Angus Gaunt. Todo y Nada (Completa)

Capitulo XX

Salazar se detuvo en la entrada de la bodega, estaba sorprendido, James le había guiado evitando a los guardias al mismo tiempo que se conocía cada pasillo secreto de la capital. James definitivamente aparte de ser directo, era inteligente.

—Pensé que eras un niño de casa— admitió caminando por uno de los pasillos que llevaban a la bodega C— Pero se ve que aprovechas cada oportunidad para salir de casa.

— ¿De qué hablas? No es necesario salir de casa para conocer los pasillos de la capital—dijo con un tono bajo mientras sonreía.

—Entonces ¿Conoces los pasillos por la academia?—consultó intrigado

—No, nada de eso, solo un poco de telepatía que me ayuda a obtener información de los objetos y espacio, y mucha meditación para conectarme con ellos y así saber cada escondite—dijo con orgullo.

—Realmente te gusta meditar—nombró impresionado

— ¿A ti no?—preguntó curioso

—Digamos que solo lo suficiente para ser un buen soldado—admitió avergonzado

—Ya veo—murmuró sin mirarlo

Salazar se sintió ignorado por aquella actitud, vio como este se detenía en una puerta, quiso avanzar, pero James le detuvo y le mantuvo allí.

—Quédate quieto, estamos en el punto ciego de la cámara—regaño James—Son cámaras infrarrojas.

—Entonces déjame encárgame ahora—dijo poniendo a James detrás de él con cuidado—Y únete a la energía del ambiente.

James obedeció e imito a Salazar sintiendo como la energía de él, se confundía con la del lugar, él solo se dejó guiar por esa fuerza. Se sorprendió cuando la cámara no funcionó ante el calor de Salazar, había escuchado teorías de cómo engañar a esas cámaras, pero jamás las había visto funcionar. Le siguió antes de que le llamara la atención Entraron en la habitación, los ojos de James se abrieron sorprendidos al ver mesas con el mismo libro en todas ellas. Hasta aquí había llegado su suerte.

—Esto nos va a retrasar—reclamó James, impresionado y molesto

—Relájate infante, no quiero rabietas—habló Salazar pensando

Él había encontrado el libro en las cuevas pertenecientes a la familia Gamp, a pesar de que este truco lo había visto muchas veces en las pocas misiones que llevaba en estos tres años, jamás la había visto en un libro. Analizo cada libro con cuidado, frustrándose al no recordar los detalles del libro de los muertos, para colmo no tenían tiempo para este tipo de situaciones.

— ¿No recuerdas los detalles?—preguntó James impaciente—Es una broma, tuviste el libro en tus manos y no recuerdas como era—reclamó impresionado.

—Cállate, si te tengo hablando como loro no me concentro—contesto frustrado

James le miró ofendido y guardó silencio para que este pudiera concentrarse como tanto lo había pedido. Salazar observo la trampa un tiempo mientras pensaba, cerró los ojos recordando los detalles del libro, era un poco confuso, ya que en aquella ocasión solo la luna iluminaba el libro.

— ¿Y si intentas recordando la energía que emitía el libro? ¿Sabes hacer eso verdad?—cuestiono algo preocupado al sentir la energía de los guardias cerca de la habitación.

¿Pero qué se creía este niño? Salazar frunció el ceño aún con los ojos cerrados mientras pedía paciencia, estaba a dos segundos de sacar la espada y matar a su primo para que guardara silencio para siempre. Concentró su energía en ese recuerdo, sonriendo aliviado al sentir la energía del libro en la misma habitación.

—James es tercero de la quinta fila, de izquierda a derecha—anunció sintiendo como este avanzaba, le tomó del brazo—Con cuidado.

James asintió con la cabeza mientras veía a Salazar con los ojos cerrados, volvió a mirar hacia las mesas y casi en puntillas fue a la quinta fila, camino hasta la tercera mesa, tomó el libro con ambas manos, sintiendo su energía, se sintió mareado por unos segundos y estaba seguro de que este hacía algún tipo de ruido que no podía interpretar.

Ahora entendía por qué para Salazar había sido tan atractivo, su energía te envolvía por completo y el ruido que hacía, se volvía tentador y tranquilizador. Estaba seguro de que aquella energía venía de algún lugar en concreto fuera del planeta.

Reacciono al sentir una descarga por parte de Salazar, suficiente para despertar y sentir que la energía de los guardias estaba en la puerta, volteo la cabeza viendo como Salazar estaba en la puerta, impidiendo que los guardias entraran ¿Cuánto tiempo había estado mirando el libro? Guardo el libro en su túnica interna y fue en ayuda de su compañero.

Salazar tomó la perilla de la puerta y dejó energía en ella para que fuera imposible moverla, pero los guardias eran buenos porque trataban de abrirla empujándola y aquello ocasiono aún más ruido y dificultaba que la perilla no se moviera. Se volteó ocupando su espalda de soporte y abrazo a James para que la energía no le dañara.

—Aléjate—susurró agitado—Escapa por la ventana, adelántate un poco.

—Pero mi papá dijo que no te abandonara— recordó algo asustado al ver que los guardias comenzaban a gritar que abrieran.

—Y a mí que debía protegerte y para poder lograrlo, quiero que te adelantes—reclamo, sorprendiendo a James— Ahora vete por la ventana y espérame oculto en el mismo lugar donde subimos.

—Pero...—Trato de reclamar al verlo agitado y un poco atareado

—Hazme caso, vete— pidió desesperado.

James le miró preocupado antes de correr a la ventana, la abrió, observo a Salazar nuevamente y saltó fuera del edificio. Se ocultó en la sombra del edificio al llegar al suelo, corrió por los diferentes edificios hasta la baranda de la espada, sacó de su bolsillo y la tiró al aire en cuanto llegó. Tomó la cuerda y se dejó caer en la primera rama que encontró y se quedó allí a esperar a Salazar, guardó la pelota, sintiendo como su respiración volvía a su normalidad al igual que los latidos de su corazón.