El iluminador

2K 97 1
                                    


Hoy, sábado, el día siguiente de la cita grupal, el jefe de mi padre organiza otra fiesta. Estoy comenzando a creer que aquí hacen fiestas más seguido de lo que las hacían en América, pero no me molesta, ya que puedo ver más repetidamente a Jung Kook en traje. Él se ve tan bien en ese traje.
Mientras arreglo mi pelo recibo un mensaje. Hablando de Roma...
_______________________

-❤️Jung Kook❤️:
¿Qué te pondrás?,
espero que sea sexy.

-❤️Jung Kook❤️:
No, mejor no. No quiero
que otros vean demás.

:___-
Jajaja, los demás deben
saber que soy tu novia.

:___-
Además, no creo que
tú permitas que otro
hombre, excepto mi
padre, se acerque a mi.

-❤️Jung Kook❤️:
Cierto. Ahora que me lo
recuerdas, si quiero que
vengas sexy.

:___-
No prometo nada.

-❤️Jung Kook❤️:
Ok, me iré a cambiarme y
seguir ilusionándome
pensando en qué llevarás.
_______________________

No puedo evitar sonreír al leer este mensaje. Este chico, definitivamente, me va a volver loca.
Para cumplir sus deseos, decido ponerme un vestido rojo que no es ni muy corto pero tampoco muy largo, el largo perfecto. Tampoco es muy provocativo, pero estoy segura que su gran imaginación lo volverá en eso.
Al llegar él se encontraba, como es usual, revisando su celular, y a su lado estaba su padre hablando con otro hombre. Al comenzar a saludar, obviamente, él se percata de mi presencia y al ver mi vestido rojo noto como se le escapa una pequeña sonrisa traviesa. Sabía que este vestido no fallaría.
Le doy un beso en la mejilla y me siento a su lado. Él no me quita la mirada de encima, aún sigue analizando cada detalle, sin borrar su sonrisa de su cara. Se acerca peligrosamente a mi y siento su cálida voz acariciar mi oreja.
-Tú si me entiendes.-susurró.
-Soy tu novia, creo que si no lo hiciera sería un problema. Además, tú dijiste que no sea provocativo y luego dijiste que si, por lo que busqué un punto medio.
-Y encontraste el punto perfecto, como es usual en ti.-dijo presumidamente.
-No, yo usualmente encuentro tu punto perfecto.-dije guiñándole un ojo.
Él sonrió y luego se me quedó mirando. Me hizo una seña de que esperara y, repentinamente, se levantó de su asiento.
-¿Qué haces?-pregunté.
    Él hizo caso omiso a mi pregunta y siguió con lo suyo. Al volver tenía un pincho con fresas, mis favoritas.
-Ten. Las vi hace rato y pensé en ti.-dijo entregándome el pincho.
-Aww... amo tus detalles. Lo sabes ¿Verdad?
-Lo sé.-dijo sonriendo altaneramente.
-Eres un tonto.
-¿Por qué? Yo solo soy un buen novio.-dijo sonriendo inocentemente.
   Yo rodeé con la mirada siguiéndole el juego.
-Ven vamos a un lugar con menos gente.-dijo mirándome pícaramente.
   Me tomó de la mano mientras yo seguía con mis fresas. Nos dirigimos afuera, donde, generalmente, no hay gente, como en ese preciso momento.
Nos sentamos en uno de los sofás que había en el jardín. La luz era muy tenue y todo estaba en silencio excepto por el murmullo que provenía de adentro.
-¿Te he dicho cuánto me gusta estar a solas contigo?-dijo sonriendo pícaramente.
-No... es la primera vez que lo dices.-dije mientras dejaba el pincho sobre la mesa y me acercaba más a él para acomodar mi cabeza en su hombro.
   Nos quedamos un rato en silencio. Jung Kook parecía estar pensando a la vez que me miraba. Él acomodó su mano en el interior de mi muslo y comenzó a acariciarlo.
-Me gusta el corto de este vestido. No es tan revelador, pero a la hora de colar mis manos debajo de él es bastante cómodo.-dijo totalmente inmutado.
-Oye, acabas de sonar como todo un pervertido.-dije haciendo una pausa mientras lo miraba.-Bueno, ¿Qué es lo que digo?, tú si eres un pervertido.
   Él sonrió ante este comentario y apretó más mi muslo.
-Si, y lo admito, pero estoy bastante controlado contigo. Normalmente, con una chica tan ardiente como tú, hubiera hecho cosas inimaginables en este mismo lugar, sin importar que haya gente, pero tú eres una niña demasiado buena y no podrías hacer algo como eso en un lugar público.
-¿A si?...¿Eso es lo que tú crees?-dije atrapando su mano, que se encontraba sobre mi muslo, al cruzar mis piernas y colocando mi mano sobre su muslo en un lugar sensible.
   Pude sentir como Jung Kook se tensaba sin quitar su mirada de la mía. Eso, notablemente, no se lo esperaba. Deslicé mi otra mano debajo de su traje, pero sobre su camisa, y me acerqué a su oreja. Mordí y besé el ovulo de ésta sensualmente y luego dejé que mi respiración, falsamente agitada, chocara contra su cuello. Una sonrisa se formó en su rostro y pude notar como logré un endurecimiento mayor en su parte baja.
-Pues, creo que estabas en lo cierto.-dije en su oreja, a la vez que Jung Kook me miraba seriamente.
-Estas bromeando, ¿Verdad?-dijo sin gracia alguna.
-Estaba.-dije divertida soltando su mano y alejándome de él.
-No, ahora me ayudarás con el problema que me causaste.-dijo tomándome de la cintura.
-Claro que no, tú lo dijiste, "soy una niña demasiado buena".-dije imitándole y haciendo un puchero.-Deberías haberlo pensado dos veces antes de ponerte tan duro. Además es todo vidriado, fácilmente se puede ver hacia afuera.
-Entonces, ¿Qué? No puedo ir por ahí así, es demasiado obvio.-dijo señalando su entrepierna.
-Tienes razón.-dije riendo al ver su gran bulto.-¿No viniste en tu auto?
-Si, pero está en el estacionamiento, y tenemos que atravesar la sala para llegar allí.Todos lo notarían.
-No si yo voy delante tuyo, tapando lo más posible. Yo te acompaño hasta la puerta y tú vas a tu auto y haces lo que tengas que hacer.
-No, tú serás la que haga lo que tenga que hacer en mi auto.
-No, yo voy hasta la puerta.-dije tomándole de la mano y dirigiéndonos hacia la puerta para entrar al salón.-Actúa natural, sino lo harás muy obvio.
   Comenzamos a atravesar la sala y todo estaba saliendo a la perfección. Ya estábamos por salir cuando sentí a alguien llamándonos, mi padre. Nos volteamos y yo me puse delante de Jung Kook para que, mi padre acompañado del señor Jeon, no vieran nada inusual.
-¿Adónde van?-preguntó mi padre.
-Bueno...-comenzó Jung Kook pero yo lo interrumpí.
-Iré a buscar mi iluminador a su auto. Estoy segura que se me cayó en algún momento en su auto, ya que no lo encuentro en casa, y ya que vino en su auto aprovecho para buscarlo.-dije internamente súper nerviosa.
-Oh, ok. No tarden.-dijo, al parecer, sin sospechar nada.
   Me dirigí, arrastrando a Jung Kook conmigo, lo más rápido posible hacia la entrada. Una vez la cruzamos, yo seguí arrastrándolo hasta su auto.
-¿Lo abres?-pregunté señalándolo.
   Una vez lo abrió, algo confundido, yo entré y corrí el asiento hacia atrás.
Le hice a Jung Kook una seña para que se subiera, la cual él obedeció. Se sentó en el asiento y yo me acomodé en el suelo de éste, quedando a la altura de sus piernas y cerrando la puerta luego de subir.
   Jung Kook, al verme en esa posición, comprendió que cumpliría con su reclamo. Estaba comenzando a desabrochar su pantalón, cuando él me tomó de mis mejillas y me acercó a él.
-¿Ni siquiera un beso antes?, que grosera.-dijo sonriendo, para luego besarme ardientemente mientras yo desabrochaba su camisa y acariciaba su trabajado pecho.
   Volví a bajar y esta vez él no tuvo objeción alguna. Desabroché por completo su pantalón y y saqué su miembro por la ranura que el cierre de éste dejaba. Tomé su miembro y no vacilé, fui directo al grano. Lo metí en mi boca, lo lamí un poco y comencé a simular embestidas a la vez que complementaba estos movimientos con mis manos.
Enredó sus dedos en mi pelo y me ayudó a marcar el ritmo. De vez en cuando, me tiraba del pelo y me decía cosas sucias. Él comenzó a acelerar el ritmo y su gran excitación se hacía más notable. Jung Kook comenzó a soltar gemidos y gruñidos mientras se tensaba cada vez más. Seguí masturbando y volviendo a meter su miembro en mi boca. Luego de unas salvajes estocadas más, él se corrió en mi boca y yo tragué todo el líquido. Dejé que Jung Kook recuperara un poco el aire y luego volví a guardar su miembro dentro de su pantalón para sentarme sobre su regazo.
-¿Qué haces?, ¿Eso fue todo?-preguntó aún con dificultad.
-Si, cariño. Créeme cuando te digo que hacerlo en un auto es una de las cosas más notables del mundo. Los autos hacen que hasta un simple movimiento, desde afuera, se vea mal. -dije sonriendo mientras acomodaba su camisa.-Además, nuestros padres saben que estamos aquí. ¡Oh! Casi lo olvido.-dije abriendo la guantera del auto.
-¿Qué buscas?-preguntó Jung Kook observándome.
-Por lo que vine.-dije mostrándole mi iluminador, a lo que Jung Kook sonrió divertido.
-Eres increíble.-dijo besándome.
En realidad, había dejado ese maquillaje ahí a propósito, pero hay que admitir que esta vez nos sacó de apuros.
-¿Ya estás mejor?-le pregunté a Jung Kook mientras corroborara que no tuviéramos nada sospechoso.
-Si, vamos.-dijo Jung Kook besándome y abriendo la puerta para que bajara primero, ya que estaba sobre su regazo.
Cuando él bajó del auto tomé su mano y nos dirigimos tranquilamente devuelta adentro. Al entrar, mi padre y el suyo estaban muy cerca de la entrada.
-¿Encontraste lo que buscabas?-preguntó mi padre.
Yo respondí mostrándole mi maquillaje.
-¿Qué no habías dicho que buscarías una linterna?-preguntó confundido.
-No, dije que buscaría mi iluminador.
-¿No es lo mismo?
-No, es un maquillaje. Sabes, no importa, solo te confundirías más.-dije divertida.
-Cierto.-dijo mi padre soltando una risa.
Jung Kook y yo seguimos caminando hasta la barra para sentarnos en las bancas.
-Parece que me equivoqué. Puede que parezcas una santa, pero en el fondo eres toda una sucia. Ahora gracias a ti me siento sucio también.-dijo tapando con sus manos su pecho y haciendo una cara exagerada súper graciosa.
-Tu lo pediste, ahora no te quejes.-dije riendo.
-No lo haré. Voy a tener en cuenta esto para devolvértelo. Es una muy buena excusa.
-Tienes razón.-dije riendo a la vez que intercambiábamos miradas cómplices.

Nadie Más Que Tú • [Jung Kook y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora