♦Catorce♦

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Una semana después se encontraban sentados en la enorme sala, cada uno en diferentes sillones, Louis al estilo indio y Harry, bueno él miraba al ojiazul sonreír cada vez que Bart hacía alguna estupidez, si, estaban viendo los Simpsons, más bien Louis lo veía, Harry fingía observar el programa, a Louis le gustaba ver esa caricatura y podrían llamarlo niño, pero no le importaba. Sentía la atenta mirada de Harry sobre él, pero no quería que de diera cuenta que él lo notaba y que de alguna manera lo incomodaba.

Esa semana había sido de todo menos normal, el rizado había empezado a siempre querer entablar una conversación, el castaño al principio se había mostrado algo distante, pero al pasar los días la situación iba cambiando, Harry siempre parecía querer hacer sonreír al castaño con estupideces, o bromas que no tenían gracia y era precisamente eso lo que le daba gracia al ojiazul, el rizado había tomado la costumbre de saludar al castaño con un beso en la mejilla, el mismo había sido consciente de cuantas veces sus mejillas habían adoptado tonos rojizos después de cada beso, que si bien al principio fue algo realmente sorprendente a ese punto él ya lo podía considerar como algo ¿normal?

Dos veces en esa semana Harry había aparecido con un ramo de rosas para el castaño, siempre a la hora de la cena, cuando Vivian estaba presente y sonreía enormemente al ver el detalle.  Detalle que a Louis si le molestaba en demasía, el beso por alguna extraña razón ya no le molestaba, pero las rosas si eran demasiado, él no era una chica, a él no le gustaban los hombres.

Eso creía.

Además aún quería escapar.

Sí, Harry había estado comportándose de manera extraña, de una manera extrañamente buena con él, no quería decir que le apetecia seguir ahí, en ess casa, no había intentado salir pues ya las veces pasadas lo había hecho y no había funcionado. Cuando el rizado no estaba en la casa y él tenía toda la libertad de pasearse por la casa e incluso salir a la piscina no lo había hecho, lo único que hacía era escabullirse hasta el piano y tocar algunas piezas que se sabía, de niño había aprendido a tocar el piano, a dibujar y ers realmente bueno, cuando llegó a la universidad no fue lo suficientemente bueno como él creía, como todos creían, el salir de Doncaster a Londres había significado algo totalmente nuevo para Louis, sus idea era seguir Derecho, pero al final del día había encontrado un cupo para artes y sin pensarlo mucho lo tomó, su madre había pegado el grito en el cielo cuando se le informó, pero dos horas después le había dicho s Louis que lo iba a apoyar. Un día antes de partir hacía Londres lo había visto, más ignoró por completo aquella sonrisa y aquellos ojos que lo miraban con burla. No le importaba. En Londres había buscado un empleo, pues el dinero que tenía en su cuenta era más para cubrir los estudios de su carrera y su hospedaje en lo que sería su estadía en la ciudad, sabía que su madre apoyaría más, pero él aseguraba ser capaz de hacerlo por si mismo, lo había hecho. Había conocido a aquells chica de ojos azules y cabello castaño Cassie, su novia por un corto período de tiempo. Niall, su amigo, el irlandés que seguía una carrera junto a su facultad, aquel rubio que había conocido en una de las tantas fiestas que de daban casi a diario por los alrededores de ls universidad, aquel chico que enseguida le había agradado, aquel, al único que sabía su verdad.

En algunas ocasiones antes de dormir no podía evitar soltar lágrimas, lágrimas que caían hasta empapar la almohada, lloraba porque se sentía como un idiota, por ser tan estúpido como para acabar en la situación en la que estaba. Con alguien, con un hombre. Un hombre que había intentado abusar de él, un hombre que en esos días se estaba mostrando de manera diferente, un hombre al que, aún por más cosas que hiciera, le tenía desconfianza, miedo.









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