Capítulo XXVIII. Digo excusas

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Era un día nuevo, uno en el cual parecía que todo cambiaría, y pues, comenzó normal, me levanté, me bañé, me alisté, desayuné y me lavé los dientes, como era de costumbre.

Salí de mi casa y caminé. Cuando llegué al escuela, estaba Alicia con su grupo de amigas, yo solo las traté de ignorar pero me atraparon.

-¿A dónde vas sapo?- me dijo Alicia cuando sus amigas me empujaron y me rodearon.

Yo solo me quedé callado.

-¿Crees qué vamos a convivir con alguien qué nos acusa, eh?- me dijo mientras me jala del cuello de la camisa.

-P... pues no, creo- dije yo muy nervioso.

-Obvio que no, tu no tienes porque acusarnos, ¿ok?- me dijo entre dientes.

-S... Si- dije muy nervioso.

-Qué así sea- dijo Alicia para luego soltarme.

Me empujaron y me dejaron ahí tirado.

-Vamonos chicas- dijo.

Entré a clase todo lleno de moretones y golpes, luego me senté en completo silencio. Alicia se volvió y me miró seriamente con los dedos haciendo la seña de espía.

Saqué mis cosas del bulto y me alisté para la clase. Al llegar la maestra, Alicia se volvió y se comportó como di nada hubiese pasado.

-Buenos días clase- dijo la maestra con un montón de bolsos
y cosas para la clase.

-¡Buenos días profesora!- gritamos.

-Bueno chicos abran sus libros de matemáticas en la pagina 67- dijo.

Luego dijo mi nombre y me citó a hablar afuera con ella.

-¿Qué pasa?- me preguntó muy preocupada.

Yo solo miré hacia la clase dónde estaba Alicia viéndome muy seriamente. Tragué saliva.

-¿Fue Alicia?- me preguntó.

-N... no maestra, es que me caí en la entrada de la escuela- respondí yo.

-No creo- dijo la maestra.

-¡Sí! ¡Créame!- dije yo muy sonriente.

-Bueno, volvamos a clase- me dijo.

Exhalé y luego inhalé.

Continuará...

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