♦Treinta y uno♦

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Cuando abrió los ojos lo primero que vio fueron unas luces que lo hicieron cerrar los ojos de manera abrupta. Esta vez los abrió con más lentitud. Su cabeza dolía.

Una enfermera entró y se sorprendió de verlo despierto.

"Llamaré al doctor James, no te muevas cariño" escuchó pero ni siquiera procesaba la información que ella dio.

Después de algunos minutos la puerta se abrió y el continuaba atontado y no se daba cuenta de lo que pasaba a su alrededor.

"Llamamos a tus familiares, están en camino ¿cómo te sientes?" le dijo mientras le revisaba los ojos con una luz apuntando directamente a ellos. Estaba realmente confundido. Alzó su mano intentado retirar el cable que le proporcionaba oxígeno "No, tranquilo, sé que estas confundido" el negó con la cabeza, intento decir algo pero su garganta ardió y llevó sus manos a ella

"Ten, bebe despacio" puso un sorbete* en su boca y con cuidado el aguazul empezó a beber el agua, porque era justamente lo que iba a pedir "Vamos a chequearte ¡Dios Louis! Nos has tenido a todos preocupados, has estado dormido por un poco más de dos meses" lo aturdían, su garganta y lengua se humedecieron de inmediato por el agua, pero aun así no logró hablar "Es normal que no puedas hablar, tranquilo en algunos minutos ya lo podrás hacer, no te desesperes ¿okey?" el ojiazul asintió.

Unos minutos más recorriendo con la vista la habitación que estaba totalmente pintada en un blanco, una televisión se encontraba adherida a la pared, la puerta de madera era la única que estaba fuera de contraste, pues esta era blanca, alzó sus manos y logró verlas conectadas a algunos cables, sentía raro tener aquella manguerita que le proporcionaba aire, cuando escuchó el sonido de la puerta ser abierta otra vez miró al doctor a quien ya reconocía, este le devolvió una cálida sonrisa.

"¿Te sientes bien?" el ojiazul asintió, "Bien, debes estar confundido, ¿cuál es tu nombre?" el doctor revisaba una de las maquinas mientras anotaba en un pequeño tablero que sostenía.

"Louis Tomlinson" respondió, sentía su garganta arder.

"Bien, lo que ocurrió es que caíste en coma, han pasado un poco mas de dos meses desde aquello" el ojiazul asintió, llevó su mano a su estómago y como un inmenso balde de agua helada cayó sobre él, los últimos acontecimientos que recuerda llegaron como un flash a su mente, su respiración se volvió frenética.

"¿Mis bebés? ¿Mis bebés? Yo, yo me caí y... "intentó arrancarse todos los cables de su cuerpo y levantarse, más no lo logró, no tenía fuerzas.

"Tranquilo Louis, tranquilo, los bebés están bien, no pasa nada, debes calmarte" no le podía decir eso cuando por su mente habían pasado ya un millón de situaciones. Sin poder evitarlo las lágrimas comenzaron a bajar por su rostro.

"No llores, están bien, no hay porque preocuparse, debes estar calmado, necesitamos revisarte, es bueno saber que no has olvidado las cosas"

"¿Dónde están mis bebés?"

"Están en camino, no te preocupes, mientras llegan vamos a chequearte.

Asintió aún con las lágrimas bajando por sus mejillas, respondió las preguntas que le hizo James, el doctor estaba feliz de que el castaño recordara todo, pues existían casos en los que despertaban y no recordaban nada.

"Bien, está todo bien contigo no hay porque preocuparse, solo necesitas recuperar fuerzas" el doctor le quitó la manguera de aire "Voy a ver si tus bebés llegaron, enseguida los vas a ver" dejó a Louis acomodado en su cama con una almohada para que su espalda no doliera.

ForcedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora