La Legión del Olimpo [Completa]

Exilio

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Hola! solo una cosa... Enio ha vuelto, me ha reclamado haberla tirado al olvido y retornó con tanta fuerza que no pude hacer más que hablar de ella, así q en esto, tiene el foco solo sobre ella... en el sgte a consecuencia de sus actos, ya influirá la legión cómo tal, por ahora, una dosis de Enio, espero la disfruten

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Los días seguían pasando, cada quien seguía en lo suyo en una calma preoupante, Zeus mismo parecía inquieto de tanta paz, aquello no concordaba con la presencia constante de Alala, si de verdad, hubiese paz, ella no estaría ahí, pero la veía rondar el lugar con paciencia, pero satisfacción de quien se sabe vencedor...

Y tal cómo Zeus, los demás igual apreciaban toda novedad, que por mínima que fuera, ante la carencia de ellas, todo cambio se volvía demasiado notorio... en especial para quienes solo bajaban a la tierra exclusivamente por su designio, cómo era el caso de la mayor de las hijas de Hera. Ilitia, diosa virgen de los partos, inicio de la vida, protectora de infantes, príncesa del Olimpo, adoración de sus padres e intocable para todo ser, mortal o inmortal, descendió desde su templo a atender un parto al norte de Tracia y una vez desocupada, se sintió llamada

Alguien la llamaba, extrañada revisó el lugar, dudando que fuera a ella a quien llamaran, pero así era, le clamaban por su nombre. Confundida miraba hacia los lados intentando dar con el sujeto, pero nadie estaba a la vista y tampoco conocía la voz de su portador, lo que la dejaba sin pista alguna, pero no dejaba de ser inquietante que quien clamara fuera un varón... ella era la diosa de los partos, pero obligándose a no preocuparse, creía que fuera un padre desesperado... aunque eso solo le dejaba la duda por el anonimato

Ilitia rondó la ciudad temerosa de cualquier trampa, quien fuera no se callaba, quien fuera parecía obligado a llamarla pese a no obtener respuesta, pero ¿por qué no se dejaba ver? Temió y prefirió irse, estaban raptando dioses, Ares llevaba meses desaparecido, a Hefesto no lo veían desde hace semanas y a Atenea tampoco, su templo parecía custodiado por rayos, pero nadie había vuelto a verla y... tal vez a ella también la llamaban sus prisioneros y temiendo a ello, se fue.

Allá volvió a los pocos días al oírse llamada por Enio. Descendió de inmediato, sobrevolando la ciudad desesperada por encontrarla, Enio también llevaba meses perdida, sin dar rastro alguno, había alcanzado a pensar y lamentar que por buscar a Ares la hubieran raptado también, pero ahora llamaba y no se iba a ir sin su hermana, se juró deteniéndose en lo alto del obelisco, exigiendo respuesta

-Bóreas- llamó al viento a cargo de esa zona- habla claro, de dónde traes la voz- ordenó y altivos como eran los vientos solo obtuvo por respuesta una fuerte brisa en el intento de derivarla- lo lamento- disculpó sujetándose con fuerza- es tengo urgencia por encontrarla, ¿dónde está?- cambió el tono y sintió la brisa mecerla hacia el otro extremo- Gracias- despidió y voló hacia allá deteniéndose en el templo de Ares- ¿Enio?- llamó en voz baja y un sollozo fue toda respuesta

Inhaló, exhaló y queriendo estar armada con lo que fuera, entró alerta a todo, sacándo valentía de dónde fuera, no sabía luchar, pero atacaría a quien se atreviera a haber raptado a su hermana, se juró con manos empuñadas, pero jamás habría estado preparada para lo que encontró. Su expresión estupefacta lo decía todo, pero poco importó en ese momento, apartó la vista del vientre al oír otro sollozo de Enio casi gruñido, mientras sus lobos abrían paso a Ilitia

-¡Al fin!- fue el saludo de la guerrera- ¿dónde estabas? Llevamos días llamándote- renegó golpeando el suelo- duele- chilló de nuevo mordiéndose el dorso de la mano