Capítulo XXXI. El gran final

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¡Wow! ¡Esa es la tierra!- grité conmocionado.

-Si, vamos a aterrizar entonces- dijo Yibuti.

Yo solo sonreí muy alegremente.

-Pero espera, ¿dónde vamos a aterrizar?- preguntó Yibuti.

-No lo seeee- exclamé.

En ese momento, estábamos cayendo, por lo que la nave se sacudía tanto que ya íbamos a dar a quien sabe dónde.

Entonces, aterrizamos en una gran mancha amarillo-marrón, era el gran desierto de Arizona, en Estados Unidos.

Yibuti y yo nos abrazamos para estar listos por so acaso caímos violentamente.

Y así fue, caímos en medio del desierto, y luego la nave siguió su camino arrastrándose por la arena a cientos de kilómetros de hora, hasta que finalmente, llegamos a mi casa.

Todo parecía moverse como en cámara lenta, Yibuti y yo gritando, mi abuela soltando la olla que estaba lavando, mis primos corriendo y gritando con dejando sus carritos de juguete con los que estaban jugando, y el resto de las personas que pasaban por afueras de la casa, solo se quedaron viendo, finalmente, fuimos a dar a unos árboles y un portón antiguo que gracias a Dios estaba ahí, y nos detuvo de un impacto mayor.

-¿Quién será?- murmuraban todos.

Y apenas yo salí, mi abuela se puso super alegre, había pasado un poco más de un año sin verme. Me llevaron a mi casa y me dieron agua y comida.

-Gracias, y ¿dónde está mi papá?- pregunté.

-Ay mijito, tu padre se fue con su "esposa" y ahora viven en otra parte de la ciudad- dijo muy abuela.

-¿Qué?- pregunté yo.

Entonces me paré y dejando todo, decidí ir en busca de mi papá. Pasaron los días y por fin encontré el apartamento dónde vivían ahora. Cuando entré, se estaban coqueteando en el sillón. Nada más se me pelaron los ojos, no lo podía creer.

-¡PAPÁ!- grité.

-¿H... Hijo?- preguntó.

Dejó a Sheila en el sillón y me fue a ver como estaba.

-¿No te habías desparecido hijo- preguntó.

-Esa no es la pregunta, sino, ¿quién es ella?- exclamó.

-B... Bueno, es tu nueva madre- dijo.

-¿Mi nueva madre? ¡Nadie nunca podrá reemplazar a mi madre legítima!- grité.

-Hijo, respeta- dijo.

-¿Respeta? ¿¡Respeta?! Tu eres el que está irrespetando aquí- dije yo furioso.

-Hijo, calmate- dijo.

-¿Que me calme? ¡Me fui al espacio por un año y te encuentro coqueteando con otra chica en el sillón! Me das vergüenza- dije yo.

-A ver, ¿qué pasa aquí?- dijo mi mamá original.

-¿Qué? ¿Tu no estabas muerta?- preguntó mi padre.

-No, este amigo de nuestro hijo (Yibuti) me resucitó con un polvo amarillo raro y me dirigió hasta acá, ¿así que tienes otra chica?- preguntó furiosa.

Le guiñé el ojo a Yibuti.

-Mira mi amor, la agarra de las manos yo te amo hasta el infinito- dijo.

-¿Qué? Vamos a ver si me amarás en la cárcel- gritó.

Ya había llegado la policía y se lo llevó.

-Y tu sal de mi casa también- dijo mamá a la otra chica de papá.

-Si señora- dijo en voz baja.

-¡Vamos rápido!- le gritó.

Cierra la puerta.

Ay hijo en realidad, que vino que volviste, te extrañaba tanto, y gracias a ti también por cuidar de mi hijo- dijo.

Entonces nos abrazamos todos.

-De nada señora- exclamó.

Fin

Personajes: Mi abuela, mis primos, mi papá, mi mamá, Sheila, Exiburn, Ki, Yibuti, Caleb (yo), el ejército de Exiburn, mi ejército, Alicia, las amigas de Alicia, la maestra de mi clase, mis compañeros y el juez intergalactico.

También quiero decir gracias a LauUwU y Likita002 por ayudarme con esta historia.

Y bueno, tuve que terminar esta historia ya, porque ya tengo otra en mente y además quiera terminar esta antes de que se termine el año así que... ¡Nos vemos, hasta la próxima!

CalebYalet17 - Diciembre 28, 2017

Un Universo no tan infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora