Capítulo I

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Jack salió de su cuarto viendo como su hermano Oliver empujaba a su hermano James fuera del baño para ocuparlo primero. Hoy era el primer día de clases para los tres, también se cumplían dos semanas desde la muerte de su madre, y vaya que se notaba que su madre no estaba en casa, sus juguetes regados por todos lados, la ropa tirada en el suelo, latas de bebidas tiradas en el living, la loza de la casa apilada en el regadero y su padre durmiendo apoyado en la mesa con un montón de papeles.

Observo a su papá mordiéndose una de sus uñas al mismo tiempo que escuchaba la alarma del celular de su padre, provocando que este se despertara sobresaltado y los papeles que estaban a sus costados cayeran al suelo mientras buscaba el celular exaltado.

—Habla Angus—Contesto rápido— ¿Qué quieres Cris? No ves que estoy atendiendo a mis hijos—mintió descaradamente.

— ¿Atendiendo a tus hijos? ¿Estás seguro? Con esa voz melosa no engañas a nadie—escucho Jack desde el teléfono de su padre—Despierta de una vez, pasaré por ustedes en diez minutos.

— ¡No vengas, estamos bien!—reclamó Angus, tomando en brazos a Jack para llevarlo a su cuarto— ¿Qué estás haciendo parado en la puerta del baño como un idiota? Vete a vestir—ordenó a su segundo hijo, mientras ignoraba a su hermano por teléfono.

— ¡Bastante tarde ya estoy en camino con tu sobrino!—exclamó, cortando el teléfono.

Jack vio como su padre lanzaba el celular a su cama y le ayudaba a cambiarse, se extraño al llevar el mismo uniforme que sus hermanos, una camiseta marrón con unos pantalones entre holgados y ajustados, una túnica interna de color blanco, un cinturón marrón, unas botas con cuatro dedos bajo su rodilla y por último una espada de palo. Si, definitivamente este uniforme le incomodaba.

—Sé que te incomoda, pero solo será hasta que se ajuste a tu cuerpo ¿No le decías a mamá que querías ser igual a mí?—Preguntó tomando en brazos a su hijo

—Sí, pero no me gusta la ropa y yo quería una espada como tú y mis hermanos —reclamo llevándose uno de sus dedos a la boca para morder sus uñas.

—Yo también empecé con una espalda de palo, pero si aprendes rápido a manejarla, yo prometo regalarte una que podrás usar solo en casa —prometió, sonriendo al ver la sonrisa de su esposa en su hijo—Ahora ve sacar una fruta para comer, mientras yo voy por tus hermanos.

Jack asintió y bajó de los brazos de su padre para ir a sacar una fruta, su único desayuno desde que su madre falleció, le dio su primera mordida escuchando los gritos de su padre y los de sus hermanos, aún estaba comiendo cuando escuchó los gritos de su tío.

Vio como su padre avanzaba empujando a sus hermanos, se iba al mueble le lanzaba una manzana a cada uno, sacaba una él y le tomaba la mano para salir de la casa.

—Te dije que tenía todo controlado—reclamó Angus al ver a su hermano

—Puede que a mis sobrinos sí, pero y la casa—quiso saber viendo como su hermano terminaba de cerrar la puerta.

—Un asco—comentó Jack, provocando que sus hermanos le empujaran suavemente y su padre le mirara con regaño, mientras su tío hacía lo mismo con su padre.

Jack prefirió comenzar a correr para apurar el paso y salir de esa situación incómoda, a pesar de que el uniforme le incomodaba un poco aún, estaba muy ansioso de poder estar en la academia junto a sus hermanos, quería aprender a utilizar su telequinesis y su espada lo más rápido posible.

Dejo de correr pero avanzo rápido ignorando de vez en cuando los gritos de su padre, le gustaba ver a los caballos y los puestos de comida, en especial los puestos de helados y dulces.

A un cuando su aldea parecía sencilla en todos los aspectos, si mirabas al cielo te encontrabas con la capital del planeta, un lugar lleno de tecnología y donde estaba su academia, y desde donde su padre y madre eran llamados para hacer trabajos, al igual que el hospital. Al norte estaba el estanque donde iban a entrenar los niños cuando tenían clases de defensa personal, al sur estaba el cementerio donde vivía su madre, al este el bosque y al oeste estaba el bosque donde estaban las bestias.

Jack se sorprendió cuando su padre le tomó en brazos cuando llegaron a los transportadores, se asustó al entrar en la pequeña cabina y más cuando sintió que su cuerpo desaparecía y aparecía en la capital. Rodeo con sus brazos el cuello de su padre cuando vio a los otros niños entrar.

—No te asustes, Jack. Te dejare en tu salón y luego tendrás que venirte con tus hermanos, así que pone atención al volver a casa—advirtió su padre a lo que él asintió un poco temeroso.

Angus bajo a su hijo al llegar al salón, sin soltar su mano tal como lo había hecho su esposa con Oliver y James cuando entraron por primera vez. Suspiro aliviado al ver que la profesora de su hijo era su amigo Ramsés.

—Angus ¡Qué alegría verte!—exclamó abrazando a su amigo— ¿Qué te trae por aquí?

—Mi hijo—contestó, presentando al menor—Jack Gaunt

—Un gusto conocerte joven Jack Gaunt, será un honor educarte— se presentó el mayor viendo como el menor le miraba con una sonrisa—Jack ve a sentarte la clase está por comenzar.

Angus soltó la mano de su hijo viendo como este se sentaba en el suelo.

—Tengo tres niños de familias destacables—comentó orgulloso— ¿Estás mejor?—consulto preocupado

—Adaptadome, aún no logro mantener la casa limpia y hacer el trabajo al mismo tiempo, no sé cómo mi esposa lo mantenía todo en orden, yo pierdo la paciencia con las peleas de Oliver y James que me amargan todo el día y Jack solo se dedica a dormir y observar las hormigas de jardín de la casa desde que su madre falleció—confesó sintiéndose aliviado.

—Todo tiene un tiempo Angus, todos viven su luto de manera distinta— animó Ramsés—Solo se paciente.

— ¿Cómo está Jack?—pregunto Cristóbal al entrar al salón

—Se ve animoso —comentó Angus—Creo que es mejor volver a casa. Cuida de Jack.

Angus se retiró del salón de su hijo y camino junto a su hermano. Tenía exactamente cinco horas para tratar de limpiar la casa y tener listo el almuerzo, solo esperaba no morir en el intento.

Angus Gaunt. Todo y Nada (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora