Capítulo 22

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Sentía que el tiempo con Bill volaba, las horas se convertían en minutos y los minutos en segundos. Cuando lo note estaba buscando mi vestido de novia tenía muy pocos ánimos así que regrese al penthouse.

Todas las noches con Bill estaban llenas de sexo, a veces me abrazaba y besaba bueno en realidad casi nunca. Cuando llegue, Bill estaba sentado en el sofá fumando.

- ¿Por qué fumas? -pregunté

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- ¿Por qué fumas? -pregunté.

- ¿Por qué te vas a casar? -respondió.

- Es de mala educación responder una pregunta con otra... Además es un tema totalmente diferente. -dije.

- Siempre quise hacerlo en un avión... -decía mientras miraba el techo y dejaba salir el humo del cigarrillo por su boca.

- Eso no viene al caso. -dije un poco divertida.

- ¿Y ya tiene el vestido "perfecto" señorita Jones? -decía haciendo comillas con los dedos.

- No, la verdad no mantengo ninguna ilusión de casarme Bill... -dije mientras me acercaba y el apagaba su cigarrillo.

- Lo sé, tu mirada te delata. -decía mirándome. Me senté sobre él, Bill no apartaba la vista de mi -¿Qué ocurre?

- Alexander quiere que vaya a su casa para arreglar unos detalles en los que nuestros padres no se ponen de acuerdo. -dije aburrida y cansada.

- ¿Quieres que te lleve? -preguntó.

- No hace falta, dijo que pasaría a buscarme y me negué. -dije cruzando mis brazos.

- ¿Entonces como llegaras? -preguntó mientras colocaba descaradamente sus manos en mi trasero.

- Por mis propios medios y ahora que lo pienso, debería conseguir un trabajo y comprar una motocicleta.

- No hace... ¿Espera una motocicleta? -decía atónito.

- Si, se siente increíble ir en una será aún mejor conducirla. -decía mientras abría mis brazos y cerraba mis ojos.

- Muy graciosa, pero eso es muy peligroso. -dijo serio y yo lo mire aún con los brazos abiertos.

Puse mis manos sobre sus hombros y me acerqué un poco más a él.

- Bill, por favor. -dije con carita de perro regañado.

- No -dijo con una sonrisa maliciosa.

- Bill no planeo hacerte un berrinche pero en verdad me gustaría trabajar. -dije acariciando su cabello.

- No tienes la necesidad de hacerlo. -respondió Bill simplemente -Además sólo quieres trabajar para comprar un vehículo, yo puedo hacerlo.

- ¿Por qué? Es demasiado Bill. -dije, "me ha mantenido durante meses, me ha regalado ropa, zapatos y joyas".

Mi chico malo /Bill Skarsgård y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora