Hoy al fin me dan el alta, pero no se si alegrarme o hundirme más en mi miseria, aquí al menos tenía asistencia y no tenía que lidiar con nadie,pero en casa todo sera un infierno y solo el pensar que debo volver al instituto me entran ganas de saltar por la ventana. Mi madre me a prometido que esperaremos a que este mas preparada y lo controle mucho mejor antes de arriesgarme a ir sola por ahí. Y la verdad lo prefiero porque no me apetece salir y que anden preguntando todos que ha pasado aunque seguro que el tema a dado mucha bola en los medios de comunicación.
Después del desayuno que me han traído que estaba delicioso y del cual me han entrado ganas de repetir, voy doblando mi ropa como puedo pero gracias a mi nueva amiga quedará mejor. Tenemos que esperar a que pase el médico y me de el alta, mientras tanto charlamos de nuestros gustos para poco a poco ir conociéndonos más aprovechando que mi madre tuvo que ir a hablar con nuestro abogado y saber como avanza el caso.
El medico llega aproximadamente a la una del mediodía informándome que ya estoy en buenas condiciones y que puedo abandonar el hospital cuando quiera, saco mi móvil y tal y como me han enseñado pulso la tecla correspondiente al acceso directo de mi madre para avisarla de que ya puede pasar a recogerme cuando acabe su reunión. Durante la espera debo aprovechar en despedirme de mi amiga, ya que no se si podre volver a coincidir con ella.
- Que te vaya muy bien Elena, he podido descubrir en ti a una buena persona que al principio pensé que no existía y sé que podrás superar todo esto.- dijo muy seramente a pesar de que yo estaba casi llorando en ese momento.
- Gracias por todo, gracias a ti he reaccionado a tiempo para poder afrontarlo todo y sé que sin tu animo no hubiera podido seguir a pesar de tener a mi madre al lado ya que no la valoraba en estos momentos.- confesé con pequeñas lágrimas en los ojos que poco a poco acariciaban mi mejilla.
- ¡No llores! Estoy segura que nuestra amistad no acabara aquí. Ya te explique como puedes llamarme o descolgar el teléfono, así que estaremos en contacto muy pronto. Además, ¿Sabes algo que me dijo alguien muy especial en mi vida? Que si tu primera lágrima sale del ojo izquierdo es de pena, y tu no debes sentir pena, sino una gran alegría por volver a tu hogar.- me dijo alegremente justo antes de llegar mi madre y colocarme las gafas de sol que ahora serán mis compañeras.
Una vez ya montadas en el coche le dije a mi madre que al menos pusiera musica para no aburrirme en el camino, ya que antes al menos miraba el horizonte. Estuvimos hablando de si estaba preparada para llegar a casa y yo le dije que no se si estoy preparada o no lo que sí se es que no quería estar ni un segundo más en el hospital.
A medida que Lara disminuía la velocidad supe que habíamos llegado, aquí empieza realmente mi nueva vida y aún no se si podre sobrellevarla como quisiera, pero lo intentaré por mi madre que me ha dado tanto en esta vida porque por mi ya he perdido la esperanza. Pasé la mano por toda la puerta hasta encontrar como abrir la puerta antes de que lo hiciera ella antes, quiero ser lo mas independiente posible y dar el menor trabajo posible. En cuanto bajé mi madre me tomó de la mano para dirigirme a la entrada de la casa y poder descansar de una vez por todas en mi cama.
- Hija, sea lo que sea que se te antoje me lo dices que yo inmediatamente subiré a tu habitación y te lo doy para que no tengas que bajar las escaleras sola. ¿Entendido?- Casi me ordena antes de meterme en la cama.
- Entendido mamá pero de momento solo quiero quedarme en mi cama y no preocuparme por nada. Por cierto, ¿Hoy no vas a trabajar?- pregunto curiosa.
- Trabajaré desde casa hasta que te mejores del todo, y aunque insistas de que ya lo estas sé que no es así que aún me necesitas.- terminó diciendo para irse ya de la habitación sin antes arroparme como cuando era niña. Era de lo que me quejaba cuando empezé a crecer, me enfadaba con ella cuando cada noche antes de dormirme venía a visitarme para arroparme y darme un beso, poco a poco perdió la costumbre debido a mis quejas, pero ahora me ha gustado sentir nuevamente el cariño de mi madre y dejarme llevar por el aroma a vainilla que caracteriza a mi cama, algo que me relaja tanto que caigo en sueño profundo.
Despierto sin saber aún donde estoy, lo único que se es que sigo cansada así que me quedo quieta en la misma posición en la que estaba dormida disfrutando del silencio y la tranquilidad que me embriaga hasta que ya me localizo por el sonido del reloj que suena informándome que son las seis de la tarde. Estoy en casa. No puedo vagear más tengo que empezar a memorizar intensamente cada rincón de la casa y no tener que molestar a nadie, es mi problema yo tengo que solucionarlo.
Bajo de la cama lentamente porque aún estoy entumida de la gran siesta que me he dado, iré poco a poco hasta la puerta y empezaré aprendiendo mi habitación que es donde más horas paso a lo largo del día. Cuando consigo llegar a la puerta estiro ambos brazos y avanzo paso a paso contándolos hasta llegar a lo más cercano: el escritorio. Me paro y memorizo, a cinco pasos de la entrada recto el escritorio, nuevamente coloco los brazos igual y continuo contando pasos hasta recorrer cada esquina, mañana le diré a mi madre que me ayude a localizar cada objeto. Después de recorrer de principio a fin mi habitación al menos tres veces decido bajar a la cocina para comer algo antes de que mi estomago me subcione, aunque mi madre ponga el grito en el cielo.
Despacio encontré el pasamanos de la escalera, y escalón por escalón llegué hasta el piso de abajo y pensé reconstruyendo en mi mente la disposición de la casa donde estaba la cocina, aunque una vez llegara tendría que llamar a mi madre para que me regañe y me de algo para saciar mi apetito.
Pasé prácticamente todo lo que quedaba de tarde con mi madre en la terraza tomando refrescos y describiéndome cada cosa que sucedía alrededor riéndonos como niñas hasta que refrescó y nos fuimos a dormir para así mañana empezar un nuevo pero no menos difícil día.
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Enfrentando la oscuridad
RomanceElena es la chica popular de su instituto la cual no nos gustaría cruzarnos en su camino. ¿Nunca os habéis encontrado con la típica persona que os humilla y os hace la vida imposible? Pues así es ella. Vive con su madre desde que era pequeña al divo...