―¿Nos acompañas, amor? ―el tiziano observo a sus padres y simplemente negó mientras se acomodaba en aquella banca. Christian solo asintió y se acercó a él para dejar un beso en su frente. Adrián de igual forma lo hizo y luego tomó la mano de su esposo para ir a comprar los últimos ingredientes para la cena.
Alexander los observó partir en silencio. Lo único que él deseaba era que pudieran marcharse pronto del centro comercial. Estar allí le recordaba a Nathan y eso lo estaba quemando por dentro. No podía evitar que la nostalgia lo atacara cada vez que pasaban por el área del cine, o cuando caminaban frente a la tienda en la que había comprado aquella camisa. Ahora que lo pensaba, debía regalarla o simplemente comenzar a usarla, aunque él no era amante de ese tipo de cosas.
Suspirando dejó caer por completo su espalda en la banca. Sus parpados cubrieron sus orbes avellana, permitiéndole así el poder descansar su mente por un momento. Desde navidad no hablaba con Nathan y eso de una forma u otra lo tenía mal. Era cierto que aún no confiaba en él para esa fecha, pero estaba dispuesto a darle una oportunidad. Oportunidad que se había ido al caño cuando lo escuchó decirle a Mónica que la amaba. Había sido tan iluso al creer que entre ellos no había nada.
Y pensar que por un momento había decidido buscar a la chica para saber la verdad. Ahora, solo había decidido seguir su camino. No podía permitirse ser parte de sus estúpidos juegos una vez más. Sus padres sin embargo parecían apoyar al muchacho de cabello café, ellos estaban de acuerdo en que lo ocurrido la noche de navidad tenía una explicación. Se suponía que los jóvenes eran vecinos, la chica simplemente podía estar allí visitándolos, lo cual sería complemente normal.
Además, de que ambos apoyaban las acciones de Nathan con respecto a Mónica, ambos habían cometido esos errores en su adolescencia, cuando ninguno de los dos quería admitir que se gustaban. Lo irónico de la situación era que Alexander amaba esa historia; le encanta escuchar como sus padres se habían conquistado y por un momento él había deseado tener una historia de amor con algo de drama. ¿Irónico cierto? Justo ahora que lo tenía, no lo quería.
¿Por qué los temas del amor eran tan complicados?
―¿Alexander? ―escuchar aquella voz le hizo abrir los ojos y acomodarse en la banca. La rubia frente a él le sonreía. El tiziano por otro lado se tensó y visualizo de arriba abajo a la fémina frente a sus narices, deteniéndose más de lo debido en sus manos, la cual estaba sujeta a una mano contraria.
Siguiendo ahora el brazo ajeno, llego hasta el rostro de aquel acompañante, descubrir quién era solo había causado que una fuerte opresión se hiciera presente en su pecho, dificultándole un poco la respiración.
―Mónica, Gabriel… que sorpresa. ―musitó el menor sonriendo forzadamente. Gabriel solo asintió y Mónica siguió sonriéndole. ―No sabía que ustedes eran… ¿novios?
―¿No lo sabias? Pensé que Nathan te lo había contado. ―comentó la chica con el ceño fruncido, ya entendía porque Alex no estaba con Nathan, seguramente el muchacho creía que ellos eran pareja, pero justo en ese momento ella arreglaría las cosas. Alexander por otra parte negó. No podía decirle que Nathan le había dicho toda la verdad y él no le había creído. ―Amor, ―dijo la fémina observando a su pareja. ―¿nos dejarías a solas por un momento? Alexander y yo tenemos de que hablar. ―el chico asintió y beso a su novia, para luego despedirse de Alex con un movimiento de manos.
Una vez que ambos se encontraron a solas, la rubia tomo asiento junto al chico. El tiziano le hizo espacio y la observo de forma escrutadora.
―¿De qué vamos a hablar? Tú y yo no tenemos de que hablar, Mónica. ―la mujer negó y rio un poco. No sabía porque, pero verle de esa forma le causaba bastante ternura. ― ¿De qué ríes?
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Hey, chico nuevo
Teen FictionNathan es un joven adolescente que suele aburrirse constantemente en las clases teóricas. Sin embargo, cuando la clase es interrumpida y la maestra da la bienvenida al nuevo integrante, el muchacho ve su ruta de escape a tal aburrimiento, comenzando...