♦Ocho♦

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Antes de llegar al restaurante que quedaba fuera del centro comercial, Harry lo llevó casi a rastras al baño, lo tomó por las piernas y lo sentó sobre el mesón del lavabo, se colocó entre las piernas del ojiazul, colocó sus manos en la pequeña cintura del castaño que se mostraba bastante incómodo con la situación.

Se acercó de un solo movimiento al castaño y atrapó sus labios en un beso desesperado, al que el castaño correspondió torpemente. Harry dejó la cintura del castaño para colocar sus manos en el botón de los jeans del chico e intentaba abrirlos.

"¿Qué haces?" dijo mientras apartaba las manos del rizado.

"Vamos a follar, nadie nos va a ver" dijo y lo besó nuevamente.

"¡No! Harry para" lo empujó y de un saltó puso sus pies en el suelo del baño "No, no quiero" dejó el baño.









El silencio era de lo más incómodo, mientras el uno cortaba un trozo de carne, el otro no podía quitar la vista de su plato que se encontraba tal como lo sirvieron.

"¿No vas a comer?" preguntó el rizado al ver que el castaño no hacía un solo movimiento.

"He, sí, si voy a comer" tomó el tenedor y picó una de las papas salteadas que se encontraban en su plato.

"Pensé que tenías hambre, eso fue lo que dijiste" el castaño alzó la vista y notó que Harry lo miraba de manera inquisitiva.

"Si, solo que esta..."

"¿Qué fue eso Louis?" el mencionado calló ante la interrupción inesperada del rizado.

"¿Qué cosa?" fingió no recordar.

"Eso, en la tienda" dijo con calma.

"Pues, fueron compras" esperaba que el rizado no se molestara, enserio que esperaba eso.

"Sabes que no hablo de eso"

"No estoy entendiendo" no se iba a permitir hablar de eso, sabía que sus actos necesitarían respuestas, pero justo ahora no las tenía, o si las tenía, más bien no quiso dárselas.

"¿No entiendes qué?" su tono de voz se volvió serio "Maldición Louis, no sé qué diablos te ocurre, ayer no querías que te toque un puto cabello y ahora me besas como si nada y hasta me dejas apretarte el trasero y en el baño te portas como una jodida niña, te comportas como una maldita perra" la acusación del rizado hizo que algunas personas que estaban en el mismo lugar los mirasen de reojo.

"No sé" respondió "Te espero afuera" no le dio oportunidad al rizado de decir algo y se dirigió directamente al auto que estaba parqueado justo en frente del restaurante. No le importó dejar el plato lleno.

Miró al pequeño alejarse e inmediato se puso de pie, pues temía que el escapase, pero cuando vio que entró al auto se quedó tranquilo y pagó la cuenta con calma.

Dentro del auto pensaba que decirle al rizado en cuanto llegara a su lado. Bien, una cosa era el no dejarse humillar por cualquier chico y mucho menos de un tipo tan desagradable como aquel, pero sabe perfectamente que solo fue por el enojo del momento porque ciertamente él jamás actuaría así, no le gustaba ser problemático. Pero ese sujeto sí que lo sacaba de sus casillas, quién se creía para decirle que el jamás sería suficiente para alguien y menos para Harry. Si bien la buena relación que él inventó para callar al tipo no existía, al menos no había quedado mal y tampoco dejó que él se salga con la suya. Rio recordando la cara de enojo del chico. Se lo merecía, aunque ahora les tocaba a él dar explicaciones de sus actos al rizado.

ForcedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora