Regalos del Amor

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De ello concluyeron tanto por la musa vidente, como por el mismo dios, que dónde sea que estuviera, Ares no dejaba de gritar, pero el dónde es lo que no sabían reconocer, todo a su alrededor era oscuro, Enio tragó lento ante esa señal y recordando estar molesta con él por incauto hormonal, juró que no iría, que se saliera él de esos problemas

Atenea a ambos les exigió saber algo más, pero el único dato que pudieron darle, es que estaba encadenado y poco más que eso, no había rastro de nada que les sirviera para distinguir el sitio y por un momento Atenea temió que fuera el Tártaro, después de todo era un lugar que solo los de allá conocían, normal que no distinguieran esas tierras de tinieblas, retrocedió a la idea de volver al inframundo, además, allá abajo podría haber arañas, con todos los ojos que tenían capaz que podían ver de noche y se negaba a ir a tientas y posiblemente terminar con ellas, además, sería entrar de nuevo al inframundo, eso bastó para tomar su decisión, Ares se había buscado problemas, que se saliera de ellos

-¿Es enserio?- regañó Artemisa antes que Atenea se fuera tras Enio- ¿Solo van a dar media vuelta e irse? cuando te capturaron y llevaron a juicio, él fue por ti- le recordó logrando que la sabia se detuviera mientras Enio avanzaba hasta detenerse cuando la saeta le cerró el camino

-Yo no pedí que lo hiciera, allá él sí quiso ponerse en ese peligro, además, él ni siquiera entró- aclaró Atenea girando a verla- envió a Hermes, si estoy libre es por Hermes, no porque Ares hubiera hecho algo- se defendió y Artemisa se irguió con mentón en alto contradiciéndola

-Entonces es verdad- renegó la cazadora- se supone que somos un grupo, ¿cómo pueden dejar a uno en el camino? ¡Es tu hermano!- regañó a Enio- y si estás libre es por él, ¿o crees que Hermes llegó allá porque sí?- le echó en cara, Atenea exhaló y salió- ¡COBARDES!- acusó y la sabia estuvo tentada de regresar y golpearla al insultarla, Enio siguió viéndola- ¿Dónde está su sentido de lealtad?

-¿Lealtad? ¿Lealtad por Ares?- renegó Enio acercándose lentamente- nadie ha sido más leal a él, que yo- recalcó y ninguno la contradijo- pero la lealtad se gana y él nos cambió por Afrodita- concluyó con un leve quiebre de voz- nos dejó a un lado por ella y la única vez que volvió a entrenar es porque ella estaba con Hera y porque le dijo que debería entrenar, en cuanto se desocupó corrió a su lado, ¡DESPIERTA ARTEMISA! hace meses que la legión terminó- reveló esa inminente verdad que hasta la fecha se habían negado a creer- juramos que no pasaría y él fue el primero en dejarnos... así que lo libere ella, ya que ahora es su nuevo todo- escupió las palabras como si fueran veneno

-Bien, lárgate, compórtate igual que él, ríndanse sin siquiera dar pelea, dejen que Zeus gane- regañó la cazadora con arco a la espalda- vamos Apolo- llamó y alcanzó a dar un par de pasos antes de notar que no la siguió- ¿Qué?- retó volviendo con él

-Si es el Tártaro, tú y yo no podemos entrar, jamás podríamos volver a salir de ahí, no es lógico que por salvarlo, nos sacrifiquemos nosotros- explicó cruzado de brazos, ella quebró cadera y pujó- ni siquiera sabemos si es el Tártaro, de bajar en vano, nada de esto habrá valido la pena- intentó razonar

-¿Entonces me cruzo de brazos y no hago nada?- retó y antes que le respondiera salió de ahí- es cuestión de lealtad, Apolo, Ares es molesto y todo lo que queramos sumarle, pero somos un equipo y jamás abandono y menos ante la evidente amenaza en que está y es algo que ustedes deberían tener claro y hacer- renegó sabiendo que no la seguiría, descendió en el claro de luna que había cerca de su templo y de rodillas cerró los ojos- concéntrate Artemisa- se ordenó obligándose a ver algo

Tendría que haberle dicho a su madre que así como Apolo veía el futuro, ella a veces veía situaciones ajenas que se estaban dando en otro lugar y tal vez así, habría aprendido a controlarlo, pero no era el caso, aun así, tenía que ser capaz de ver algo porque ella lo exigiera y no porque le llegaran esas visiones. Lo intentó empecinada en lograrlo, pero terminó tapándose los oídos pese a no lograr sacar las voces de su cabeza de las variadas escenas que aturdían

La Legión del Olimpo [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora