Dioses Fugitivos

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¿Los dioses eran más sociables que las mujeres? Suponían que no, eran más agresivos, rivales, luchadores, reñían y había una manía casi de instinto, de mostrarse el jefe de los demás, pero sorpresivamente, más barreras pusieron ellas para contarse cualquier cosa, que ellos... como consuelo y desde sus carros, sus hermanas argumentaron que es porque los hombres eran más básicos como para relacionarse así de fácil e indignadas quisieron bajar de sus carros a hacerles frente al verse como tema principal de ellos empezando a rondar Esparta

-Yo sigo sin entender como terminaron peleando entre ellas- admitió Hefesto confundido reparando los incidentes de hace unos días- es decir, ¿en qué momento pasas de luchar contra tus rivales para reñir a tus aliados?- se forzó por entender sin conseguirlo rascándose la barba- mira que dicen que soy agresivo y jamás he luchado contra mis ayudantes- se explicó sintiendo como Apolo le palmeaba el hombro para que no perdiera tiempo intentando entenderlo

-Son mujeres, ellas sabrán inventarse el motivo para pelear- le juró divertido Apolo alzándole las manos en señal de tregua a Artemisa, seguro que desde el cielo, su hermana le apuntó- te digo yo, mi madre es intocable y adoro a mi hermana y aun así, había días en que al llegar, volvía a salir al encontrarlas peleando por... vaya el cosmos a saber- reconoció logrando que Ares riera

-Mis hermanas son raras, Hebe llora como cervatillo, siempre tiene esos ojillos suplicantes y temerosos; Ilitia tal como mi madre siempre te miran como si supieran todo lo que haces y que de algo te culpan, pero cuando se enoja, llora de rabia mientras te avienta cosas furiosa y Enio...- se lo pensó frunciendo el ceño en un debate- Enio no es tan mujer- interpretó logrando que la diosa desde su sitio se tentara a tirarle su lanza ante tal ofensa

-Limitate a saber Hefesto que cada una, es un mundo diferente- le juró Apolo casi exhausto de sus debates y causas de discusión- si me quedaba duda alguna, pues lo he comprobado. Lidio con nueve musas como plus, porque sobrevivir a mi madre y hermana, al parecer no fue suficiente dilema- le recordó Apolo y a eso, la mueca casi adolorida que le dedicaron los otros dos, de imaginarse en esa situación, fue franca

Esa era una noche larga, les habían dejado de guardias y debían custodiar Esparta, así que las veces que en sus rondas se cruzaban hablaban, pero llevaban toda la noche en ese vaivén de verse, hablar unos minutos y seguir su rumbo... pero al menos cuando se encontraron Apolo y Hefesto cerca a la costa, eso llevó a otros temas, hasta llegar al centro de Esparta dónde solían encontrarse con Ares. Hace horas que las diosas optaron por no oír y ocuparse en sus propios deberes indignadas de sus comentarios, mientras ellos marchaban como mortales hasta el obelisco empezando a sentir el sueño y cansancio que los obligaba a hablar para no sentir el agotamiento

Parecía que pese a hablar de ellos mismos, era inevitable apartar a las diosas de sus temas, pero al menos cambiaban de tema cuando volvían a estar los tres y le insistían a Ares información de lo que les esperaba el día siguiente en el entreno, porque seguían reacios a créele cuando la guerra juraba no saberlo, pero por ahora, Apolo todavía girando entre sus dedos la flecha plateada que le disparó Artemisa cuando llegó a la costa en su guardia, atendía a Hefesto que con insistencia quería saber sobre el registro que se le habían encomendado junto a Atenea

-Es aburridor, constantemente sientes que tienes deberes mejores que hacer, que esperar a que ocurra algo; hemos pasado días hablando entre nosotros o cada quien en lo suyo- resumió con apatía Apolo consciente de lo que quería saber Hefesto- supe que fuiste y Atenea te expulsó del templo- añadió logrando que el dios bajara la mirada- Hermes va seguido, pero casi siempre termina durmiéndose o curioseando el templo de Atenea, para tortura de ella- reconoció divertido de recordar la mirada esmeralda de la diosa siguiendo todo movimiento del menor- ni siquiera se concentra por vigilar que no le robe nada- se explicó calmando la molestia con que le miró Hefesto, hasta que serenó el gesto cuando le oyó decir que pasaban las horas hablando, le sonrió reconociendo el temor de Hefesto- el resto del tiempo, ella lee, yo... me invento manera de estar ocupado y últimamente Artemisa va, pero de todas las funciones que podemos tener, pregúntale a la misma Atenea, te dirá lo mismo, el registro es la más tediosa y aburrida- resumió forzándose a no preguntar, pese a terminar haciéndolo cuando Hefesto exigió que hablara en lugar de evitarle- ¿Tú y ella...?

La Legión del Olimpo [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora