Juicio

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Descender al Inframundo nunca era fácil y tampoco agradable, no por nada el heraldo de las almas les acompañaba hasta la entrada y de ahí tomaba otro camino conocido por pocos y revelada a él por el mismísimo Hades por el que llegaba al lugar donde enjuiciaban las almas. Por esa ruta no debía ver a Cerbero, pero le gustaba llevarle presentes al can y después de verle seguía su camino. Esta vez sin embargo, no podía regresar por el camino de siempre, porque Hades había sido claro al decir que nadie podía conocer esa ruta así que de regreso, tendría que pasar por todo el lugar para impaciencia del dios que llegó y tragó lento al ver el escenario subterráneo con el que se encontró

Hades en su sitio como juez tenía una mirada severa, las Keres chillando furiosas como arpías, Atenea esposada, arrodillada por el peso mismo del inframundo sobre ella, cabeza en alto y mirada altiva. Hermes tragó lento, no quería defender a alguien que se mostraba tan insolente ante ellos, ¡al menos algo de humildad!, retrocedió y recordó el armamento de Ares, ¿morir a manos de la muerte o ser torturado de por vida por la guerra sin poder morir porque los dioses de la muerte no se apiadarían?, se planteó y prefería una muerte tranquila que volver al exterior sin Atenea o eso creyó, luego escuchó como las Keres incitaban un veredicto de muerte y a su diestra con las alas desplegadas y vigilando a Atenea estaba Thanatos, esperando que la diosa dijera algo en su defensa, si lograba dar una buena respuesta, mostraría piedad de concederle el sueño eterno a manos de Hypnos que la miraba desde la otra punta y al otro extremo, las Moiras que habían dejado de tejer y ahora exigían venganza por el hilo roto en un impulso divino y merecía ser castigado. Hermes retrocedió de nuevo negándose a bajar, pero el aleteo del casco que anunciaban cada emoción del dios le delataron, alcanzó a sujetarlas, pero ahora todos veían en esa dirección

-¿Qué haces aquí?- habló Hades que fue el único que no giró a ver

-Ah... lo estaba buscando señor, Zeus me mandó- mintió en parte, o más bien ocultando información descendiendo de la fosa por la que se llegaba a ese lugar- ¿Qué hace Atenea aquí? Parece un juicio- tanteó y por primera vez desde que llegó con los dioses, se sintió mortal y pequeño, las deidades ante él eran casi entidades de gran tamaño y todos conservaban esa aura siniestra que no solía intimidarle, hasta ese momento- si es un juicio debería tener defensa- planteó tan tranquilo como pudo sonar acercándose con cautela a Hades extendiéndole la nota de Zeus

-En efecto eso es- admitió el rey con solemnidad aceptando el pergamino que le entregó- tu hermana cometió una falta grave y se decide su castigo- aclaró Hades tomándose el tiempo de leer la nota- ya hablaré con Zeus, déjale saber que leí su recado, ¿algo más?- quiso saber al ver que no se marchaba, deduciendo lo que ocurría, pese a no entender el porque

-Debería tener derecho a defenderse- insistió porque primero debía lograr que le invitaran a participar o si no, él mismo sería enjuiciado por intervenir, la miró, tan determinada que exhaló sabiendo que ella le complicaría más las cosas- obviamente no ella, es impetuosa y arrogante, si la deja que hable, no habrá dicho cinco palabras y ya estará siendo condenada al Tártaro- explicó y escuchó la risa de Perséfone detrás suyo- mi Señora- saludó reverenciándola y haciéndose a un lado extendiéndole la mano para ayudarla a sentarse en su trono

-¿Y ese cabrito?- quiso saber la reina del inframundo a la que todos los demás reverenciaron, Hades la miró atento y desconfiado a su formalidad

-Ah... ¿él? Es para Cerbero- admitió y la reina le hizo una señal a uno de los seres de la tinieblas que apareció y extendió los brazos para aceptar el animal, se llevaban su carnada para poder salir vivos del inframundo, miró al ser, a la reina y sonrió forzadamente- yo... yo no se preocupe alteza, yo mismo se lo llevo, no hay problema... hace mucho que ¿no lo veo?- planteó siendo clara mentira, lo veía todos los días algunas veces incluso más de una vez, pero no podía dejar que se llevaran el cabrito- ustedes sigan, están ocupados

La Legión del Olimpo [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora