Casi dos días: parte 2/2

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  Jung Kook se acercó devuelta a mi y comenzó a besarme. Poco a poco comenzó a bajar, primero por mi cuello, dejando un camino de besos. Pasó sus manos por detrás de mi espalda obligándome a arquearme y me quitó el sujetador. Jugó un rato con mis senos, masajeandolos, besándolos y succionandolos. Siguió bajando hasta llegar a mis bragas, alzó la vista hacia mí, como pidiéndome permiso y yo asentí algo agitada, debido a la excitación que  estaba sintiendo. Me quitó las bragas, quedando yo completamente desnuda. Bajó su cara a la altura de mi vagina, colocó mis piernas sobre sus hombros y comenzó a repartir pequeños besos a las partes de adentro de mis muslos. Poco a poco fue subiendo hasta que comenzó a besar mi vagina. Él estaba entretenido besando, lamiendo y succionando mi clítoris, era muy obvia su experiencia, mientras que yo estaba recibiendo el oral de mi vida. Deslicé una mano por su cabeza y enrede mis dedos en su pelo, tirándole hacia mi, y con mi otra mano apretaba fuertemente las sábanas. En ese momento me sentía en las malditas nubes.
     Él paró y subió hasta mi cara para besarme en los labios, yo aproveché y lo volteé para devolverle el oral.
-Ahora me toca a mí, ¿No crees?-dije sonriendo pícaramente.
      Él solo sonrió. Yo desabroché su pantalón, se lo quité por completo y luego comencé a bajar lentamente sus bóxers, haciéndolo desear más. Una vez le quité por completo sus bóxers, tomé su pene entre mis manos y lo introduje en mi boca. Comencé a lamerlo y succionarlo lentamente haciendo sufrir un poco a Jung Kook.
-Mujer, ¿Intentas matarme?-dijo con la mandíbula apretada.
    Le sonreí maliciosamente y volví a introducir su miembro en mi boca, ahora simulando embestidas.  Pude escuchar algunos gruñidos de su parte, demostrándome que él lo estaba disfrutando. Pude sentir cómo éste se endurecía en mi boca.
-Ya no aguanto más.-dijo agitado tomándome de la cintura y colocándome debajo de él.
    Me miró por un instante a los ojos, luego me besó apasionadamente y me penetró lentamente, su miembro parecía no tener fin. Él se sentía tan grande.  Sus embestidas comenzaron siendo lentas y de a poco comenzaron a aumentar su velocidad. Yo comencé a soltar gemidos y, de vez en cuando, se podía oír a Jung Kook lanzando gruñidos o maldiciones, debido al placer.
     Cuando sentí que Jung Kook estaba ya cansado, decidí tomar su lugar. Él se sentó, apoyando su espalda contra la cabeza de la cama, y yo me senté a horcajadas encima suyo. Volví a introducir su miembro en mi entrada y comencé a montarlo. Él puso sus manos en mi cintura marcando el ritmo y, de vez en cuando, apretando mi trasero, y yo me sostuve de sus hombros.
-Sabía que en el fondo eras toda una traviesa.-dijo Jung Kook sonriendo maliciosamente.
Yo paré en seco y me quedé mirándolo.
-Oye..¿Porque paras?.-preguntó agitado.
-¿Cómo me acabas de llamar?
-Traviesa...-dijo entre risas sin aliento.- Tú eres mi gatita traviesa.
-¿A si...?-dije comenzando a hacer movimientos lentos y profundos para hacer sufrir a Jung Kook.
-Si...-dijo casi inaudible en mi cuello.
-Entonces... dime, ¿Qué quieres que haga ahora?
-Que lo hagas más rápido, me estás matando.
-Que haga más rápido ¿Qué?, deberías ser más específico.-dije devolviéndole la broma, que él me había hecho, con una sonrisa maliciosa.
-Que te muevas más rápido, cariño.-dijo riendo.
Entonces comencé a aumentar la velocidad. Unas cuantas estocadas más y los dos llegamos al climax. Permanecimos un rato en esa posición, hasta que yo me recosté a su lado y él hizo lo mismo. Nos acurrucamos juntos debajo de las sábanas mientras recuperábamos el aliento.
-Wow...-dijo Jung Kook algo agotado.
-Si...Wow.-dije yo soltando una pequeña risa.
-Eres más pequeña de lo que creí.-dijo Jung Kook sonriendo a la vez que me miraba.
-Y tú eres aún más grande de lo que pensaba.-dije divertida.
-Si...me lo suelen decir.
-¿Quiénes?-dije observándolo atentamente. Él se dio cuenta de que metió la pata.
-¿Qué?...emm... bueno... mi familia. ¿No has visto lo fuerte y alto que soy?-dijo mostrando los músculos de su brazo- Mi abuela suele decirme que cada vez estoy más alto.
-Eres un idiota.
-Yo también te amo.-dijo Jung Kook entre risas.
-No más que yo.
-Sip, más que tú.
-No...
-Si...
-Si no me dejas ganar sabes que acabará mal.
-Bien...pero no lo creo verdaderamente.



     Al otro día la luz del sol que entraba por la ventana nos despertó. Creo que despertar sobre el pecho de Jung Kook es una de las mejores cosas.
-Buenos días, princesa.-dijo Jung Kook mientras yo me desperezaba.
-Hola...-dije aún algo dormida.
    Jung Kook comenzó a acariciar mi pelo suavemente y luego dejó un beso en mi frente. Cuando me desperté bien, decidí tomar un baño, ya que estaba oliendo horrible.
-Me voy a duchar.-dije mientras me levantaba.
-No...¿Por qué te levantas ahora?
-Porque me quiero bañar. ¿Acaso no te has olido?
-No...
-Pues, no te recomiendo hacerlo.-dije entre risas.- Además, siento el sudor, la saliva y...-hice una pausa pensando en la palabra que estaba a punto de utilizar-todos esos demás fluidos en mi cuerpo.-Jung Kook estalló en risas ante mis palabras y mi cara sonrojada.
-Ok, yo voy contigo.-dijo una vez se calmó y levantándose de la cama.
-¿A la ducha?-pregunté sonriendo.
-Si...-dijo sensualmente.-Y no puedes decir que no, ya que es mi casa.-sonrió de lado.
-Bien...-dije dándole un corto beso en los labios.
    Jung Kook me tomó por mis piernas, me levantó y las enrolló en su cintura. Comenzó a besarme mientras se dirigía hacia la ducha.
-No puedes dejarme ni un segundo, ¿Verdad?-dije en sus labios.
-Te dije que verías cuando estuviéramos a solas.-dijo sonriendo.
    Abrió el grifo y nos metimos entre besos a la ducha. No tuvimos que descambiarnos, ya que no teníamos ropa puesta. El agua estaba helada, por lo que yo me moví bruscamente y Jung Kook se asustó.
-¿Estas bien?-preguntó confundido.
-Solo abriste el grifo del agua fría.
-Si, pero aún así está linda.
-¡Claro que no! Aish... tú y tu comportamiento de oso polar.
    Jung Kook explotó en risas mientras yo templaba la temperatura del agua.
-Listo.
-¡Pero ahora está hirviendo!-dijo al tocar el agua.
-Tenemos serios problemas para regular nuestras temperaturas.-dije pícaramente.
     Jung Kook me miró divertido y se acercó para besarme. Abrió más el agua fría y ahora no estaba ni tan fría ni tan caliente. Él me sostuvo contra la pared yo arqueé mi espalda, al sentir los fríos azulejos contra mi piel.  Jung Kook volvió a penetrarme y lo hicimos por un buen rato con movimientos lentos y suaves. Mis manos recorrían todo su torso bien trabajado y sus manos apretaban mis muslos y besaba suave y tiernamente mi cuello y mis pechos. Luego de unas cuantas estocadas, llegamos al climax y yo dejé caer mi cabeza en el cuello de Jung Kook, mientras él se sostenía de la pared, acorralándome contra ésta. Cuando recuperamos el aliento Jung Kook volvió a besarme repetidamente.
-Ok...ok...-dije entre los besos que él me daba.- De verdad quiero ducharme.
-De acuerdo...-dijo Jung Kook de mala gana dejándome devuelta en el suelo de la ducha.-¿Me lavarías el pelo?-preguntó haciendo cara de niño bueno.
    No me pude resistir a su carita, así que tomé el shampoo  y comencé a frotar su pelo. Él decidió enjabonar mi cuerpo y seguir explorando cada parte de mí con sus manos, a lo que yo reí. Cuando Jung Kook terminó de lavarse, a mí aún me faltaba lavar mi pelo.
-Deberías ir saliendo, yo aún tengo que lavar mi pelo.
-Puedo lavarlo yo.-dijo felizmente.
-¿Y dejarte a ti con armas tan letales como un cepillo y shampoo cerca de mi cara?... No lo creo.
-Jajajaja, bien. Te esperaré afuera.-dijo saliendo de la ducha.
     Terminé de lavar mi pelo y cerré el grifo, me sequé, me puse mis bragas y la camisa de Jung Kook que se encontraba en la habitación. Tenía el perfume que a mi me encantaba, ese olor que solo puedo encontrar al estar cerca de Jung Kook.
      Salí de la habitación y Jung Kook se encontraba en la cocina, con solo unos pantalones y todo su torso al descubierto. Sus músculos se veían brillantes, ya que aún conservaban esa humedad de la ducha. Mis pies descalzos recorrieron discretamente el suelo hacia él. Me apoyé alegremente contra la piel de su espalda desnuda. Él se dio la vuelta hacia mi y me dedicó una sonrisa encantadora. Pasó suavemente sus manos por mi espalda y su sonrisa pareció crecer aún más al percatarse de que no traía puesto sostén.
      Luego de desayunar, decidimos caminar por la playa. Caminamos por horas, tomados de las manos, levantando las caracolas más lindas que veíamos y dándonos besos de vez en cuando. Casi al final del día, tomamos nuestras cosas y emprendimos el viaje de vuelta a casa, como no, con la mano de Jung Kook en mi muslo. Éstos fueron, sin dudas, dos de los mejores días de mi vida. Una vez llegamos a mi casa, Jung Kook bajó mis cosas del auto, me tomó de la cintura y me acercó a él.
-Eres consciente de que, a partir de hoy,  nada será como antes, ¿Verdad?
-Lo sé. Y estoy súper emocionada.-respondí alegremente. Nos besamos corta y tiernamente.
-Ok, entra.
-No, primero vete tú.
-No, no me iré hasta que entres a tu casa.
-No entraré hasta que te subas al auto.
-No me subiré hasta que entres a tu casa. De verdad, entra.
-Ok...-volví a besarlo y entré a mi casa.
       El pensamiento de que nada será como antes no sale de mi cabeza. No sé cómo podré dormir esta noche.

Nadie Más Que Tú • [Jung Kook y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora