Yo simplemente no sabía que hacer, pero le dije al subgobernador eso para calmarlo, pero por mi cabeza no pasaba ninguna forma de salvar a el planeta.
Por mientras en la tierra...
El policía abrió su libro de registros de niños entre cinco y diez años en toda la ciudad.
-Aquí debe de estar- dijo mientras pasaba hoja por hoja.
Mi papá ya no casi no tenía uñas de tanto comérselas y mi mamá sudaba frío por todos lados.
-Aquí está- dijo el policía señalando mi registro.
Mis padres lo vieron y me identificaron.
-Sí, es él- dijo mi padre con la primera sonrisa en el rostro que no había tenido hace algunas horas.
-Caleb Chinchilla: Identificación policial 679-5- dijo el policía.
Entonces, la policía preparó todos sus autos y trabajadores para empezarme a buscar por la ciudad y el país.
Mientras tanto en el planeta extraño...
Exiburn, el gobernador del planeta vecino quién nos declaró la guerra, viajó en su nave super moderna y actualizada hasta mi planeta; y se dirigió a mi trono.
Cuando entró donde estaban todos los ciudadanos reunidos, cada uno de ellos se alejaron al menos un kilómetro de él, a miedo a que les hiciera algo.
-Vaya, Vaya, ¿Así que tu eres el gobernador de este planeta tan debilucho y feo?- preguntó Exiburn muy confiado.
-No es debilucho y feo, y sí, soy el gobernador- respondí muy enojado.
-Bueno, aunque aún no comencemos la guerra, mandaré muchos de mis colonizadores a conquistar tus tierras- dijo Exiburn.
-¿Qué? ¡No! No puedes mandar a tus colonizadores a conquistar mis tierras a menos que te dé mi permiso- dije yo mientras me levantaba del trono.
-Yo puedo hacer lo que quiera con mi y tu planeta- dijo mientras se reía a carcajadas.
-Te demandaré- dije yo muy furioso.
Él solo se reía y se reía a carcajadas.
Ya lo veremos..
Continuará...
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Un Universo no tan infinito
AventuraAventura, fantasía y ciencia ficción te hará sentir como en el universo infinito, bueno, no tan infinito, así que comencemos