♦Seis♦

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"Soy Harry"

"Soy tu dueño"

Esas dos simples frases hicieron que su mundo se venga abajo, ni siquiera pudo reaccionar cuando el sujeto ya lo estaba besando otra vez.

"No, no aléjate" mencionó tomando distancia.

"Joder, ¿Es enserio?" dijo tomándose la cabeza "Acabo de regresar de un maldito viaje y te necesito" lo tomó por la cintura, lo pegó a su cuerpo y lo besó con más fuerza. Él se resistió.

"¡No, basta!" lo empujó y vio como el rostro del hombre tomaba un color rojo. Enojo seguramente.

"Maldita sea, para eso estás aquí, mi padre pago por ti, no para hablar. Solo para complacerme" intentó tomarlo, pero el ojiazul corrió hasta quedarse en una esquina de la habitación.

"Aléjate, tomé clases de defensa personal" si, ojalá y hubiese hecho caso a su madre, cuando tenía trece.

"¿Por qué diablos quieres hacerlo difícil? dijo frustrado ¿No llevas trabajando ya bastante tiempo en esto? " preguntó mientras soltaba el nudo de su corbata "Vamos solo compláceme y vete" el ojiazul frunció el ceño.

"¿A qué te refieres?" preguntó confuso.

"Que solo debes darme lo que quiero e irte, no es como si no lo hubieses hecho antes" su cerebro reaccionó.

"¡No soy un prostituto!" gritó con enojo, aunque si se lo pensaba bien, si lo era, pero el hombre no lo sabía.

"Entonces ¿por qué mierda estas en mi habitación?" el enojo se escuchó en su voz.

"Yo- yo, estaba durmiendo"

"Si eso lo sé, pues fui yo quién te despertó" dijo con sorna

"Uhm si, bueno, el señor me mando a dormir" espera un momento ¿a dónde había llegado la situación?
El tipo pensaba que era un prostituto, eso quería decir que por la casa pasaban muchos de ellos. Vio una luz de esperanza. Le dio una idea.

"Pero, pensándolo bien, ya no quiero nada, así que voy a irme ahora" dijo alejándose de la esquina donde estaba.

"Mi padre debió pagarte mucho dinero por venir, no puedes irte sin más" siete millones y medios eran mucho dinero y si sabía cuánto pagó aquel tipo por él. Podría escapar si lograba engañar al hombre de rizos.

"Puedo y lo voy a hacer" en que momento su cuerpo adquirió esa valentía, estaba jugando con fuego.

El hombre solo levantó la mano. Buscó entre sus bolsillos y sacó su celular, marcó un número y se lo llevó a la oreja. Le molestaba en demasía el hecho de que se pongan difíciles, sabiendo que ellos lo hacían por mucho tiempo. Una voz de dejó escuchar.

"Si....llegué hace un rato...él no quiere" el cuerpo del castaño tembló, "cuanto pagaste por él...si...si...espera. Eso cambia las cosas...gracias...si adiós" colgó y se volteó con una sonrisa que desapareció enseguida. El chico no estaba.

Louis bajó a la entrada de la casa, intentó abrir la puerta, pero esta tenía seguro.

"Nunca dejo las puertas abiertas, ya sabes por seguridad" su cuerpo se congeló en el lugar, podía escuchar claramente la diversión en la voz del sujeto. "Sabes, hubieses elegido el complacerme y salir de aquí, pero elegiste jugar y no te salió como pensaste" dijo con una sonrisa ladina.

"Por favor, déjame ir. Esto no es necesario" pidió con los ojos cristalizados y un nudo en la garganta.

"Si lo es, mi padre me acaba de decir, no solo pago por una noche, te compró para siempre y ahora eres mío, jamás pensé que este sería mi regalo y vaya que no me decepcionó"

ForcedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora