¿En qué momento pasas de querer coincidir con alguien a esconderte de su presencia?
No tengo una respuesta exacta, y tampoco es como si quisiera conocerla, al final lo único que deseaba es que ella estuviera demasiada ocupada para ponerme atención y notarme. Ojalá nos hubiéramos ignorado como toda la vida. Pero no fue así. Esa vez no nos hicimos a un lado como de costumbre.
Quise darme la vuelta, fingir no saber qué pasaba, quizás alcanzar a Carlos y pedirle que nos fuéramos de ahí, pero no tuve tiempo, ni tampoco mi cuerpo reaccionó como yo deseé. En ese momento solamente me importó una cosa, verla tan mal. ¿Cuántas veces antes estaría así y yo no hice nada? Busqué en mi baúl de recuerdos alguna imagen semejante, una que me sirviera para hacer comparación, pero no la encontré, ninguna apareció para brindarme una guía.
Y si yo no la tenía en mis planes, menos ella. Su rostro se transformó apenas cruzamos miradas, y pude leer todas las preguntas que inundaron su cabeza, todas de golpe, sin darle espacio a contestar alguna.
—¿Margarita? —Esa fue la primera. Sabía la respuesta a la perfección, pero necesitaba tener prueba de ello. Ignoró las palabras del hombre que la acompañaba y se acercó a mí estudiándome en cada paso.
Por mero impulso di un paso atrás, uno que le dictara que necesitaba mi espacio. No quería que me llenara de interrogantes, que fingiera que le importaba nuestro encuentro, cuando al final no le interesaban realmente las respuestas. No deseaba que todo se arruinara, volver a creer que los demás tienen la última palabra, que la culpa siguiera apretándome el pecho.
—Señora, le pido que no incomode a los presentes. —Se interpuso el compañero de Natalia para que no llegara hasta a mí, pero eso en lugar de mantenerla al margen provocó que deseara acercarse más. Seguía siendo igual de impulsiva que hace años.
—Déjeme pasar, es mi hermana —le dijo para que este dejara de molestarla, como si eso fuera suficiente para que él se retirara. Y quizás no lo era, pero mi voz que le aclaraba que no me molestaba cambiaba el asunto.
No sé exactamente la razón de responder eso. Es decir, hubiera sido más fácil seguir enredando el alambre para alejarme, pero en ese momento había cosas más importantes para mí. ¿Por qué estábamos en el mismo punto? Necesitaba respuestas. Yo conocía mi historia, pero el interés por la de ella no se hizo esperar. Llamé a ese sentimiento preocupación, esa que nace cuando alguien te importa, o quizás sólo era mi lado chismoso saliendo a flote.
Cuando la tuve en frente de mí la estudié a detalle, comparé nuestros semblantes casi de manera inconsciente. Los años no pasan en vano, dejan sus huellas en cada centímetro de la piel y en el brillo de las miradas. Pareciera que las personas dejaran de ser lo que fueron, desapareciendo cualquier rasgo del pasado, convirtiéndose en extraños que juegan con nuestros recuerdos. Y es que a pesar de que llevaba años sin poder verla de cerca hubo rasgos que me llevaron a otra época.
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Margaret perdida en Wattpad
HumorHistoria ganadora de los Wattys 2018. Mejor tarde que nunca. Margarita está decidida a dar el paso que cambie su vida, cansada de la ignorancia y la crueldad del mundo aprenderá a leer y escribir a sus setenta años a pesar de que muchos lo considere...