aún no había hablado con mi madre. En el momento en el que desperté vino a visitarme el doctor encargado en mi caso a explicarme lo sucedido.
- Señorita Elena, soy el doctor Ruiz me encargo de su seguimiento cada día y hoy a amanecido estable, su madre entrará en unos momentos a verla, pero primero tengo que explicarle lo sucedido. Ante todo mantenga la calma pues no le vendría bien alterarse, usted sufrió un ataque cardiorrespiratorio debido al inesperado rechazo del trasplante de corneas que le intervinieron extrayéndoselo. Quiero decirle que su situación empeoró y que de momento no se ve posible un nuevo trasplante hasta que su organismo nos lo permita.- dijo seguidamente sin pausa.
Esto no puede estar pasándome a mí, todo iba bien y ahora...Ahora no puedo ver. No puedo levantarme y mirarme al espejo, no puedo ver la sonrisa de cada día de mi madre, no puedo leer, ni ver películas, no puedo ver el atardecer y mucho menos ser feliz.
- Doctor, ¿ Esta diciéndome que he perdido la vista?- pregunté totalmente atónita casi al borde del llanto.
- Provisionalmente si, usted es invidente.- su sinceridad retumbó por mis oídos hasta mi cerebro que no podía entenderlo, lo único que pude hacer es llorar desconsoladamente.- Esta misma tarde te pasamos a planta, ya estas fuera de peligro. Más tarde pasare a ver como estas.- dijo para salir mientras apuntaba algo en su libreta por el sonido que hacía el contacto del bolígrafo con el papel.
Volví a mi habitación pasadas dos horas desde que el médico fue a verme, mi madre insistía para que hablara con ella, pero de que me sirve si ya no podré ver nunca más aunque quieran hacerme creer que sí. Cuando por fin se dio por vencida se fue a por algo de comer y me permitió tener la calma que necesito, quiero que me dejen tranquila, pero parece ser que se ponen de acuerdo para no permitirme ni pensar.
- Hola Elena, me he enterado por tu madre de lo que ha pasado y sinceramente lo siento mucho- empezó a decir afligida.
- Yo lo siento más, así que no tengo ganas de hablar con nadie, y mucho menos con alguien que ni conozco.- contesté bruscamente.
- Oye sé que esto estará siendo duro pero no puedes estar bajo una coraza eternamente y mucho menos por la persona que está sufriendo más que tu en estos momentos. He visto llorar a tu madre muchas veces desde que estoy aquí y no se merece que le des de lado en esto. Se siente muy culpable y ella es la que menos querría que hubiera pasado esto.- relató haciéndome sentir muy culpable.- Así que deja de hacerte la dura y echale valor como le echas a otras cosas que no merecen la pena.- dejó de hablar e intente contestar pero no oí nada ni a nadie a mi alrededor. Nuevamente sola.
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Perdón por la tardanza, pero he estado algo liada y no he podido subir tan seguido. Intentare seguir el ritmo.
Espero que este gustando la historia y ojalá pudierais comentar que os parece para mejorar más la historia.
Por último quisiera mandar mucha suerte a todos los que estéis en exámenes finales. ¡A por ellos!
Muchos ánimos para una gran amiga: saloga.
¡Besos a todos y muchas gracias por leer!
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Enfrentando la oscuridad
RomanceElena es la chica popular de su instituto la cual no nos gustaría cruzarnos en su camino. ¿Nunca os habéis encontrado con la típica persona que os humilla y os hace la vida imposible? Pues así es ella. Vive con su madre desde que era pequeña al divo...