Capitulo XXIII

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James sonrió al enviar la descarga faltaba cada vez menos para terminar con esto de una vez, la energía del libro poco a poco estaba traspasando su piel, provocando que un dolor intenso se adueñara de su estómago, hizo una mueca de dolor que llamó la atención de Salazar quien le miraba preocupado desde hace unos minutos.

— ¿Te sientes enfermo?—preguntó preocupado

—No, es solo que la energía del libro está inestable y me traspasa la piel, haciendo que me duela el estómago, es solo un malestar—contestó con una sonrisa

—Trata de generar una capa de energía, que proteja el cuerpo Leí en un libro de la biblioteca de mi pueblo que la energía que emanaba el libro a veces se volvía inestable, si sentía la energía del fallecido junto a su cuerpo—comunicó Salazar preocupado.

—Eso es bueno, quiere decir que Jack nos está esperando—comentó con alegría.

— ¿Pero tú dolor de estómago?—preguntó extraño al ver ese cambio de humor

—Aguantaré, si la recompensa es ver a mi hermano vivo—recalco con algo de seriedad.

Salazar sonrió al escuchar aquella respuesta, a pesar de que estaba familiarizado con ese tipo de cariño, no podía evitar pensar en su hermano Milo y en cómo la relación de James y Jack se parecía tanto a la de ellos. Se detuvo al ver que James golpeaba el suelo dos veces para después retroceder y ver cómo se abría una compuerta de madera dejando ver a Angus dentro del cuarto.

—Rápido entren—ordenó Angus en un susurro impaciente

James fue el primero en bajar con ayuda de su padre, sonrió al ver a Oliver y lo abrazo viendo a Jack en el saco de dormir. Angus luego ayudó a Salazar a entrar a la guarida y cerró la puerta, se volteó viendo como Salazar observaba los dibujos pegados en la muralla, mientras que James se acomodaba en uno de los sacos de dormir. Angus vio cómo su hijo sacaba el libro de los muertos de su capa interna para dejarlo en medio de los cuatro mientras se llevaba la mano derecha a su estómago.

— ¿Te sientes enfermo James?—preguntó Angus preocupado.

—Solo es un malestar por la energía del libro, nada grave—confesó viendo como su padre le miraba más preocupado todavía—Voy a estar bien, tranquilo.

Angus asintió con la cabeza aún sintiéndose inquieto por la salud de su hijo y regresó la vista al libro, sintiendo como la energía se volvía inestable, si seguía así la policía se daría cuenta y obtendrían su ubicación. Salazar fue quien observo a Angus viendo como este le tomaba atención. Se miraron en silencio unos segundos sintiendo la tensión entre ambos, Salazar necesitaba decirle algo urgente.

—Oliver, James vayan al segundo escondite y saquen el barco para que tengamos una oportunidad de huir— pidió a ambos viendo que los dos le miraban sorprendido.

—Pero está peligroso afuera, no entiendo lo que estás pidiendo—contestó Oliver confundido.

—El que tiene que asumir las consecuencias de sus actos soy yo, no ustedes, por lo tanto, es mejor que huyan—comunicó, observando como James cambiaba su mirada a una extrañada.

— ¿Por qué no huirás con nosotros?—preguntó James, incorporándose para enfrentar a su padre.

—No voy a volver a contestar una pregunta a la cual ya di una respuesta—contestó a James. Necesitaba actuar rápido no soportar una rabieta de su hijo—Oliver, actúa rápido y con cuidado, por favor.

Oliver observo a James sintiéndose impotente al no poder defenderle, así que solo atino a incorporarse y tomar el brazo de su hermano para salir de la guarida.

—Espera, Oliver—pidió James, negándose a seguirle.

—Sígueme y cállate y mantente así, hasta que esto haya terminado todo—hablo Oliver serio.

James se sorprendió ante el tono de voz usado por su hermano, era la primera vez que le trataba así. Intentó resistirse, pero su hermano lo empujó hasta la entrada y le obligó a salir. Angus se quedó en silencio mirando el cuerpo de su hijo Jack mientras escuchaba las quejas de James, sintiendo angustia al no poder responder las preguntas de sus hijos. Salazar solo se quedó en silencio esperando que la habitación estuviera en silencio nuevamente.

—Ya estamos solos—anunció Angus serio—Dime lo que ocultabas realmente.

—Quería revivir a mi hermano, pero necesitaba un sacrificio de igual valor—confesó Salazar—Iba a dar mi vida por la de mi hermano.

—Una muerte por una vida, el equilibrio perfecto, no me esperaba menos—hablo con sinceridad— ¿Vas a cumplir mi promesa?— consulto mirando a Salazar.

—Sí, hoy y siempre, los cuidaré—prometió Salazar—Los protegeré como debí proteger a mi hermano Milo.

—Entonces, vamos a ponernos manos a la obra, Jack no puede perder más tiempo—anunció Angus.

—Si—animo Salazar un poco angustiado de la decisión de Angus.

Angus tomó el libro sintiendo su fuerza, lo abrió viendo los dibujos que explicaban cómo utilizarlo, lo admiro por unos segundos, había escuchado historias sobre el libro, pero jamás pensó que algunas de esas historias podrían llegar a ser verdad. Dejó el libro en el suelo y sacó su cuchillo del cinturón y lo clavó en su mano, viendo como la sangre manchando el libro, el cual brillo y absorbió la sangre de Angus.

Se sorprendió unos segundos al sentir como la energía del libro era intensa, por unos segundos sintió la energía de su hijo. En aquellos segundos vio como un lazo color rojo atrapaba el cuerpo de Jack y volvía al libro haciéndolo brillar aún más, cegando la habitación.

Salazar se asustó al verlo brillar así, esa luz iba a dar con su ubicación, vio la silueta de Angus abrazar el cuerpo de Jack, cuando la luz bajó de intensidad vio como ese lazo volvía a salir para adentrarse en el pecho del niño, para salir con la misma rapidez que lo había hecho con anterioridad, viendo como la sangre del niño manchaba para volver a brillar con más fuerza que antes.

Angus llevó su mano al pecho de Jack, sintiendo como la luz le cegaba nuevamente, sintió como el libro se cerraba, pegándose al cuerpo del niño como un imán. Angus se sorprendió alegre al sentir el corazón de su hijo latir nuevamente.

—Angus, vamos tenemos que irnos, los guardias llegaran en pocos minutos aquí, puedo sentir su energía—advirtió con impaciencia.

Angus le miró sonriendo y tomó a Jack para salir de la guarida del Oso.

Angus Gaunt. Todo y Nada (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora