♦Doce♦

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Los cuatro días siguientes a lo sucedido en su habitación fueron de algún modo para él, tranquilos.

El día siguiente a esa noche amaneció en la cama con un pijama que cubría su desnudez, alarmado se puso de pie y gracias al cielo no sintió ningún dolor en la parte baja de su espalda.

El hacía todo lo posible por no encontrarse con Harry en ninguna parte de la casa que ahora ya conocía mejor, el cuarto del piano lo había olvidado pues su mente aún se sentía turbada por lo ocurrido, de la misma manera había intentado una infinidad de veces salir de la casa, pero los de seguridad no le permitan poner ni un solo pie fuera de la propiedad, claro, por órdenes del rizado que en ese momento detestaba más que nunca.

Tuvo que mentir a Vivian pues ella se había dado cuento de la situación entre los dos chicos y había preguntado a ambas partes, Harry decía que no era importante y Louis solo supo decir que tuvieron un pequeño desacuerdo, no podía decirle la verdad, en primera porque la señora quería mucho a Harry y no le creería que él estuviese ahí de alguna manera secuestrado y en segunda le daba demasiada vergüenza el hecho de decir que casi abusan de él, si bien era algo que no se lo debía guardar para sí mismo prefirió hacerlo.

Mientras el rizado salía muy temprano de casa, Louis ya despierto en su habitación - a la que ya había regresado- esperaba que dejara de escucharse el motor del auto para poder salir y tomar sus alimentos, el resto del día ayudaba a Vivian con la limpieza, y seguía aprendiendo a hacer algunas cosas extras en la cocina, como preparar cupcakes, flan, tortas y tartaletas, los hacían en porciones pequeñas para no desperdiciar muchas cosas, también aprendió algo más sobre comida como saltear papas o preparar un filete de diferentes formas, eso lo emocionaba mucho pues cuando lograra escapar ya podría considerarse un experto en la cocina, bueno no tanto, pero era una gran avance.

Hoy por fin iban a preparar el pastel de arándanos que tanto le gustó y que era el favorito del rizado, pero eso a él no le importaba, así que después de hacer eso por fin regresaría a la habitación donde se hallaba el piano, podría practicar un momento. No salía a la piscina pues no tenía un terno de baño y claro que podía lanzarse en bóxer o desnudo, pero le daba mucha vergüenza. Así que cuando salía al jardín solo observaba las plantas y cuando estaba anocheciendo, después de ayudar a Vivian con la cena y comer, iba a su habitación hasta el día siguiente y gracias a Dios Harry no se había atrevido a buscarlo. Dejó de pensar tanto y se puso a preparar la mezcla del pastel tal como Vivian le indicaba.

Solo esperaba que la situación con el rizado no empeorara y este no intentara aquello otra vez.





(...)





"¿Harry crees que actuando de esa manera vas a lograr algo?" el ojimiel regañaba a su amigo por la actitud y los actos que este realizaba.

"Me da igual" se encogió de hombros.

"Tu humor y aspecto dicen todo lo contrario"

"¿A qué te refieres con mi aspecto?"

"Estás todo lleno de ojeras y además no te has rasurado, y tu humor ni se diga, estas más amargado que de costumbre"

"Es por el trabajo" se defendió.

ForcedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora