Capítulo XV

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— ¡Niños! ¿Están en casa?—Escucho Angus, cuando llego a la puerta.

Giró el pestillo y abrió la puerta viendo como la mirada de su hermano cambiaba de preocupada a una enojada al verle en su propia casa.

— ¿Pero tú qué haces tú aquí? Sabes lo asustada que quedó mamá al ver que no estabas en la habitación del hospital—reclamó sintiéndose enfadado.

—Lo siento, quería estar con Oliver y James ¿Quieres entrar?—invitó con una sonrisa.

— ¿Y dónde están ellos dos?—preguntó entrando a la casa

—Descansando, Oliver no ha dormido como debe luego de la misión y James ha estado en meditación todo un día y aún no se recupera de la manera correcta—dijo con un poco de desánimo—Si solo querías saber eso, puedes irte para poder ir a dormir un poco, me toca un día largo hoy.

—Venía a avisarte que estamos buscando a Salazar—comunicó preocupado viendo como su hermano se mantenía neutro.

— ¿Buscando a Salazar?—consulto dudoso pero con su expresión neutra.

—Si, Dave ha tenido un cortocircuito en la cárcel que ha abierto todas las celdas y Salazar junto a otros reos han escapado, ya tenemos a la mitad gracias a la energía que emana cada uno—comunicó su hermano preocupado.

—Ya veo, por favor captúrenlo —habló resignado.

Cristóbal le miró sospechoso, su hermano Angus estaba actuando demasiado tranquilo para una situación así, él usualmente insistiría en unirse a un escuadrón y buscar junto con ellos a Salazar.

— ¿Por qué actúas así?—preguntó desconfiado

—Cristóbal, deje a mi hijo menor a tu cargo y ahora está muerto junto a mi esposa, rompí una de las promesas que le hice en su muerte—habló sin emoción y con un tono de voz totalmente resignado, ignorando la mirada culpable de su hermano—Quiero estar con mis hijos antes y me da lo mismo donde esté Salazar, no me voy a arriesgar a buscarlo y que me mate a mí también, porque no quiero que mis hijos lloren tres perdidas por la irresponsabilidad mía—confesó con una sonrisa.

—Yo...Angus... Lo siento—se disculpó apenado.

Era completamente normal que su hermano no quisiera verle, en él estaba la responsabilidad de cuidar de sus sobrinos y no lo hizo de la manera adecuada. Su hermano tenía todo el derecho a sacarlo de su casa y no querer saber de él nunca más. Sonrió había sido un idiota al perseguir a Angus cuando este solo quería estar alejado de su presencia.

—Solo vete de mi casa—pidió serio, sintiendo mal al tratar a su hermano menor de aquella manera. Le quería y no lo culpaba de nada, pero no estaba en sus planes que Cristóbal formará parte de esta misión. Ya bastante castigo le daba con las consecuencias que tendría que enfrentar en un futuro.

—Entiendo, por favor avísale a mamá si necesitas algo, por favor y ve al hospital para recuperar el cuerpo de Jack y darle un funeral digno—pidió, saliendo por la puerta.

—Lo haré—dijo, cerrando la puerta.

Angus sintió un pequeño apretón en su corazón al ver a su hermano marcharse de aquella manera, aun así se quedó en la ventana y observo cómo Cristóbal se iba de sus terrenos. Una vez vio que nada estorbaba en su mirada fue hacia el centro de la habitación y abrió la puerta viendo como los tres le miraban atentos.

— ¿Ya se fue?—preguntó Salazar preocupado, mirando a Angus.

—Sí, estamos solos, pero sigue confundiendo tu energía para que no te pillen—aconsejo con una sonrisa mientras estiraba el brazo derecho para ayudarles a salir.

Salazar aceptó el brazo y salió, ayudando a Angus a sacar a Oliver y James. Angus observo el reloj, aún faltaban unas seis horas para ir por el libro de la muerte y ya no aguantaba más, quería ver a Jack nuevamente.

Avanzó al cuarto de su hijo, entrando en él, se sentó en su cama sintiendo como esa angustia nuevamente se adueñaba de su corazón, observo el retrato de su familia con una sonrisa Estar en la habitación le tranquilizaba y le daba alegrías y ánimos para seguir con la idea porque las ansias de ver a su hijo nuevamente con vida, le daban el valor suficiente.

Se quedó allí unos minutos disfrutando del ambiente que había dejado Jack antes de quedarse en la casa de Cristóbal para que él fuera a su misión, tranquilo, se agachó al ver un dibujo, sonrió al ver que había dibujado su espada, no había forma que no dejara de pensar en ella.

—Este niño...—susurró, dejando el dibujo en la cama. Definitivamente la espada iba a ser de él, era el único obsesionado con ella.

Observo su reloj de muñeca, ya era hora de volver a ver a Jack, ya no resistía un segundo más sin estar a su lado. Salió del cuarto de su hijo hacia la sala, James estaba cocinando con ayuda de Salazar y Oliver miraba por la ventana vigilando que nadie estuviera a los alrededores de la casa.

—Oliver, acompáñame al hospital, quiero sacar a Jack—aviso, sorprendiendo a todos los presentes—No me miren así, se demoran de dos a tres horas en entregarte el cuerpo—comunicó impaciente.

Salazar se preocupó ante ese comentario, el primero sonó desesperado y ansioso. pero razonable, el segundo fue lamentable, se sintió culpable e incómodo, pero se preocupó al ver la cara de los menores, para que Angus no sabía medir sus palabras delante de ellos. No podías lanzar un comentario si se trata de un familiar tuyo.

—Juntémonos en el escondite del oso—comento viendo a su hijo asentir con la cabeza y a Salazar mirarle extraño—James te enseñará una vez que tengan el libro de los muertos—advirtió Angus viendo como Salazar aceptaba.

—Confíe en mi, mi vida también está en riesgo—confesó, sorprendiendo a ambos jóvenes.

—Oliver, vámonos, quiero terminar esto rápido—habló impaciente —Ah! Oliver omite cualquier comentario o mirada de la gente.

Oliver movió la cabeza positivamente y acompañó a su padre, a recuperar el cuerpo de su hermano Jack y terminar con esta locura de una vez, solo esperaba que su padre no sufriera más de lo que estaba sufriendo. Porque estaba asustado de las reacciones y decisiones que tomará su padre sobre ellos.

Angus Gaunt. Todo y Nada (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora